Se está repitiendo la historia y todo indica que el nuevo gobierno de Joe Biden arrojará un 'salvavidas' a la economía mexicana.
Y no porque Biden esté pensando en México, sino porque nuestra economía está íntimamente integrada a la de Estados Unidos.
Quien será el nuevo presidente de Estados Unidos a partir del miércoles próximo anunció ayer un ambicioso programa que alcanzará un monto de 1.9 billones (trillions) de dólares para combatir la pandemia y respaldar a la economía de Estados Unidos.
Entre las medidas propuestas estará el envío de un cheque de mil 400 dólares a la mayor parte de los hogares en Estados Unidos. Este será adicional a los 600 dólares que ya se recibieron.
Quienes soliciten apoyo por desempleo, además, recibirán un apoyo extra de 400 dólares por semana, lo que va a mejorar sensiblemente su capacidad de compra.
Para que le dé envidia al grupo de los llamados 'gobernadores federalistas', habrá un fondo de 350 mil millones de dólares de asistencia financiera para estados y condados.
Y para que le dé envidia a la directora del Metro, además habrá 20 mil millones de dólares de apoyo específico para al transporte público.
Como Biden no anda con remilgos respecto a la necesidad de meterle todo el dinero a la lucha en contra de la pandemia, habrá 400 mil millones de dólares dedicados específicamente a combatirla.
Esto incluye 160 mil millones de dólares para financiar la producción más acelerada de las vacunas y pruebas masivas.
Habrá 130 mil millones de dólares para la creación de condiciones para que las escuelas puedan volver a la educación presencial.
Y para que lo vean con atención nuestros amigos restauranteros, existirán 30 mil millones de dólares para apoyar a las pequeñas empresas.
Estos son solo algunos de los puntos más importantes del paquete.
Pero, entonces, ¿por qué decimos que apoyará a México?
Hay dos razones fundamentales.
Si la economía norteamericana está sana y crece, va a jalar a la de México.
A lo largo de los últimos 30 años, las dos economías se han integrado y, por su tamaño, un impulso de EU permite impulsar a diversos sectores en México: los exportadores directos, y aquellos que están vinculados a las cadenas de valor de la exportación.
El otro factor tiene que ver con las remesas.
El año pasado llegaron al país alrededor de 40 mil millones de dólares por este concepto. Se trata de algo así como 3.8 por ciento del PIB. Alrededor de 10 millones de familias se vieron beneficiadas, es decir, directamente entre 40 y 50 millones de personas.
No hay programa social que tenga este alcance.
En la medida que el paquete lanzado por Biden permita que el flujo de remesas se mantenga o incluso crezca, será oxígeno puro para la enferma economía mexicana y para las finanzas de millones de familias.
Claro que todo esto no va a ser gratis.
El nuevo gobierno que toma posesión el próximo miércoles va a exigirle a México un cumplimiento escrupuloso de sus compromisos fijados en el TMEC.
No sé si usted lo notó, pero ayer el presidente López Obrador le dio la vuelta a su propuesta de eliminar los órganos autónomos. Señaló que se empezaría por los desconcentrados, que fueron creados por decreto y ya luego se seguiría con los que tienen fundamento legal.
Lo curioso es que sus ataques, en días previos, estuvieron dirigidos a los que son constitucionalmente autónomos. Entre ellos, el IFT, que tiene respaldo explícito en el TMEC.
El otro costo será el que tiene que ver con la política energética. Si AMLO no quiere hacer corto circuito con Biden, tendrá que empezar a ver con otros ojos a las energías renovables.
Y si no lo hace, van a crujir huesos.
Ya con el 'salvavidas' lanzado, nos esperan tiempos interesantes.
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