Coordenadas

7 disyuntivas de la economía mexicana en 2020

Hay siete grandes condicionantes de las que dependerá la trayectoria de la economía mexicana en 2020.

La economía mexicana presenta signos contradictorios.

El Inegi dio a conocer que la actividad industrial creció en 0.8 por ciento durante agosto respecto a julio. Uno de los aspectos positivos de este resultado es que la construcción creció en 2.3 por ciento luego de que había caído en -0.7 por ciento en julio. En contraste, las manufacturas, que habían mantenido un tono positivo en los dos meses previos, cayeron en -0.4 por ciento.

Por su parte, el IMSS refirió que en septiembre se crearon 145 mil nuevos empleos en el sector formal de la economía. La cifra más alta para un mes igual desde 2016. Y, hay aún más cifras contrastantes.

Cuando se presenta este conjunto de signos contradictorios, los pronósticos económicos resultan más complejos, sobre todo si se quiere anticipar el comportamiento de la economía en 2020, pues los resultados para el cierre de este año seguramente estarán entre 0 y 0.5 por ciento.

¿De qué va a depender la trayectoria de la economía mexicana en 2020?

Hay siete grandes condicionantes, a mi parecer.

1.- El desempeño de la economía de Estados Unidos. Si la industria norteamericana adquiere un rumbo más negativo, va a afectar a las exportaciones mexicanas y a frenar uno de los pocos sectores dinámicos que aún tenemos.

2.- El T-MEC. Si se logra la ratificación del Tratado este año, se abonará a la certidumbre, lo que propiciaría un crecimiento de las inversiones, que empujaría la actividad económica.

3.- Los resultados productivos y financieros de Pemex. Si la producción de crudo crece de acuerdo con las previsiones, es probable que Moody's dé más tiempo a la empresa petrolera antes de bajar su nota y quitarle el grado de inversión, lo que propiciaría turbulencia financiera.

4.- El gasto del consumidor. Hay millones de familias mexicanas que este año mejoraron su ingreso real, por efecto del crecimiento de los salarios por arriba de la inflación y del alza histórica de las remesas. Sin embargo, el temor sobre el futuro ha conducido a que gasten con mayor cautela, sobre todo limitando las compras de bienes de consumo duradero.

5.- El desempeño del gasto público, particularmente de la obra pública. Un ritmo más rápido en el ejercicio del gasto el próximo año, puede conducir a ganar algunas décimas en el crecimiento.

6.- Los proyectos de infraestructura. El programa será anunciado próximamente y requerirá de alta inversión privada. Si se arranca un buen número de ellos el próximo año, habrá un empuje significativo para la construcción y otros sectores.

7.- Las señales que pueda ofrecer el gobierno de AMLO. Si los empresarios y consumidores perciben señales que diluyan gradualmente la desconfianza y propicien el regreso de la certidumbre, el resultado económico será mejor.

Para el siguiente año, las previsiones del PIB van desde expectativas que apenas rebasan el 0.5 por ciento hasta otras que están entre 1.5 y 2 por ciento.

Hasta ahora, ninguna institución entre las que encuesta Citibanamex anticipa una caída económica, pero tampoco ninguna considera que el PIB pueda crecer al 2 por ciento, como lo supone Hacienda cuando estimó los ingresos públicos para el próximo año, en la ley que deberá ser aprobada por la Cámara de Diputados esta misma semana, lo que podría dar lugar al riesgo de una sobreestimación, un riesgo que deben valorar los legisladores.

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