Cuando se observan los resultados de las encuestas aplicadas a toda la población y se contrastan con la lectura de las opiniones en los medios o lo que se revela en las redes sociales, da la impresión de que estamos en dos países diferentes.
El apoyo que tiene el gobierno de AMLO es impresionante por lo favorable, independientemente de las medidas que tome y prácticamente en cuanta encuesta se publique, sea cual sea la institución que la aplique.
La encuesta de El Financiero revela un impresionante 86 por ciento de aprobación.
Pero el tono de las críticas que se leen o escuchan en medios o en redes sociales parece indicar que estamos al borde de una crisis.
Permítame referir ahora el resultado de la encuesta levantada por el Inegi para medir el índice de confianza del consumidor durante el mes de enero.
El índice reflejó un incremento de la confianza de 5.1 por ciento respecto a diciembre si se toman cifras desestacionalizadas para quitar distorsiones del calendario.
Pero si el comparativo se hace con los datos de enero de 2018, el alza es 32.7 por ciento a tasa anual, algo que no tiene precedente en las mediciones de este índice.
Ya desde diciembre se había visto un incremento, pero ante la crisis por desabasto de gasolina en enero, había la hipótesis de que el ánimo pudiera cambiar.
No lo hizo.
Y el nivel absoluto del índice de confianza se encuentra en su nivel más alto, desde agosto de 2001.
Nuevamente, destaca la extraordinaria expectativa que se ha levantado. El componente del índice que refiere la expectativa de la situación económica del país dentro de 12 meses subió un 72.3 por ciento en enero respecto a su cifra del mismo mes del año pasado.
Se trata ya de todo un fenómeno sociológico derivado de la creación de una nueva expectativa.
Este cambio subjetivo hace que hoy las cosas se vean diferentes.
Cuando se pregunta por la situación económica del país hoy comparada con la de hace 12 meses, el índice registra un alza de 43 por ciento.
No sólo hay una gran expectativa, sino que incluso la gente está viendo su condición presente con otros ojos.
Otro dato surgido el día de ayer es el de las ventas de vehículos en enero. Aunque el volumen absoluto es bajo respecto a los niveles de meses anteriores, la cifra de 111 mil vehículos vendidos es superior a la de enero de 2018 en 1.9 por ciento, con lo que se presenta la primera variación positiva en las ventas en 19 meses.
A pesar del incremento en los costos del crédito y de la perspectiva de un menor crecimiento, el consumo no cae.
La pregunta que debe hacerse en este contexto es cuánto durará este optimismo, sobre todo si se hace efectiva una probable reducción de la actividad económica en los próximos meses.
Hoy la gente tiene preferencias políticas muy volátiles. No se trata sólo de México. Es algo global.
El gran éxito de AMLO no sólo derivó de sus méritos personales, sino de la coyuntura en la cual la gente buscaba una opción.
Pero, así como subió su aceptación, puede bajar si surge el desencanto. Y tengo la impresión de que en el equipo de gobierno se piensa que están vacunados ante esa posibilidad, que las opiniones que hoy se reflejan en las encuestas son algo permanente.
Ojalá entiendan que ninguna luna de miel es eterna.