Ha sido usual en México que la inversión se caiga cuando hay cambios de gobierno. El arranque del sexenio de López Obrador no fue la excepción.
Quizás creamos que hoy es diferente, pero la verdad es que se parece a lo sucedido en otros momentos.
Ayer, el INEGI presentó los datos a mayo. Si consideramos la serie más estable denominada de 'tendencia-ciclo', observamos una caída de -6 por ciento entre abril de 2018 y mayo de 2019, en 13 meses.
El mes de abril del año pasado fue cuando llegó al nivel máximo y desde entonces ha bajado.
¿Qué pasó en el arranque del sexenio de Peña? Entre agosto de 2012 y septiembre de 2013, también por 13 meses, hubo un retroceso de -5.8 por ciento para esta misma serie. Casi lo mismo.
El sexenio de Calderón arrancó en una fase económica expansiva. La inversión venía subiendo desde octubre de 2003 y así continuó hasta junio de 2008, antes de que se derrumbara un -14.3 por ciento hasta llegar al mínimo en mayo de 2009.
Con Fox, hubo una caída prolongada. Desde julio de 2000, en los últimos meses del gobierno de Zedillo hasta marzo de 2002, por 21 meses, la inversión retrocedió en un -11 por ciento.
Desde luego que el peor arranque de sexenio en la historia reciente fue el de Zedillo. Entre julio de 1994 y agosto de 1995, la inversión cayó en -40.6 por ciento. Un desastre.
Hago referencia a estos datos para mostrarle que lo que hemos visto en el comienzo de esta administración no es algo inusual en México.
El responsable de Bloomberg News para América Latina, Dan Cancel, luego de hablar con altos directivos de empresas establecidas en México la semana pasada señaló en un artículo publicado ayer: "No hay confianza y nadie invierte. Muchos ven el comienzo de una tendencia a la baja donde solo se discute la inclinación de la pendiente".
¿En qué medida la tendencia puede corregirse en los próximos meses?
Algunos funcionarios del gobierno y pocos, pero relevantes, empresarios que han tenido contacto personal con AMLO piensan que es posible revertir la caída quizás desde este mismo año.
Señalan que gradualmente, algunos proyectos de inversión pública van a empezar a detonar también inversión privada. Además, estiman que la Mesa sobre el sector energético que se ha instalado también traerá gradualmente certidumbre y que el Paquete Económico que habrá de presentarse el próximo septiembre también tendrá un efecto positivo.
Todo esto se potenciará si se logra la ratificación del T-MEC en el Congreso de Estados Unidos durante los meses de octubre o noviembre.
Lo anterior será cierto si no se vuelven a presentar decisiones que afecten negativamente la confianza de las inversiones, como fueron las demandas que la CFE interpuso contra contratos de compañías que desarrollaron diversos ductos para la empresa estatal y que llevaron ya incluso a una carta del gobernador de Texas al presidente López Obrador.
"Aunque el presidente se identifica con la posición de Bartlett, sabe que no puede poner en riesgo el Tratado con EU, por lo que es factible que pronto se lleguen a acuerdos con las empresas demandadas", me dijo una fuente cercana a este tema.
Recapitulando. El dato de la inversión informado ayer es muy malo, pero no es sorpresivo, salvo en el desplome de la construcción de 5.4 por ciento solo en mayo.
No es inusual el retroceso de la inversión en el comienzo de las nuevas administraciones. Puede ser el comienzo de un declive económico prolongado, pero se puede revertir si se toman las decisiones económicas correctas. Estamos a tiempo.