Antes de que termine este mes, el gobierno deberá presentar los programas sectoriales y especiales que pretenda aplicar durante el sexenio.
Hay muchos que destacan por su importancia, como el Programa Nacional de Financiamiento para el Desarrollo (Pronafide) o el Programa de Fomento Industrial y Comercio Exterior (Pronafice).
Del segundo, elaborado por la Secretaría de Economía, a cargo de Graciela Márquez, ayer ya se dieron las líneas generales que deben aterrizarse en las próximas semanas.
La estrategia se sintetizó en un decálogo. Veamos lo que dice, y le doy una primera impresión.
1.- Promover mayor competencia económica. Excelente que este sea el primer punto de un programa lanzado por el gobierno que generaba en muchos el temor de que fuera enemigo de la competencia.
2.- Fortalecer los encadenamientos productivos para aprovechar mejor la apertura comercial. Este punto atiende a uno de los déficit de nuestra política industrial: la escasa integración nacional de las exportaciones. También hay que reconocerlo.
3.- Reducir el costo regulatorio y facilitar su cumplimiento en los tres niveles de gobierno. Si se lograra avanzar en este aspecto, se propiciaría que la inversión creciera y lo hiciera fuertemente. Es fácil decirlo. Lo complicado estará en hacerlo.
4.- Generar un entorno de negocios amigable que dé certidumbre a la inversión, nacional y extranjera. Si esta meta se cumple, veremos un boom de las inversiones. Hoy estamos lejos de cumplirlo.
5.- Utilizar las compras de gobierno para promover a las Pymes y aumentar el contenido nacional. Esta aspiración tiene años y no se ha logrado. Hay que ver con lupa si se cumple.
6.- Fomentar la digitalización del sector manufacturero e impulsar la industria 4.0. Esto implica subirnos a la más importante transformación tecnológica del presente. La clave es responder al cómo.
7.- Modernizar los procesos de normalización e impulsar la infraestructura de calidad. Las NOM han sido a veces vehículos para inhibir la competencia. Es buena su modernización.
8.- Propiciar la economía de la salud para impulsar la productividad y competitividad. Se trata de ubicar a las personas como seres humanos y no como factores de la producción. Veremos cómo se traduce este objetivo.
9.- Aumentar el financiamiento de la banca de desarrollo a proyectos industriales. Hay que señalar que debe ser sobre todo a los que no atiende la banca comercial.
10.- Incentivar proyectos industriales en las zonas más rezagadas del país. Creo que es clara la dedicatoria a la zona sur-sureste. Ojalá se concretara.
La enumeración de objetivos hecha por el subsecretario Ernesto Acevedo, ayer en Querétaro, creo que merece un aplauso.
El tema, como siempre, van a ser los 'cómo'. Si no hay respuesta consistente a ello, el programa va a quedarse, como otros, en un catálogo de buenos deseos.
Pero, al margen de los cómo, es positivo que la identificación de los objetivos sea clara y esté alineada con un modelo de desarrollo industrial que aproveche las ventajas competitivas que tiene México en el mercado mundial, pero empuje a aumentar el valor agregado nacional y la participación de Pymes y de las zonas más atrasadas.
No va a ser nada sencillo, pero quizás este gobierno, mucho más que los anteriores, tenga las condiciones para convertir en realidad los objetivos.
Esperaremos el detalle de este plan para analizar su viabilidad.