Perspectiva Bursamétrica

La economía mexicana ha perdido tracción

Los cuellos de botella en la cadena global de suministros son parte de la pérdida de tracción en la recuperación y de la inflación global elevada. Pero también es evidente la crisis de confianza.

El conjunto de datos recientes de la actividad económica nos están reflejando una significativa pérdida de tracción en la recuperación. Aunque no todas las variables están regresando al terreno negativo, hay otras que están presentando caídas importantes de nueva cuenta.

Los datos de la producción industrial de junio nos muestran un panorama desalentador. El Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) disminuyó en junio 0.5 por ciento respecto al mes previo, cuando se estancó (0.0 por ciento). En los últimos tres meses la industria ha mostrado contracción. En junio la actividad industrial reportó bajas mensuales en todos sus componentes. La construcción descendió 2.0 por ciento, la minería -0.8 por ciento, la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final -0.5 por ciento, y las industrias manufactureras retrocedieron 0.1 por ciento frente al mes inmediato anterior.

De acuerdo a nuestro indicador IBEM, la economía mexicana pudo haber caído de nueva cuenta en julio en relación al mes previo con base a cifras no desestacionalizadas. Lo grave es que este es el tercer mes de caída en los últimos cuatro meses. El indicador IBEM se ubicó en julio en 112.11 unidades vs. 117.37 puntos de junio, con un decremento de 4.48 por ciento mensual, equivalente a una variación positiva de 3.28 anual, mientras que en junio la variación fue de -3.41 por ciento mensual y de +23.07 respecto a igual mes de 2020. Los datos de julio muestran retrocesos en el sector manufacturero y una incipiente recuperación en el mercado interno.

Favorecieron al indicador los siguientes factores:

• Las ventas de las cadenas comerciales afiliadas a la ANTAD a tiendas comparables crecieron en 8.69 por ciento real anual.

• El Indicador Mexicano de Confianza Económica del Instituto Mexicano de Contadores Públicos/Bursamétrica en su componente de la percepción actual observó un importante incremento al situarse en 67.00 puntos desde 63.61 puntos de junio.

• El Índice Mexicano de Confianza Económica (IMCP/Bursamétrica) en su subíndice de la percepción sobre la situación a futuro repuntó de 69.32 unidades en junio a 74.35 unidades en julio.

• El indicador IMEF manufacturero se mantuvo en julio en 52.2 unidades igual que en junio. Arriba de 50 puntos, implica expansión.

• El Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores ha crecido 37.41 por ciento en los últimos 12 meses.

• El número de trabajadores afiliados al IMSS subió en julio en +3.56 por ciento anual.

• El precio de la mezcla mexicana de exportación de petróleo en términos de pesos creció +71.4 por ciento anual en julio.

Los factores que afectaron al indicador fueron:

• El indicador del ISM del sector manufacturero americano bajó de 60.6 en junio a 59.5 unidades en julio.

• El indicador IMEF no manufacturero bajó en julio a 52.9 unidades respecto de 54.0 puntos de junio.

• Las exportaciones automotrices cayeron 23.63 por ciento anual en julio.

• Las ventas domésticas de autos subieron 12.67 por ciento anual en julio; mientras que en junio incrementaron en 38.54 anual.

• La producción automotriz cayó en julio en 26.50 por ciento anual, mientras que en junio subió en 5.52 anual.

Con el resultado del Índice Bursamétrica de la Economía de México (IBEM) de julio, estimamos preliminarmente un crecimiento del IGAE de julio de 6.91 por ciento real anual, (-1.20 por ciento mensual), bajo cifras originales (no desestacionalizadas). De resultar acertada esta estimación, el PIB de México podría registrar un incremento en el tercer trimestre de +5.5 por ciento anual; el PIB para todo el año 2021 lo estamos estimando con un crecimiento de +6.6 anual.

Los cuellos de botella que presenta la cadena global de suministros son parte de estos resultados y de la inflación global elevada. Pero también es evidente que la crisis de confianza, la inseguridad y la mínima inversión del sector privado están impidiendo el que tengamos mayor crecimiento.

Quisiera agregar dos elementos que creo que están afectando seriamente el desempeño de la actividad productiva:

1. El retraso del Estado en el pago a sus proveedores. Estimamos que el saldo vencido de cuentas por cobrar que tiene en su conjunto el Estado mexicano, los gobiernos estatales y municipales pudiera acercarse al billón de pesos.

2. La falta de financiamiento para los proyectos de inversión y para las empresas. El crédito vigente de la banca comercial al sector privado ha caído en 2 billones de pesos (20 por ciento del PIB). Si bien la cartera vigente no presenta aún un problema serio, gracias a las reestructuras que se han concretado, hay proyectos buscando capital que difícilmente se puede conseguir en las circunstancias actuales.

En estos puntos y en muchos otros hay oportunidades de cursos de acción para solucionarlos. La evolución de la economía estadounidense y el plan fiscal de Biden representan una enorme oportunidad para los empresarios mexicanos que tenemos que aprovechar de la mejor manera posible.

El autor es presidente de Bursamétrica.

COLUMNAS ANTERIORES

Trump 2.0: lo que nos depara el destino en materia económica
Elecciones en EU: ¿Cuál es el escenario negro para México?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.