Durante los últimos días han aparecido signos en la vida pública nacional que nos hacen pensar en la posibilidad de que pueda contenerse finalmente la polarización.
Quizá, se trata de eventos aislados. Tal vez no trasciendan. Pero, en el contexto en el que hoy vivimos, no dejan de ser señales positivas.
Por un lado se encuentran las expresiones que se dieron durante las visitas del presidente López Obrador a Guanajuato y Jalisco.
En la primera de estas dos entidades, el presidente señaló que se habían puesto de acuerdo en no estarse echando la culpa por los resultados en materia de inseguridad y señaló que se iba a trabajar de manera coordinada con el gobierno estatal.
Por su parte, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez reconoció que había sido un error suyo dejar de asistir a las reuniones de seguridad del estado y señaló que ya estaba acudiendo. "Es de sabios cambiar de opinión", sentenció.
El espíritu que se respiró en esta reunión fue inusualmente positivo entre un gobernador panista y el presidente de la República.
En el caso de Jalisco, igualmente, hubo la expresión de la necesidad de reconocer errores y problemas de coordinación y trabajar de manera conjunta por parte de los dos niveles de gobierno.
"Tenemos que iniciar una nueva etapa, si seguimos apostando a la confrontación, vamos a tomar el camino equivocado", señaló Enrique Alfaro.
En el foro virtual de El Financiero, conducido por Pablo Hiriart, al que asistieron gobernadores de tres fuerzas políticas diferentes, Miguel Barbosa, de Puebla; Alejandro Murat, de Oaxaca, y Javier Corral, de Chihuahua, también hubo consenso en la necesidad de buscar la unidad frente a temas como la pandemia o la crisis económica, más allá de reconocer las diferencias.
Podría pensarse que todo lo anterior se trata sólo de dichos. Sin embargo, en la Cámara de Diputados ocurrió un hecho significativo.
El Comité Técnico encargado de proponer las quintetas de las que habrán de salir los cuatro consejeros del INE que ocuparán las sillas que están vacantes desde el mes de abril, elaboró listas basadas en méritos personales y no en filias y fobias partidistas.
Si la próxima semana, la Cámara de Diputados, que tiene mayoría de Morena, hace una elección equilibrada de los cuatro consejeros, será una señal de gran importancia respecto a la búsqueda de la unidad y reconciliación.
Por otro lado, hay versiones de que las representaciones del sector empresarial pronto encontrarán nuevamente interlocución en la Presidencia de la República.
Desde el mes de abril, el Consejo Coordinador Empresarial no tiene encuentros personales con el presidente López Obrador, cuando en el pasado los sostenían de manera regular.
No hay ninguna garantía de que esa interlocución conduzca a cambios en las políticas públicas, pero al menos asegura que el presidente de la República escuche directamente las posiciones del sector empresarial y no solamente la visión de un grupo de empresarios con los cuales tiene simpatía.
Durante muchos meses en México existió una clara tendencia a la polarización que fomentó el propio López Obrador, quien señaló "o están conmigo o están contra mí".
Claro. También está la respuesta de AMLO al desplegado de un grupo de intelectuales, a los que descalificó y celebró que se muestren como 'conservadores' teniendo la imagen de 'liberales'.
Esa es precisamente la polarización que no corresponde con otros gestos.
Los signos presentados son todavía insuficientes, pero allí están y muestran que existen posibilidades de tener un país que puede dialogar y no sólo confrontar.
Ojalá que sean más que una golondrina en este verano.