Tanto en Estado Unidos como en México, las cifras que marcan los indicadores recientes y lo que se observa en los mercados financieros son un escenario muy distinto a la percepción de la mayoría de la gente ¿Por qué?
Las cifras preliminares del PIB en Estados Unidos indican que la economía pudo haber crecido a un ritmo del 3.3 por ciento anualizado en el cuarto trimestre del 2023, lo que junto al crecimiento del 4.9 por ciento anualizado del tercer trimestre nos arroja un promedio del 4.1 por ciento anualizado en el segundo semestre.
En México, el INEGI dio una estimación preliminar del PIB al cuarto trimestre con un crecimiento del 2.4 por ciento anual, cifra que muy probablemente se revise al alza en el dato definitivo que conoceremos el 22 de febrero. Con cifras definitivas, en octubre el IGAE creció 3.7 por ciento anual, y en noviembre crecimos al 2.7 por ciento anual. Para tener un crecimiento del 2.4 por ciento en todo el trimestre, en diciembre el crecimiento debería de bajar a solo el 1 por ciento anual, lo que es poco probable.
Con nuestros indicadores económicos Bursamétrica (IBAM) estima un crecimiento del 2.8 por ciento en el IGAE de diciembre, con lo que el PIB del cuarto trimestre se ubicaría en 3.0 por ciento anual, y el PIB de todo el 2023 habrá crecido en 3.3 por ciento en lugar del 3.1 por ciento preliminar. Este rango de crecimiento entre el 3.1 al 3.3 por ciento anual es muy superior al promedio histórico de los últimos 35 años, del 2.3 por ciento anual.
Son resultados sorprendentes en relación a las expectativas iniciales en ambos países. La mayoría de los analistas sosteníamos un escenario con una ligera recesión para el 2023 en los Estados Unidos, ante el fuerte y rápido incremento que venía haciendo la Reserva Federal en el objetivo de la tasa de Fondos Federales, y los factores geopolíticos que han estado afectando la actividad económica. Una “ligera recesión” en Estados Unidos podría causar una recesión más grave para México. Al final los resultados son sorprendentes, pareciera que a ambas economías se les resbala todo, a lo que denominamos “Teflonomics”.
La inflación sigue estando muy elevada en ambas economías y se resiste a bajar. Sin embargo, el gasto de consumo, parece no haberse afectado todavía por la elevada inflación ni por las tasas más altas en décadas.
El viernes pasado la oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos reportó nuevamente un impresionante dato de creación de puestos de trabajo para el diciembre, con 353 mil nuevas plazas, con una tasa de desempleo en 3.7 por ciento sin cambios, y con un incremento en las remuneraciones por hora de 4.5 por ciento anual. Estas son claras señales de que la economía sigue sobrecalentada. Sin embargo, los índices accionarios subieron en lugar de bajar, y están tocando nuevos máximos históricos, incluso los índices de las Bolsas de Valores de México.
Los mercados financieros suelen ser buenos pronosticadores del entorno económico, aunque en sus movimientos sobre-reaccionan a los acontecimientos positivos y a los negativos por igual. Los precios de los activos financieros reflejan las decisiones y las expectativas de millones de personas.
Ante esta euforia porque las encuestas ciudadanas en EEUU y en México dan una percepción diferente? ¿Porque los americanos reprueban la conducción económica del Presidente Biden?
La deuda de tarjetas de crédito en los EEUU está en su punto más alto y los estadounidenses están tardando más en pagar sus adeudos ante las muy altas tasas de interés. Las cifras de cartera vencida en tarjetas de crédito ha alcanzado el mismo nivel que el observado durante la Gran Recesión (2009), según el Banco de la Reserva Federal de St. Louis “Share of Americans in Financial Distress Reaches High Levels” (26 de diciembre), 2023, JM Sánchez, M. Mori).
El motor de crecimiento más fuerte en el cuarto trimestre fue la exportación de manufacturas que aumentó en 6.3% anual, junto con el Gasto Público que creció 3.8% anual. Muy distinto del dato del “Ingreso Interno Bruto” que tuvo una reducción del -0.1% en el trimestre.
Y la misma percepción negativa ocurre con la inflación. La inflación de Servicios y de Vivienda están creciendo arriba del 5% mientras que la Inflación de alimentos por arriba del 7% ante la fuerte sequía que imperó en los Estados Agrícolas americanos.
La inflación subyacente del Gasto del Consumidor bajó en diciembre al 2.9% anual, lo que ha vuelto a despertar las expectativas del mercado de una primera reducción en el objetivo de la tasa de fondos federales por parte del Comité Federal de Mercado Abierto este 20 de marzo, lo que ya fue abiertamente descartado por Jerome Powel la semana pasada. Hay analistas que piensan que la primera reducción será en la reunión de mayo y otros, más escépticos, que la ven hasta el segundo semestre.
En el caso de México la inflación general viene subiendo desde el 4.33% de noviembre hasta el 4.90% de la primera quincena de Enero. La inflación del renglón de Alimentos y Bebidas esta aumentando en 7.36% anual mientras que la inflación de Restaurantes y Hoteles crece al 7.01% anual, en Bienes y Servicios 6.78% y la inflación de la Educación en 6.52% anual.
En el Indicador de Confianza Económica de Diciembre que calcula Bursamétrica con información del Instituto Mexicano de Contadores Públicos se tiene un incremento en la percepción sobre la situación actual pero una caída sobre la percepción de la situación a futuro.
La delicada situación que se vive en un sin número de ciudades dentro del País, en donde los cárteles del crimen organizado gobiernan e imponen el derecho de piso, y la ley del terror, así como la crisis de inseguridad y de asesinatos de hombres-camión en las carreteras del País son uno de los factores que nublan los resultados económicos. A esto agregue la grave falta de medicamentos, la deficiente atención de los servicios médicos, y la falta de un Estado de Derecho en todos los sectores de la sociedad, lo que hace difícil la percepción de los logros económicos.