Los datos del comercio exterior en julio tienen algunos ingredientes alentadores para el país que no pueden perderse de vista.
En medio de otras noticias, esta información que el Inegi dio a conocer hace un par de días, no fue suficientemente ponderada por los análisis.
El dato más relevante que surge de la información revelada es el crecimiento de las exportaciones no petroleras a Estados Unidos. El alza en julio fue de 10.6 por ciento, mientras que el de las exportaciones automotrices fue de 16 por ciento.
La economía mexicana sigue aprovechando el dinamismo que aún existe en el mercado norteamericano y esto anticipa probablemente mejores datos productivos en el mes de julio.
Pero, incluso, si tomamos los primeros siete meses del año, el ritmo de crecimiento de las exportaciones no petroleras a EU es de 7.0 por ciento.
Si excluimos al mercado estadounidense y consideramos al resto del mundo, entonces en lugar de crecimiento habría una caída de -2.1 por ciento hasta julio.
Si no fuera por Estados Unidos, el motor de las exportaciones ya se hubiera apagado.
El buen resultado obtenido por México contrasta con otros países.
Las importaciones de bienes realizadas por Estados Unidos en el primer semestre crecieron solo en 0.7 por ciento.
Sin embargo, las compras realizadas a México, de acuerdo con los datos del Departamento de Comercio (que difieren ligeramente de los del Inegi), lo hicieron a una tasa de 6.7 por ciento.
En contraste, las importaciones provenientes de China cayeron en -12.2 por ciento en el mismo lapso.
Para China implicó reducir lo vendido a los norteamericanos en 32 mil 705 millones de dólares en el semestre. Para México significó aumentar el volumen de exportaciones en 11 mil 408 millones de dólares.
Esto quiere decir que si por razones de la guerra comercial, las importaciones chinas siguieran a la baja, existe aún una gran oportunidad para los exportadores mexicanos, que apenas están empezando a aprovechar, pero que puede explotarse mucho más.
Vaya, incluso Canadá no logró aprovechar la caída de las compras de China, y el crecimiento de sus ventas a EU fue de solo el 0.9 por ciento en la primera mitad del año.
Hay otro dato de la balanza comercial a julio que no puede pasarse por alto. Se trata del crecimiento de las importaciones de bienes intermedios.
El crecimiento de las compras externas de bienes intermedios no petroleros fue de 7.3 por ciento respecto al mismo mes del año anterior.
Durante el primer semestre, el crecimiento había sido de solo 2.8 por ciento. De modo que se aprecia claramente un repunte, que puede estar asociado con un mayor dinamismo de la actividad productiva que utiliza este tipo de bienes.
Todavía es pronto para considerar que las cifras de comercio exterior ofrezcan suficientes indicios para ver una recuperación del crecimiento, pero sin duda son una buena señal.
Mañana, la Secretaría de Hacienda revelará los datos oportunos de las finanzas públicas al mes de julio. Si también se aprecia un crecimiento de la inversión pública en particular, y una regularización del gasto público en lo general, podrían sumarse a las señales positivas del comercio exterior.
Ya veremos.