Coordenadas

Y llegó el 0.9 por ciento para el PIB

Citibanamex levantó su encuesta entre especialistas y en ella, por primera vez, la media de la previsión del PIB para este año baja del 1.0 por ciento y se coloca en apenas 0.9%.

Como cada quincena, Citibanamex levantó su encuesta entre especialistas a propósito de sus expectativas de algunas de las principales variables económicas.

En ella, por primera vez, la media de la previsión del PIB para este año baja del 1.0 por ciento y se coloca en apenas 0.9 por ciento.

Hay optimistas. Por ejemplo, HSBC anticipa un crecimiento de 1.5 por ciento o el grupo BX+ considera que será 1.4 por ciento.

Y también pesimistas. Barclays y Prognosis ubican su expectativa en 0.5 por ciento.

Tal vez podría parecerle broma, pero es en serio: lo bueno es que por ahora ninguna institución tiene una cifra negativa.

La expectativa para el 2020 mejora, pero sigue muy baja: apenas de 1.5 por ciento como promedio, en un rango que va desde 1.1 hasta 2.0 por ciento.

Esto quiere decir que, de acuerdo con los expertos, el escenario más probable es que en los primeros dos años de esta administración, el crecimiento tenga un promedio de 1.2 por ciento.

El reverso de la medalla es que se consolida la expectativa de una mayor estabilidad. De acuerdo con los mismos pronósticos, al final de ambos años tendremos una inflación inferior a 4 por ciento y un tipo de cambio ligeramente inferior a 20 pesos este año y de 20 pesos cerrados o algo muy cercano, para el próximo.

No se pregunta en la encuesta, pero sin duda el supuesto que muchos hacen para realizar este ejercicio es el de la disciplina de las finanzas públicas, que supone mantener un superávit primario del gasto público de 1 por ciento del PIB.

Lo que se percibe con esta visión es que se entiende que el gobierno ha elegido una estrategia que implica preservar a toda costa la estabilidad cambiaria y de precios aun a costa de que el crecimiento económico sea muy bajo.

Le hemos comentado en varias ocasiones que, si necesariamente hubiera que optar entre evitar una crisis financiera y lograr un crecimiento más elevado, no habría duda de que la mejor opción sería la primera.

Sin embargo, esa disyuntiva es falaz. Creo que sería factible elevar el ritmo de crecimiento económico sin poner en riesgo las metas de estabilidad.

La clave es la inversión privada. Hay una retracción muy importante de ésta. En los primeros cuatro meses del año, la caída acumulada de la inversión bruta fija es de -2.1 por ciento.

Pero, el problema no es solo este lapso. El año pasado, apenas creció 0.6 por ciento. En 2017 decreció -1.6 por ciento. Es decir, venimos de dos años muy malos.

Regresar a niveles de inversión más altos es la única manera de compatibilizar la estabilidad y el mayor crecimiento.

La inversión requiere confianza y lamentablemente, entre todos los 'rechinidos' de la 4T, en la medida que pasan las semanas y los meses parece erosionarse más la confianza.

Se requiere un gran golpe de confianza a la inversión.

Así como la decisión de cancelar el aeropuerto la dañó, se requiere algo de esa dimensión pero en sentido positivo.

Hay en el gobierno algunos que perciben esto. Pero muchos no.

No les importa, de hecho. Piensan que con austeridad y combate a la corrupción, se van a conseguir todas las metas.

No creo que el objetivo de AMLO sea tener una de las tasas de crecimiento más bajas de las últimas administraciones. Sería suicida.

Por eso, creo que sigue existiendo la oportunidad de las rectificaciones.

Más nos vale a todos.

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