Pregunté hace pocos días al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, si se iba a revisar la expectativa de crecimiento del PIB de México de 4.6 por ciento para este año que fue considerada para el Paquete Económico de 2021.
La respuesta del funcionario fue la esperada. Hacienda sigue considerando posible el alcanzar esa tasa a pesar del nuevo confinamiento que se enfrenta en diversas entidades de la República.
El gobernador del Banxico se refirió el viernes a que si la vacunación es ágil y exitosa, el crecimiento podría alcanzar 5.3 por ciento.
Los funcionarios consideran que si el proceso de vacunación va bien, se va a permitir que la actividad productiva se regularice poco a poco.
Herrera señaló que a partir del segundo trimestre se acelerará el proceso de vacunación, al punto de alcanzar los 10 millones de aplicaciones por mes.
De acuerdo con la Política Nacional de Vacunación, como aparece en la página de la Secretaría de Salud, en la primera etapa, que comenzó en diciembre y terminará en febrero, el objetivo será aplicar 250 mil vacunas a personal de salud. El número de dosis será mayor ya que la vacuna que se está usando, la de Pfizer, requiere de dos aplicaciones.
El registro, hasta el 9 de enero, era de poco menos de 75 mil vacunas aplicadas.
El despegue en la aplicación de vacunas, según el plan oficial, comenzará a partir de la segunda etapa, que comienza en marzo y que tiene el objetivo de vacunar a las personas mayores de 60 años. En la actualidad, ese grupo suma 14.4 millones. Para concluir en abril, será necesaria la aplicación de 236 mil vacunas diarias. No se ve cómo pueda lograrse ese objetivo.
A mi parecer, vamos a tener resultados más modestos en el proceso de vacunación, aun si ya se hicieron los desembolsos para obtener suficientes dosis para alcanzar a 70 por ciento de la población.
Las dificultades logísticas y la resistencia de una parte de la población a vacunarse, probablemente van a conducir a que la inmunización avance de manera más pausada.
Para la economía esto va a significar un retraso en la normalización, sobre todo la parte que tiene que ver con el mercado interno.
Como señaló la semana pasada el reporte del Banco Mundial, los sectores exportadores de nuestro país tendrán mejores oportunidades de recuperación ante la posibilidad de que la economía estadounidense repunte también de manera más rápida.
Los programas de apoyo en Estados Unidos se habrán de procesar de manera más ágil en la medida que el Partido Demócrata tiene el control de las dos cámaras del Congreso.
Así que en México, sectores como el del automóvil, el agropecuario exportador, la industria electrónica y en general las maquiladoras avanzarán este año a un paso más rápido que el resto de la economía.
Este hecho ya se apreció en diciembre, con un crecimiento de 16 por ciento en las exportaciones de vehículos respecto al mismo mes del año anterior.
En contraste, los sectores vinculados al mercado interno probablemente tengan una recuperación más lenta. La venta de autos en el mercado interno en diciembre resultó 19.4 por ciento inferior a la del mismo mes de 2019.
Si la economía de Estados Unidos no tiene sobresaltos mayores, puede confiarse en que las exportaciones volverán a ser el motor económico en este año, frente a otros sectores cuyo desempeño será todavía muy mediano.
El otro factor crucial en México es el comportamiento de la inversión, que en los primeros tres trimestres del año pasado cayó 18 por ciento.
Si prosperaran cambios como la eliminación del IFT, la Cofece o el Coneval, así como la propuesta en materia de outsourcing o la reforma a la Ley del Banxico, habría un nuevo golpe a la confianza y seguramente una caída adicional de la inversión privada en nuestro país para este año.
Así que pensar que la vacuna va a salvar la economía carece de fundamento.