Todo indica que la recuperación económica de México no tendrá forma de 'V', como señaló alguna vez el presidente de la República, sino más bien será en forma de 'W', si se toma en cuenta la actividad económica global, o en forma de 'K' si se observa la trayectoria desigual de diversos sectores.
El viernes pasado, el Inegi dio a conocer el Indicador Oportuno de Actividad Económica correspondiente a enero.
La caída reportada respecto al mismo mes del año anterior fue de -4.4 por ciento.
Pero lo más relevante no es solo el retroceso respecto a los niveles de hace un año, sino la caída respecto a noviembre y diciembre.
Las cifras nos indican que a partir de junio se inició un proceso de recuperación de la actividad económica luego de fuertes caídas en abril y mayo.
Hubo una trayectoria positiva hasta noviembre. De hecho, el nivel de actividad –con datos desestacionalizados– de noviembre, fue 20.8 por ciento superior al de mayo.
En diciembre volvió a darse un retroceso de -2.6 por ciento respecto a noviembre, una caída muy fuerte para un mes individual.
Y en enero hubo una caída adicional de -0.2 por ciento.
Lo más probable es que, debido a los efectos de los apagones y de los cortes de suministro de gas, en febrero volvamos a tener otra caída, incluso más fuerte.
Los pronósticos más recientes de los analistas encuestados por el Banxico indicaban que en el primer trimestre, el PIB retrocedería en -4.3 por ciento respecto al mismo periodo del año previo. Lo más probable es que el retroceso vaya a ser superior, pues eso suponía una trayectoria positiva de la economía en los primeros tres meses del año, lo que no va a suceder.
Hacia adelante, el desempeño económico –como aquí le hemos comentado– dependerá en buena medida del ritmo al que avance la vacunación.
Un proceso acelerado de inmunización en México –el escenario menos probable– también implicaría un ritmo económico más rápido.
Un ritmo más lento seguramente se convertiría en un crecimiento más moderado, sin descartar nuevas caídas en el futuro inmediato.
El tema de la desigualdad, la forma de 'K' de la recuperación, también se puede apreciar desde las primeras semanas del año.
Mientras que los reportes de la ANTAD marcaron una caída real de las ventas a tiendas comparables del orden de -10 por ciento, lo que refleja el mal desempeño del comercio, hay indicios de que las exportaciones manufactureras van bien.
Los datos de tráfico aéreo otra vez muestran un retroceso y expresan la lentitud con la que va a recuperarse el sector turístico.
Las ventas de autos nuevos también reportaron una fuerte caída, de 22 por ciento anual, lo que muestra un nuevo freno en esta actividad.
Poco a poco, con indicadores más actualizados en diversos sectores, podremos observar que en 2021 el país se va a mover en dos velocidades completamente diferentes.
Habrá sectores que van a tener el beneficio directo de la recuperación estadounidense, mientras que otros van a quedarse retrasados por un tiempo prolongado.