Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó una actualización de sus expectativas de crecimiento económico en el mundo, y de nueva cuenta bajó las cifras.
Pero, lo más preocupante es que la baja no solamente fue para 2019, sino incluso para 2020 en el caso de las naciones avanzadas.
México no fue excepción, y el FMI bajó su estimación a 2.1 por ciento para este año y 2.2 por ciento para el próximo.
Por cierto que, entre las diversas previsiones, la del FMI está entre las más optimistas para nuestro país este año.
Sin embargo, la tendencia es clara y no se ve cómo se vaya a revertir: vamos para abajo en materia de crecimiento.
La economía de Estados Unidos es la que más influye en nuestro país. La previsión para 2019 es que crezca 2.5 por ciento, pero que sólo lo haga en 1.8 por ciento para 2020.
Hace unos cuantos días, el banco de la Reserva Federal de Nueva York publicó los resultados de su modelo que calcula las probabilidades de una recesión en los siguientes doce meses.
En diciembre de 2017, este índice marcaba un 11.46 por ciento. El registro más reciente lo ubica en 21.4 por ciento, un alza de casi 10 puntos en 13 meses.
Pareciera un porcentaje bajo, pero la revisión histórica muestra que, en las últimas siete recesiones, bastó con llegar a un 30 por ciento, para confirmar la recesión.
Si las tendencias se mueven en la dirección en la que se están moviendo, el riesgo es inminente.
Este panorama marca un gran reto para la administración de López Obrador.
Ya le hemos comentado las razones para esperar un menor crecimiento este año. Se las resumo: la curva de aprendizaje para el ejercicio del gasto público; la incertidumbre usual en todo cambio de administración; la incertidumbre adicional que provoca un cambio de gestión como la encabezada por AMLO y la tendencia alcista de las tasas de interés en el mundo y en México.
Hoy presenta Citibanamex los datos de su más reciente encuesta entre especialistas; dé por hecho que vamos a ver una revisión a la baja, al menos leve, de las perspectivas de crecimiento.
Si en 2020 se complicara aún más el entorno internacional, el gobierno tendría que hacer un ajuste de políticas públicas para darle un mayor aliento al crecimiento de la economía.
En muchas ocasiones le he referido que la variable clave es la inversión y que ésta en México es principalmente privada.
Así que el reto que podría enfrentar el gobierno en el curso de 2020 es dar un empuje aún mayor a la inversión privada y para ello requeriría una nueva inyección de confianza.
En el esfuerzo de construir confianza, en particular entre la inversión extranjera, no ayuda la virtual ausencia del gobierno mexicano en la reunión anual del Foro Económico Mundial que se realiza en Davos.
Es cierto que la relevancia del Foro ya no es la misma que llegó a tener en el pasado. Pero es una oportunidad para concertar en un mismo lugar y en poco tiempo decenas de reuniones con potenciales inversionistas.
No sé si con la gira para comprar pipas ya se acabó el presupuesto para viajes este mes. Pero si la máxima representación del país es la de la subsecretaria Luz María de la Mora, va a estar en desventaja con países de los que acuden presidentes y ministros.
Ojalá haya la convicción de que el proyecto de AMLO tiene que explicarse y promoverse ampliamente, pues hoy no pareciera ser así.
La inversión no va a llegar sola.