Ayer conocimos las minutas de la reunión sobre política monetaria que realizó a finales de junio la Junta de Gobierno del Banco de México.
En ellas se aprecia que uno de los tópicos que se discutieron es el efecto que podría tener en la actividad económica la aceleración de los contagios del coronavirus o la posibilidad de un nuevo brote dentro de algunos meses.
Se analizó la posibilidad de que la recuperación de la economía mexicana no tenga el formato de 'la palomita de Nike', sino más bien que aparezca como una 'W'.
¿En qué medida están justificados estos temores?
Lamentablemente hay razones. Se trata no solamente de la experiencia de México, sino de lo que ha ocurrido en otros lugares, particularmente en algunos estados de la Unión Americana.
Cuando se dan los procesos de reapertura como los que se están realizando en diferentes entidades del país, es probable que se incrementen los contagios por dos razones.
La primera es porque el proceso de apertura se hizo antes de reducir de modo importante el contagio local. La segunda es por el hecho de que no se sigan las recomendaciones básicas de las autoridades sanitarias.
En el caso de México hemos visto que en muchos puntos, al salir nuevamente a la calle y empezar a realizar actividades que se habían dejado de realizar, como acudir a centros comerciales o restaurantes, se ha generado la imagen de que ya estamos nuevamente en una situación de normalidad, lo que ha conducido a que mucha gente se olvide de las medidas sanitarias indispensables.
Como le he comentado, no se necesita ser experto para saber que este hecho va a producir un incremento de los contagios. De hecho, el crecimiento ya se ha visto en esta semana en México.
La variable más importante para definir la dinámica de la epidemia es el número de casos activos. Ayer llegaron a 29 mil 129 y se estableció otro récord. Su crecimiento fue de 13.9 por ciento en los últimos siete días.
Cuando no se tuvo un esquema de aislamiento social efectivo y al terminar éste no se siguen con rigor las medidas sanitarias, es muy probable que estos casos activos todavía se multipliquen.
Es este panorama de la pandemia la principal amenaza de corto plazo a una posible recuperación de la actividad económica.
En este espacio le he comentado que afortunadamente en junio hubo diversas actividades, como la producción o la venta de automóviles, que aumentaron significativamente respecto a sus niveles de mayo.
Esa tendencia, sin embargo, puede romperse. No solamente por la posibilidad de que se endurezca el confinamiento de nuevo sino por el hecho de que la propia población decida permanecer más tiempo en casa.
Los casos más exitosos que se observan a nivel internacional son aquellos que han logrado abatir de manera muy clara el contagio a partir de tener una etapa más estricta de confinamiento y distanciamiento social y, al término de ésta, medidas sanitarias estrictas.
En las naciones en donde este proceso fue más laxo, como en México, el ritmo de descenso del contagio ha sido mucho más titubeante y en algunos casos, como en Estados Unidos, ha tenido ya un rebote.
Si las tendencias siguen como parecen ahora, más vale que nos preparemos para un periodo más largo de encierro o un proceso de aperturas y cierres que podría durar todavía muchos meses.
Ese será el 'gran éxito' de la gestión de la pandemia por parte del gobierno.