Perspectiva Bursamétrica

Revisión de los escenarios económicos 2023 -2024

Los incrementos de tasas que ha realizado la Reserva Federal hasta ahora no le han hecho prácticamente nada a la demanda agregada para contener las presiones inflacionarias.

Así como los datos recientes del empleo y del mercado interno norteamericano cambiaron radicalmente las expectativas respecto dónde se ubicará la tasa terminal por parte de la Reserva Federal y del Banco de México, los datos adicionales ya conocidos nos obligan a revisar nuestros escenarios en relación a la actividad económica.

En noviembre pasado, nuestro escenario base partía del supuesto de que los impactos de los primeros incrementos de la tasa de Fondos Federales de la Fed que iniciaron desde marzo del año pasado, tendrían consecuencias tangibles hacia el segundo trimestre de este año, en donde se tendrían síntomas recesivos, que perdurarían hacia el final del año; lo que nos daba a su vez una estimación del PIB de la Unión Americana de -0.5 por ciento anual para todo 2023; para 2024 preveíamos una recuperación de 2.7 por ciento anual. Es decir, veíamos una ligera recesión. Para México preveíamos una contracción de 1.0 por ciento suponiendo que la recesión en México iniciaría en el tercer trimestre, con un trimestre de desfase sobre el ciclo norteamericano.

La tendencia de diversos indicadores de la economía estadounidense como los ISM y la producción industrial con varios meses de contracción, la fuerte caída de los índices accionarios de las bolsas americanas, y en la actividad inmobiliaria, los constantes y fuertes incrementos en la tasa de referencia de la Fed, y la curva de rendimientos invertida de los bonos del gobierno norteamericano apoyaban estos escenarios.

El Departamento de Trabajo de EU ha reportado un incremento en el empleo de 777 mil plazas, entre diciembre y enero, con una tasa de desempleo de 3.4 por ciento, la más baja de la historia, no vista desde mayo de 1969, lo que se considera “pleno empleo”. El salario por hora aumentó en enero 0.3 por ciento frente al mes previo, cuando se elevó 0.4 por ciento, observando la ganancia más lenta desde febrero de 2022. Pero a tasa anual el salario está creciendo a 4.6 por ciento, más del doble que la meta de inflación de 2.0 por ciento. El indicador ISM del sector no manufacturero, es decir el mercado interno, presentó en enero un repunte muy significativo, en tan solo un mes, al aumentar de 49.6 a 55.2 unidades; pasando de contracción a fuerte expansión.

La inflación al consumidor americana se redujo de 6.5 a 6.4 por ciento anual en enero y la subyacente al consumidor descendió también marginalmente de 5.7 a 5.6 por ciento anual. Por su parte la inflación al mayoreo reportó 6.0 por ciento anual. Las políticas hacia energías renovables, los cambios estructurales en las cadenas de suministros globales, un mercado laboral muy apretado y los efectos de la guerra en Ucrania son factores que harán muy difícil que la inflación pueda seguir bajando hasta la meta de 2.0 por ciento de la Reserva Federal, y más bien implican el riesgo de que vuelva a subir, lo que evidencia la necesidad de alzas adicionales en las tasas de interés en todo el mundo. Los incrementos de tasas de interés que ha realizado el Banco de la Reserva Federal hasta ahora, no le han hecho prácticamente nada a la demanda agregada para contener las presiones inflacionarias.

Le comenté la semana pasada que esperamos ver tasas máximas de la Fed entre 5.5 por ciento y 6.0 por ciento anual para junio o septiembre, para pasar a una larga pausa posteriormente. En el caso de la tasa de referencia del Banco de México prevemos un spread de entre 6.25 por ciento y 6.50 por ciento anual, sobre la tasa de Fondos Federales lo que nos lleva a estimar una tasa de referencia terminal entre 11.75 por ciento y 12.50 por ciento

Los datos duros hacen revisar las expectativas de inicio de la recesión hacia el cuarto trimestre de este año o el primer trimestre de 2024. Pero es muy probable que la recesión sea más profunda que lo que estábamos pensando. Nuestras nuevas estimaciones para el PIB estadounidense son de un crecimiento de 1.4 por ciento anual para este año, y una caída de 1.2 por ciento para 2024.

Para México, la economía mostró un frenón hacia finales del año pasado. La industria y la manufactura norteamericanas llevan tres meses en contracción. La inflación, a su vez, no está cediendo, sobre todo la subyacente que se ubicó en 8.45 por ciento anual al cierre de enero. Tenemos factores estructurales y coyunturales internos que están generando una mayor inflación. (Corrupción, aumento de salarios, inseguridad, Estado de derecho, desconfianza generalizada).

Nuestra nueva estimación para el PIB de México es un crecimiento de 1.7 por ciento anual para 2023, y una contracción para 2024 de 2.0 por ciento anual.

En inflación estamos viendo una lenta reducción hacia 6.0 por ciento anual para finales de este año.

Con las revisiones que estamos realizando, creemos que en el primer semestre el peso estará oscilando entre 18.25 a 19.25 pesos por dólar, luego entre 19.25 a 20.75 pesos para el cierre del año.

El autor es presidente de Bursamétrica.

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