Perspectiva Bursamétrica

Tapering decafeinatum, ya!

La magnitud del recorte en el programa de compras de activos se vuelve crítica. 10 mil millones se vería como demasiado gradual, 30 o 40 mil se vería como muy agresiva.

Presidente de Bursamétrica

En una circunstancia similar, con una política monetaria extrema por parte del Banco de la Reserva Federal, en mayo del 2011, una declaración sorpresiva del presidente del mismo, Ben Bernanke, detonó el pánico en los mercados globales. Su mensaje fue que pronto iban a reducir su programa de compras de bonos. Las tasas de los Bonos del Tesoro se triplicaron en unos cuantos días, haciendo subir las tasas de interés globales; los mercados accionarios se desplomaron, y el dólar se fortaleció contra todas las monedas. En la historia este episodio quedó nombrado como el “taper tantrum”.

El Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal se reúne esta semana y se espera que anuncie una reducción de por lo menos 20 mil millones en su programa de compras de activos (tapering) que actualmente realizan por 120 mil millones al mes. Este sería el primer paso hacia la salida del estímulo monetario extremo implementado para proteger a la economía de los efectos del Covid-19 desde el año pasado. La gran diferencia es que en esta ocasión, Jerome Powell sabe que los anuncios deben de ser muy cantados, suavecitos y graduales, tratando de generar el mínimo de reacciones (taper decafeinatum).

Sin embargo los mercados son fuertemente adictos a las inyecciones de liquidez, y suelen ser muy sensibles a los cambios en las expectativas de política monetaria. En unos pocos días, la expectativa generalizada de que los principales bancos centrales tardarán en subir las tasas se está haciendo añicos. Las tasas de corto plazo han estado aumentando en todo el mundo, a medida que los bancos centrales restablecen las expectativas.

Los rendimientos a corto plazo de Canadá, Londres, Europa y Australia aumentaron como no se había dado desde hace veinticinco años, generando minusvalías en los portafolios de inversión globales, ya que los responsables de la formulación de las políticas monetarias están cambiando de ritmo para moverse más rápidamente contra la inflación, que se pensaba fuera un fenómeno temporal. Al mismo tiempo, las tasas a largo plazo han bajado, lo que parece una contradicción, pero puede ser una señal de que se está gestando una nueva expectativa de desaceleración en el ritmo del crecimiento económico.

La otra parte de la salida de las políticas monetarias extremas es la normalización de las tasas de interés de referencia. Cuándo y con qué gradualidad los bancos van a empezar a aumentar sus tasas hasta ubicarlas en lo que se considera el nivel de tasa neutral, que ni es expansiva ni es restrictiva. Por lo pronto, los swaps de tasas ya están descontando en casi un 90 por ciento las posibilidades de que la Fed haga su primer aumento de 25 puntos base en junio.

Si bien Powell ha enfatizado que el tapering no está vinculado mecánicamente al momento de las alzas de tasas, los traders podrían sacar conclusiones sobre cuándo podrían comenzar los aumentos de referencia, especialmente dado que el banco central podría no querer que los dos procesos se superpongan. Powell ha hablado de concluir la reducción a mediados de 2022, pero un ritmo más rápido de lo esperado podría adelantar la ventana para las alzas. Así que la magnitud del recorte se vuelve crítica. 10 mil millones se vería como demasiado gradual, 30 o 40 mil se vería como muy agresiva. También es probable que Powell acepte explícitamente que existe ahora una mayor preocupación por la permanencia de la inflación, lo que podría detonar una mayor volatilidad. El presidente de la Fed reconoció la semana pasada que la inflación persistía más de lo que esperaban los banqueros centrales de Estados Unidos y señaló el riesgo de que los incrementos de precios más altos continuaran.

Analizando la curva de swaps a mayor plazo, el mercado está descontando más de dos aumentos de un cuarto de punto en 2022, en comparación con uno o ninguno pronosticado por la mayoría de los miembros del Comité de la FED.

Los integrantes del FOMC están tratando de evitar incluso verse tentados a sorprender a los mercados al fijar un calendario de reducción gradual que retrase las alzas de tasas hasta la segunda mitad del próximo año, pero los mercados se están anticipando. Cuanto más tiempo se resista la Fed a señalar futuras alzas en su objetivo de tasa de Fondos Federales, de manera más agresiva, más disruptiva pudiera ser la reacción de los mercados cuando esa señalización ocurra. Ese es ahora el riesgo.

El problema es que el impacto de las políticas monetarias no se da solo en los mercados financieros, o al mercado de divisas, sino que impacta directamente a todos los mercados, de bienes y servicios.

Las tendencias que vamos a estar observando en general en esta fase de tapering pudieran resumirse de la siguiente manera: Dólar al alza contra todas las divisas, incluyendo al peso mexicano. Tasas de interés de corto y largo plazo al alza, con una mayor velocidad a las de corto plazo; mercados accionarios a la baja o en inanición; materias primas a la baja.

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