Hace ocho días hablábamos aquí de un nuevo impulso en la actividad económica tanto en Estados Unidos como en México. Ahora me permito presentar algunos indicadores de ambas economías, publicados en la semana pasada, que nos están revelando la magnitud de este nuevo impulso, y en dónde se detectan las debilidades.
Para la economía norteamericana, veremos en primer término los datos del mercado laboral. Se publicaron dos reportes, como cada primera semana de mes; el de la agencia privada ADP y el de la Oficina de Estadísticas Laborales. El reporte de la agencia ADP reveló que las empresas privadas crearon 497 mil nuevos puestos en junio pasado. Este es la creación de puestos más alta en los últimos doce meses. Por su parte el Departamento del Trabajo reportó que la nómina no agrícola aumentó en 209 mil plazas en junio desde las 306 mil de mayo, asentando su menor creación de puestos en dos años y medio. El mercado esperaba una creación de 230 mil plazas. Sin embargo, los salarios por hora aumentaron 4.4 por ciento por segundo mes consecutivo, y la tasa de desempleo cayó en junio al 3.6 por ciento frente al 3.7 por ciento de mayo, lo que se considera pleno empleo. Aquí está clara la presión de inflación de costos hacia adelante.
Indicadores ISM: El Indicador de Gerentes de Suministros (ISM) para el sector de los servicios avanzó a 53.9 puntos luego de bajar a 50.3 en mayo, +3.6 unidades en un solo mes. La lectura superior a 50 marca expansión y este nivel fue el mayor en los últimos cuatro meses, lo que implica un mercado interno todavía muy fuerte.
El ISM de manufactura en cambio cayó a 46.0 puntos desde los 46.9 de mayo. La lectura debajo de 50 unidades implica contracción, lo que viene señalándose desde noviembre de 2022, y esta última es la más baja en dicha secuencia.
Ante el alza más pronunciada de la historia en las tasas de interés, la construcción debiera presentar caídas abruptas. Sin embargo, el gasto en construcción repuntó en mayo por mayores desembolsos del sector privado en la obra residencial. El Departamento de Comercio informó que el gasto en construcción subió 0.9 por ciento en mayo desde el 0.4 por ciento en abril.
Para la economía mexicana se destaca el importe de las remesas familiares. Cifras del Banco de México informaron que las remesas sumaron 5 mil 693 millones de dólares en mayo, lo que significó un aumento de 13.8 por ciento respecto al mes previo cuando totalizaron 5 mil 003 millones, y alcanzaron un récord para ese mes y para toda la serie histórica. Sobre una base anual, las remesas aceleraron su avance al 10.7 por ciento en mayo desde el 6.3 por ciento de abril.
Los indicadores manufacturero y no manufacturero del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) equivalentes a los indicadores ISM de Estados Unidos, mejoraron en junio. El indicador IMEF manufacturero ajustado estacionalmente subió a 50.9 puntos desde los 49.7 de mayo, y con una lectura superior a 50 puntos mostró regreso al crecimiento. Al mismo tiempo, el indicador IMEF no manufacturero avanzó a 51.5 puntos frente a los 51.1 del mes previo, manteniéndose en terreno de expansión desde febrero del año pasado.
El INEGI reportó con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) que en el mes de junio las 331 mil 707 unidades producidas por el sector moderaron su crecimiento al 16.3 por ciento desde el 25 por ciento en mayo, mientras que las 113 mil 553 unidades vendidas en el mercado local despuntaron 25.7 por ciento frente al 17.0 por ciento del mes anterior, y las 286 mil 291 unidades exportadas mejoraron al 20.5 por ciento luego del 14.2 por ciento en mayo.
Este conjunto de datos nos lleva a las siguientes conclusiones: 1. La demanda de bienes y servicios tanto en México como en Estados Unidos sigue siendo robusta. 2. Las medidas tomadas hasta ahora por la Fed son insuficientes para reducir la demanda agregada, la presión salarial y por lo tanto la inflación subyacente, por la que es muy probable que veamos por lo menos dos incrementos adicionales en el objetivo de la tasa de Fondos Federales en julio y en septiembre, y que además refuerce su programa de contracción de la oferta monetaria. 3. Que se está dando una desaceleración gradual en diversos sectores, en ambas economías. 4. Ante todo esto, la mayoría de los pronósticos económicos se están revisando al alza en las estimaciones de crecimiento económico para este año, así como las estimaciones de inflación. Al mismo tiempo se están difiriendo las previsiones del inicio de una recesión para mediados del 2024.
El autor es presidente de Bursamétrica.