Perspectiva Bursamétrica

Hasta dónde llegarán las tasas en EU y México

Un incremento de 25 puntos base pudiera no ser suficiente. Parece que el ‘spread’ debiera de aumentar por lo menos a 50 puntos.

Los datos de empleo y del mercado interno estadounidense cambiaron radicalmente las expectativas respecto a dónde se ubicará la tasa terminal por parte de la Reserva Federal y respecto a la posible recesión. Por su parte en México la inflación subyacente no para de subir.

El Departamento de Trabajo de EU reportó un incremento sorpresivo en el empleo de enero en 517 mil plazas, lo que sumado a los 260 mil puestos creados en diciembre da un total de 777 mil nuevos puestos en tan solo dos meses. El consenso esperaba un aumento de 185 mil plazas en la nómina de enero. Los datos muestran una ligera moderación en los incrementos salariales. El salario por hora aumentó en enero 0.3 por ciento frente al mes previo cuando se elevó 0.4 por ciento, observando la ganancia más lenta desde febrero de 2022. A tasa anual el salario por hora desaceleró su avance a 4.43 por ciento desde 4.81 por ciento en diciembre. La robusta creación de empleos redujo la tasa de desempleo por tercer mes consecutivo y la ubicó en 3.4 por ciento desde 3.5 por ciento de diciembre, su punto más bajo desde mayo de 1969 cuando registró el mismo nivel récord histórico, lo que se considera ‘pleno empleo’.

Por otra parte, el indicador ISM del sector no manufacturero presentó en enero un repunte muy significativo en tan solo un mes, al subir de 49.6 a 55.2 unidades. Esto implica una reanimación fuerte en el mercado interno estadounidense y nos está diciendo que las alzas de tasas de interés que ha realizado el Banco de la Reserva Federal –hasta ahora–, no le han hecho prácticamente nada a la demanda agregada para contener las presiones inflacionarias.

Los mercados financieros y de materias primas habían manifestado un repunte considerable durante enero. La euforia se contagió en los activos de mayor riesgo. La Bolsa Mexicana subió más de 10 por ciento, el peso mexicano llegó a cotizar a 18.35 pesos por dólar, el bitcoin subió hasta 23 mil dólares por unidad. Los agentes económicos estaban descontando que la inflación está vencida, y que la Fed iba a resolver su último incremento en su objetivo de la tasa de Fondos Federales en marzo de un cuarto de punto, para llegar a 5.0 por ciento, para después hacer una larga pausa y empezar un ciclo bajista de tasas hacia finales del año.

Ya le he comentado en este espacio que el descenso de la inflación global y la de Estados Unidos hacia el 4.0 por ciento puede ser rápida, pero los cambios estructurales globales y la permanencia de la guerra en Ucrania hacen difícil que la inflación pueda llegar al objetivo de la inflación que tiene marcado la Fed de 2.0 por ciento.

Dentro de los cambios estructurales destaca China, que ya no será el freno de la inflación global que fue en décadas pasadas al inundar de productos los mercados a precios dumping, por sus bajos costos. El envejecimiento de la población, la carencia de mano de obra calificada, el fenómeno del nearshoring, la reconformación de las cadenas de suministro, el alza del costo del dinero, la política de una oferta restrictiva de hidrocarburos por parte de la OPEP, el sobreendeudamiento de los países ricos y las políticas hacia las energías renovables, son los principales factores que pudieran estacionar la inflación en un rango entre 3.5 por ciento y 4.0 por ciento.

Ante estas circunstancias, es probable que la Reserva Federal tenga que seguir incrementando su tasa de referencia hacia un rango entre 5.50 por ciento y 7.0 por ciento durante los próximos meses.

Los datos duros hacen revisar las expectativas de inicio de la recesión hacia el cuarto trimestre de este año o el primer trimestre de 2024. Pero es muy probable que la recesión sea más profunda que lo que estábamos pensando.

Para el caso de México, la economía muestra un frenón hacia finales del año pasado. La industria y la manufactura estadounidenses llevan tres meses en contracción. Pero la inflación no está cediendo. Sobre todo la subyacente que se ubicó en 8.45 por ciento anual al cierre de enero. En México también tenemos factores estructurales internos que están generando una mayor inflación. (Corrupción, aumento de salarios, inseguridad, Estado de derecho, desconfianza generalizada).

El Banco de México optó por incrementar el spread sobre las tasas de Estados Unidos, al aumentar en medio punto su tasa de referencia y llevarla a 11 por ciento anual con lo que el diferencial sobre la tasa estadounidense aumentó a 625 puntos base. A la luz de lo que el he comentado, un incremento de un cuarto de punto pudiera no ser suficiente. Nos parece que el spread debiera de aumentar por lo menos a 50 puntos. Con estas previsiones, la Fed podría llevar su tasa a 6.0 por ciento y Banxico 12.50 por ciento anual. Los mercados globales en general van a tener que sufrir una nueva fase de ajuste.

El autor es presidente de Bursamétrica.

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