Perspectiva Bursamétrica

¿Cómo se ve el panorama de mediano plazo?

Si se apagan los motores de las exportaciones y de las remesas familiares, la economía mexicana pudiera caerse más fuerte que la de Estados Unidos.

La semana pasada conocimos varios indicadores de nuestra economía, que nos dan pie a prever un panorama muy complicado para el mediano plazo, por los escenarios externos de política monetaria y los problemas geopolíticos.

1. Inversión Extranjera Directa (primer trimestre). México captó 19 mil 427 millones de dólares de IED en el primer trimestre. De ese importe 6 mil millones corresponden a operaciones especiales, 4 mil millones de inyección de capital a Aeroméxico en su proceso de reestructura, y 2 mil millones en la fusión de Univisión y Televisa: los 12 mil millones que son también la cifra más alta de la historia. De ésta, 55 por ciento corresponde a reinversión de utilidades y cuentas intercompañías, y el 45 por ciento restante corresponde a nuevos flujos de inversión.

2. Inversión Extranjera de Cartera (primer trimestre). En el primer trimestre de este año, la Inversión Extranjera de Cartera adquirió 3 mil 524 millones de dólares, rompiendo con una secuencia de cuatro trimestres consecutivos de salida neta. Sin embargo, residentes locales sacaron del país 5 mil 105 millones. En la cuenta de capitales de la balanza de pagos se tendrá por este renglón un déficit de mil 581 millones. El spread de las tasas en pesos juega un papel medular en este comportamiento para los inversionistas residentes del exterior. La desconfianza en contraparte explica la salida neta de inversión de cartera.

3. Inflación al consumidor (primera quincena de mayo). La inflación al consumidor bajó ligeramente de 7.68 por ciento anual al cierre de abril, a 7.58 por ciento anual. Por dentro, la inflación subyacente, que es la muestra a la que se le eliminan los elementos más volátiles como gasolinas, gas, energía eléctrica y precios de los perecederos, siguió subiendo de 7.22 a 7.24 por ciento anual, y no para de aumentar desde junio de 2020, mientras que la no subyacente bajó de 9.07 por ciento a 8.60 por ciento anual.

4. IGAE de marzo. El IGAE de marzo presentó una contracción de 0.3 por ciento anual, como resultado de un incremento de 5.3 por ciento anual en el sector primario, un crecimiento de 2.4 por ciento en el sector Industrial, y una contracción de 1.5 por ciento anual. En marzo, las exportaciones manufactureras aumentaron 19.9 por ciento anual, las remesas familiares ascendieron a más de 4 mil 600 millones de dólares, las ventas de las cadenas comerciales afiliadas a la ANTAD, bajo tiendas comparables crecieron 1.3 por ciento real anual, los empleos en el IMSS subieron en 4.89 por ciento anual, así que resulta extraño que el conjunto de la economía presente una contracción. Por otra parte se ve claro que el crecimiento viene totalmente del exterior, tanto por exportaciones como por remesas que anualmente representan 5.6 por ciento del PIB

5. PIB al primer trimestre. Con este dato del IGAE negativo el PIB creció 1.8 por ciento anual en el primer trimestre. Al interior el campo crece 2.1 por ciento anual, la industria aumenta en 3.0 por ciento y el sector servicios sube 0.9 por ciento anual. Es aquí donde se refleja la caída de la inversión fija bruta. La economía interna sufre de anemia crónica aguda.

Hay que comentar que también vimos que la calificadora Moody’s Investor´s Services aumentó su pronóstico de la economía a 1.8 por ciento anual, desde 1.1 por ciento anual que tenía previamente. Los que habían exagerado empiezan a corregir.

Para abril tenemos mejores datos. Las ventas de la ANTAD bajo tiendas comparables aumentaron 6.0 por ciento real anual, por la Semana Santa. Las exportaciones automotrices aumentaron 2.9 por ciento anual. El Índice Mexicano de Confianza Económica mejoró en sus dos componentes, tanto la percepción sobre la situación actual como la de la situación a futuro. El indicador IMEF de manufactura mejoró también ligeramente. Los empleos en el IMSS siguieron subiendo a 4.7 por ciento anual. Con nuestro indicador oportuno IBEM pronosticamos un incremento de 2.0 por ciento anual y el Inegi estima +1.8 por ciento anual.

Pero en el exterior las cosas no pintan nada bien. Hemos visto una caída en los índices de los mercados accionarios americanos de entre 15 al 10 por ciento en lo que va del año. Los mercados internacionales están descontando una recesión. Es factible que la Reserva Federal no tenga otra alternativa que seguir persiguiendo la curva de rendimientos hasta llevar al objetivo de la tasa de Fondos Federales a un nivel de hasta 3.5 por ciento anual o más, dado que las cifras de empleo son muy fuertes, similares a las previas a la pandemia, con lo que las probabilidades de una recesión para finales del año entrante van en aumento. Bursamétrica contempla esto en nuestro escenario base con una probabilidad de 60 por ciento.

Gozamos de un muy buen nivel de blindaje en nuestros flujos de divisas. Hoy tenemos unas reservas internacionales situadas por arriba de 200 mil millones de dólares. Sin embargo, la vulnerabilidad de la economía mexicana es ahora más elevada que en el pasado por la ausencia de la inversión interna, y si se apagan los motores de las exportaciones y de las remesas familiares, la economía mexicana pudiera caerse más fuerte que la de Estados Unidos. El escenario de un sexenio perdido se está confirmando tristemente.

El autor es presidente de Bursamétrica.

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