Existe un consenso generalizado entre los expertos de que hoy el Banco de México va a anunciar una reducción de un cuarto de punto en sus tasas de interés.
En la más reciente encuesta de Citibanamex, las 22 instituciones que fueron consultadas respondieron de manera unánime a ese cuestionamiento, señalando que sí habrá baja y ésta será de solo 0.25 por ciento.
Si este hecho se confirma, regresaremos a un nivel de 7 por ciento, el cual estuvo vigente antes, entre el 22 de junio de 2017 y el 13 de diciembre de ese mismo año.
Es decir, estaremos en un nivel equivalente al de hace aproximadamente tres años y medio. Sin embargo aún estaremos lejos del nivel de 4.5 ciento que se mantuvo por poco menos de cuatro años, tras la crisis de 2009.
Con el 7 por ciento como tasa objetivo del Banco Central, México seguirá entre los países que tienen los niveles más altos en sus tasas de interés, entre quienes tienen grado de inversión en su deuda soberana.
Como ha ocurrido en reuniones anteriores, lo más probable es que haya de nueva cuenta una decisión dividida en la Junta de Gobierno del Banxico, y al menos el subgobernador Gerardo Esquivel, proponga una reducción de medio punto porcentual en lugar de la del cuarto de punto.
Observando los argumentos de los subgobernadores que se aprecian en las minutas de juntas anteriores, se percibe que el nivel que tiene la inflación subyacente, que estuvo en 3.73 por ciento en enero, será un factor que conducirá a la mayoría de la Junta a solo bajar las tasas en un cuarto de punto.
Los argumentos de Esquivel o de quienes proponen una reducción más rápida de las tasas señalan más bien que la baja actividad económica permite una reducción más sensible, sin que por ello se incida en presiones inflacionarias.
Incluso, también se ha señalado que el índice de precios al productor, que se ubicó en 1.18 por ciento anual en enero, tiene un nivel suficientemente bajo como para poder ser más agresivo en la reducción de las tasas sin poner en riesgo los objetivos de inflación del Banxico.
Es cierto que el crecimiento de la economía no puede ser el objetivo fundamental del Banco de México. También lo es que la política monetaria no es el factor determinante para detonar el crecimiento de la economía. Pero lo que sí es un hecho es que, junto con otros ingredientes, sí puede incidir en el ritmo de la actividad.
Una baja inflación que en buena medida derive de una situación de estancamiento, no debe ser tampoco el objetivo del Banco Central.
Quienes argumentan, por otra parte, que una baja de las tasas podría incidir de manera negativa en la estabilidad cambiaria deberían observar lo que pasó con la paridad en los recientes ajustes, que no quitaron atractivo a los bonos en pesos, pues el diferencial que aún tienen respecto a las tasas vigentes en Estados Unidos, es suficiente para no generar turbulencia.
Creo que quienes desde hace tiempo hemos estado a favor de una reducción más rápida de las tasas, por lo pronto, tenemos perdida la discusión en la Junta y hoy veremos que nuevamente prevalece el gradualismo.
Aunque no debe dejar de señalarse que es buena noticia que hoy podamos tener ya una tasa de interés que estará 1.25 puntos abajo del nivel máximo que se tuvo en este ciclo alcista.