Coordenadas

¿Se imagina si no estuviera el Banxico?

La forma en que se reconfiguró la Junta de Gobierno ha dejado tranquilos a los inversores, con la certeza de que la institución funcionará con criterio propio.

Si todos los cambios emprendidos por la cuarta transformación fueran como el que se ha hecho en Banco de México, otro gallo nos cantaría.

Ayer, la Junta de Gobierno del Banco Central tomó la decisión de mantener sin cambio la tasa de interés.

Eso se daba por descontado. Lo que resulta más interesante es el tono del comunicado con el que el Banxico dio a conocer su decisión.

Advierte lo siguiente: "El entorno actual sigue presentando importantes riesgos de mediano y largo plazos que pudieran afectar las condiciones macroeconómicas del país, su capacidad de crecimiento y el proceso de formación de precios en la economía", señalando posteriormente que, por esa razón, el Banxico verá con lupa la situación de la economía en los próximos meses.

La interpretación de los inversionistas a estos juicios es que el Banxico sigue considerando la posibilidad de incrementos adicionales de las tasas de interés en este año.

En contra de lo que muchos pensaban, no necesariamente estamos en el techo. El dinero puede todavía encarecerse más.

Estas consideraciones fueron respaldadas unánimemente por todos los integrantes de la Junta, incluyendo los dos nuevos subgobernadores: Jonathan Heath y Gerardo Esquivel.

La realidad es que hoy tenemos un Banxico diferente al que teníamos apenas hace unos años.

Sólo uno de sus cinco integrantes hizo una carrera esencialmente en Banxico, Javier Guzmán.

Su actual gobernador, Alejandro Díaz de León, hizo una parte de su carrera en Banxico, pero otra, prolongada, fuera del Banco Central. Estuvo nueve años en Hacienda, Pensionissste y Bancomext.

Irene Espinosa, primera mujer que forma parte de la Junta de Gobierno, estuvo en diversos ámbitos del sector público, pero no había formado parte del Banxico hasta ser nombrada subgobernadora.

Jonathan Heath tiene una larga carrera en la consultoría, la academia y el sistema bancario, pero tampoco había sido parte del Banxico.

Gerardo Esquivel había hecho también una carrera fundamentalmente en la academia, y luego formó parte del equipo de AMLO. Tampoco había estado en Banxico.

Hay dos egresados de la UNAM, Guzmán y Esquivel; dos del ITAM, Díaz de León y Espinosa, y uno de la Anáhuac, Heath.

Formaciones diferentes, visiones económicas diferentes, temperamentos diferentes, géneros diferentes, esa es la nueva realidad del Banco de México, con el común denominador de una solvencia profesional y honorabilidad fuera de duda.

Una parte de la estabilidad financiera que se ha conseguido en los primeros meses del nuevo gobierno se debe precisamente a la forma inteligente en que reconfiguró la Junta de Gobierno, que ha dejado tranquilos a los mercados financieros, con la certeza de que no va a ser una institución que funcione por las instrucciones del gobierno, sino que va a tener criterio propio y conciencia de la fuerza que tiene para tomar decisiones, aunque eventualmente disgusten a Hacienda o a Presidencia.

Si se hubieran integrado incondicionales de AMLO, con dudas de su capacidad profesional, y hubieran existido purgas de funcionarios que no fueran del agrado del gobierno, le aseguro que estaríamos en medio de la turbulencia.

Ojalá que otras áreas del gobierno aprendieran que se pueden transformar las instituciones sin romperlas y aprovechando el indudable talento de las personas que hay en ellas.

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