El contagio y hospitalización del presidente Trump pusieron sobre la mesa nuevamente de manera dramática el hecho de que la pandemia no está bajo control y sigue representando una amenaza en la mayor parte del mundo.
Los datos de la Universidad Johns Hopkins señalan 35 millones de contagios hasta ahora y 1 millón 35 mil fallecidos.
Es ampliamente conocido que dichas cifras en realidad subvalúan las dos variables. Hay muchos más contagiados y muertos que en muchos lugares no se registran por no hacer suficientes pruebas.
Pero, más allá de los datos, el hecho es que la pandemia sigue siendo la principal condicionante de la evolución de la economía… y ahora hasta de la política.
Y el factor que puede ser decisivo es la fecha en la que exista disponibilidad de una vacuna.
Para llegar a ello se requiere por lo pronto que se concluya la tercera fase de los ensayos clínicos por parte de 10 empresas u organizaciones.
En EU hay cuatro. Se trata de los consorcios encabezados por Moderna, Pfizer, Jhonson&Jhonson y Novavax. Hay tres en China: CanSinoBIO, Sinopharm, que desarrolla dos vacunas, y Sinovac. En el Reino Unido está AstraZeneca; Gamaleya en Rusia y Murdoch Children Research Institute en Australia.
Aunque hay cinco vacunas que ya se están aplicando de manera limitada, cuatro de China y una de Rusia, ninguna tiene la aprobación de las autoridades sanitarias de Estados Unidos o la Unión Europea.
Los ensayos clínicos de varios proyectos podrían terminar este año, pero no se considera probable su aprobación inmediata.
Tras la aprobación, será necesario un lapso de varios meses para alcanzar los niveles de producción requeridos para que pueda haber una aplicación masiva.
Es muy factible que la pandemia siga su curso, con una segunda ola en diversos países y que los contagios continúen al menos hasta bien entrado 2021.
Hoy estamos viendo en Europa el efecto de este nuevo incremento. Madrid y París están sujetos a nuevas restricciones de movilidad. En Londres se han presentado incluso enfrentamientos entre la policía y quienes protestan frente a las nuevas restricciones.
Con las implicaciones de esta segunda ola, inevitablemente habrá un impacto negativo adicional sobre la economía. No sabemos de qué tamaño porque es incierto lo que pasará en las siguientes semanas y meses. Pero de lo que no hay duda es que la pandemia nos va a volver a pegar.
En el caso de México, como le hemos comentado, aún no se presenta una segunda ola… porque la primera no ha terminado.
La tendencia de los casos nuevos por día sigue a la baja, pero de una manera muy leve. En todo caso, la ventaja es que no se ha producido un repunte visible, como en otros lugares del mundo, y como algunos modelos anticipaban.
Sin embargo, es muy pronto para cantar victoria. De hecho, la lógica señala que, si se han producido rebotes en sociedades con características semejantes, es probable que también suceda en México, probablemente ya entrado el otoño, sobre todo si la apertura sigue su curso.
En ese caso, es factible que la recuperación de la economía sufra una interrupción. En la más reciente encuesta de Banxico, hubo una ligera mejoría en la perspectiva.
Un cambio de condiciones podría conducir a un nuevo deterioro de las expectativas, sobre todo para 2021, si la pandemia vuelve a tomar fuerza en los siguientes meses.