Estamos a poco menos de un año de que se realicen las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. El martes 3 de noviembre de 2020 los electores deberán definir si mantienen en la Casa Blanca, por cuatro años más, a Donald Trump o si le dan cabida a un nuevo presidente proveniente del Partido Demócrata.
Todo indica que la contienda electoral va a desarrollarse en medio del escándalo del posible juicio político (impeachment) contra el presidente Trump.
Los indicios disponibles señalan que en este año o en las primeras semanas de 2020, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, va a votar por juzgar a Trump.
Pero, igualmente, hay todos los indicios de que la mayoría republicana en la Cámara de Senadores lo va a exonerar.
¿Cómo influirá este proceso en las inclinaciones de los votantes norteamericanos?
No se sabe a ciencia cierta. Algunos piensan que los demócratas se equivocaron porque van a fortalecer a Trump.
De lo que tenemos certeza hasta ahora es que la mayor parte de las encuestas indican que la mayoría del electorado está a favor de que se realice el juicio político. Una de las más recientes, de Reuters e Ipsos, señala que 47 por ciento está a favor del impeachment contra 41 por ciento en contra.
Otro ejercicio que se hace con frecuencia son los careos respecto a los resultados de la elección considerando a los candidatos más probables.
Una de las más recientes, levantada el pasado 5 de noviembre por ABC News y Washington Post indica que Biden, el precandidato líder, derrotaría por 56 por ciento contra 39 por ciento a Trump.
Hay que tener cuidado con suponer que el resultado electoral en Estados Unidos deriva de la votación popular. El sistema de Colegio Electoral cambia radicalmente las cosas.
En la votación popular Hillary Clinton derrotó por 48.2 contra 46.1 por ciento a Trump. Pero en el Colegio Electoral Trump ganó por 77 votos.
Salvo algunas excepciones, el desenlace electoral en EU se determina por lo que ocurre en los estados que no están claramente orientados hacia alguno de los partidos.
Algunos analistas señalan que los resultados cruciales para la elección se darían en siete entidades, que suman 107 votos electorales.
Se trata de Pennsylvania, Carolina del Norte, Florida, Arizona, Iowa, Wisconsin y Michigan.
En las elecciones de 2016 Trump ganó en todas esas entidades.
Si vemos las encuestas ahora, Biden aventaja por dos puntos o menos a Trump en Pennsylvania, Florida, Wisconsin y Michigan. Solo en Arizona gana por tres puntos. Y Trump tiene ventaja en Iowa y Carolina del Norte.
Es decir, en los estados que pueden realmente inclinar la balanza, la moneda está en el aire y si Trump hiciera una buena campaña y fuera exitoso en los debates, tendría amplias posibilidades de ganar la elección.
Faltan muchos meses aún pero cuando se ven las intenciones de voto a escala nacional, hay quienes ya dan a Trump por perdido y suponen que hay certeza de que habrá un relevo en la Casa Blanca.
Por eso, Michael Bloomberg volvió a poner sobre la mesa competir por la nominación demócrata.
Hay un escenario en el que un candidato como él puede ser la opción: que Biden no logre fortalecerse y se busque un candidato de centro.
Las incertidumbres son muchas aún. Trump puede reelegirse, es un escenario. Pero también hay otros que pueden incluso conducir a que gane el que llegó al último.