Perspectiva Bursamétrica

El empleo en EU vuelve a dispararse, ¿ya no funciona la política restrictiva?

La agresiva campaña de aumentos de tasas de interés de la Reserva Federal parece estar desacelerando los aumentos salariales, lo que podría disminuir las presiones inflacionarias.

El reporte del Departamento de Trabajo de Estados Unidos para septiembre, pone de relieve que la economía sigue sobrecalentada, que continúa en pleno empleo, que las presiones inflacionarias van a continuar, y sobre todo, que la Reserva Federal sigue equivocándose al pausar el alza del objetivo de la tasa de Fondos Federales, y limitar la contracción monetaria.

En septiembre pasado, la nómina no agrícola aumentó en 336 mil plazas luego de que los datos de julio y agosto se revisaron para mostrar 119 mil plazas más a las informadas oportunamente, apuntando una persistente tensión del mercado laboral. El aumento de septiembre fue el mayor en ocho meses; sin embargo, la tasa de desempleo permaneció en el 3.8 por ciento de agosto y la tasa de participación –que mide el tamaño de la fuerza laboral– siguió en 62.8 por ciento. Los salarios por hora aumentaron 0.2 por ciento mensual por segundo mes, pero a tasa anual moderaron su avance al 4.1 por ciento desde el 4.3 por ciento registrado en agosto. La agresiva campaña de aumentos de tasas de interés de la Reserva Federal parece estar desacelerando los aumentos salariales, lo que podría disminuir las presiones inflacionarias.

Para algunos analistas, que tratan de ver lo positivo en estos datos que sorprenden, la moderación de los salarios es una excelente noticia, ya que puede favorecer a que la inflación de costos siga en descenso. Otros incluso afirman que no hay evidencia de que esta fuerte creación de puestos esté presionando a los salarios y a la inflación. Para que esta afirmación sea cierta se requiere que en los siguientes meses no ocurra una aceleración de los salarios.

Tradicionalmente se ha considerado que existe una fuerte correlación inversa entre la tasa de desempleo y la inflación. En todo el mundo, la denominada Curva de Philips (inflación vs. desempleo) parece no estar funcionando adecuadamente en nuestros días. Hay quien dice que afortunadamente la Fed no toma en cuenta estas ideas de los años cincuentas en sus decisiones, como si esta correlación ya no tuviera sentido.

Ya hemos comentado aquí algunos de los factores que están ahora presentes para que no se esté dando tampoco en Estados Unidos el efecto recesivo en la actividad económica después de haber observado el alza de tasas más rápido y pronunciado de la historia. Las revisiones al alza en los escenarios económicos están siendo una práctica común, por parte de la OCDE, de los organismos financieros internacionales, así como de los analistas del sector privado y de Wall Street. También le hemos descrito los diversos escenarios que existen respecto del futuro de las tasas de interés, en donde en un extremo se considera que el nivel actual de la tasa de la Fed de 5.50 por ciento es la tasa terminal del ciclo alcista, mientras que otros piensan que vamos a ver el 7.00 por ciento.

En opinión de Bursamétrica, los factores claves para explicar lo que estamos viviendo son los siguientes:

En un entorno inflacionario, la política monetaria tiene que medirse en términos reales tanto en el nivel de la tasa de interés como en las medidas de la oferta monetaria. Por ejemplo, cuando en mayo la tasa de la Fed estaba en 5.00 por ciento la inflación subyacente estaba en 5.50 por ciento anual, es decir era negativa en términos reales.

La tasa de interés neutral no es estática. El concepto de la tasa de interés neutral es la que permite que la economía crezca sin presiones inflacionarias. A mediados del 2022, Jerome Powell reveló que los economistas de la Fed calculaban que la tasa neutral se ubicaba en 4.92 por ciento cuando la Fed tenía su objetivo de tasa de Fondos Federales en el 2.50 por ciento apenas. Los mercados no le creyeron a Powell y estuvieron descontando una tasa de interés terminal mucho más baja, y también pronosticaban que la Fed iba a empezar a bajar sus tasas desde el pasado septiembre. Bursamétrica estima que ante los cambios en los pronósticos de inflación y de crecimiento del PIB, la tasa neutral teórica debe estar ajustándose al alza. Podríamos ubicarla en 5.50 por ciento anual.

El principal motor de la actividad económica que genera toda esta distorsión es el gasto fiscal electorero del presidente Biden. Los programas fiscales denominados Bidenomics enfocados a la infraestructura, a las energías renovables y a la producción de microchips, están generando un importante impulso al crecimiento económico, lo que se traduce en miles de empleos, un mercado interno fuerte, pero también genera fuertes presiones salariales e inflacionarias. Ante un esquema fiscal sumamente laxo, como el que impuso el expresidente Trump, el déficit acumulado del ejercicio fiscal que acaba de terminar este sábado, se ubica entre el 6.00 por ciento al 7.00 por ciento sobre el PIB anualmente, lo que es totalmente insostenible.

Existen muchos otros factores que están incidiendo en lo que estamos experimentando en la economía, pero lo que es un hecho, es que una política monetaria restrictiva no puede lograr los resultados deseados, si la política fiscal es sumamente expansiva.

El autor es presidente de Bursamétrica.

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