Coordenadas

Sorpresa: el T-MEC va adelante

La ratificación generaría un ambiente de certidumbre que favorecería una inversión de gran magnitud y tendría el potencial de cambiar el comportamiento de la economía mexicana.

En contra de la mayoría de los pronósticos, resulta que el juicio político (impeachment) en contra del presidente de Estados Unidos puede conducir a una más rápida aprobación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).

Hasta hace muy poco, muchos considerábamos que el efecto de la crisis política en EU sería impedir que el tratado pudiera ser ratificado. Hoy, las cosas se ven diferentes.

Ayer estuvo en Palacio Nacional, en reunión con el presidente López Obrador, un grupo de cinco representantes demócratas encabezados por el presidente de la Comisión de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, Richard Neal.

Este grupo, directamente designado por Nancy Pelosi, la líder de la mayoría demócrata en el Congreso, vino a sondear las condiciones que existen en México para que el tratado pueda ser ratificado próximamente en el Congreso norteamericano.

No existe duda de que al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, así como a la mayoría republicana en el Senado, le conviene la ratificación del tratado. Es de las muy pocas cosas de las que podrían presumir en su mandato.

Sin embargo, la novedad de los últimos días es que a los demócratas, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, también les conviene que este tratado sea ratificado.

Al gobierno del presidente Trump le conviene la ratificación porque sería prácticamente el único resultado concreto en materia de comercio exterior, fuera de la sanciones aplicadas a China.

A la mayoría demócrata en la otra Cámara le conviene la ratificación porque aparecería como un grupo político constructivo que es capaz de construir medidas orientadas a los intereses de Estados Unidos, aun sin tener el control del Ejecutivo. Esto hace ver a los demócratas más 'presidenciables'.

Hay que reconocer que el primero en señalar la oportunidad que ofrecía el juicio político contra Donald Trump para la aprobación del tratado fue el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Jesús Seade.

Para que este proceso se concrete se requiere que los demócratas estén convencidos de que la legislación laboral que se ha reformado en México se va aplicar de manera clara.

Existen dudas entre los legisladores demócratas de que pueda hacerse efectivo este cambio, y por esa razón es que la orientación fundamental de su visita a México fue asegurarse de la aplicación de esta nueva legislación.

Será necesario que en la Presidencia y en el Congreso verifiquen si las asignaciones de recursos a la Secretaría del Trabajo son suficientes para concretar la aplicación de esta reforma laboral. Los norteamericanos tienen dudas.

Para nuestro país, es una circunstancia extraordinaria el que, aun en medio de la crisis política que existe en Estados Unidos, pueda salir adelante la aprobación de este tratado de Norteamérica.

Hace un par de días lo refirió ya el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, cuando dijo que en caso de que se ratifique el tratado de Norteamérica, las condiciones para la economía mexicana cambiarían de manera muy favorable.

La ratificación generaría un ambiente de certidumbre que podría propiciar una corriente de inversión de gran magnitud y tiene el potencial de cambiar el comportamiento de la economía mexicana que hemos visto en los últimos meses.

Ojalá se concrete.

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