Perspectiva Bursamétrica

‘Cibershoring’: la oportunidad más importante de México

Lo que México ha hecho hasta ahora es totalmente insuficiente para aprovechar el potencial que se tiene en el ‘cibershoring’. Solo ha anunciado incentivos fiscales mínimos.

México, el país de la pobreza inexplicable, es un país privilegiado, con una gran riqueza natural y enormes oportunidades. Desafortunadamente muchas de ellas no se han sabido aprovechar al máximo, otras se han dejado pasar de lado, y muy pocas han generado avances en el desarrollo.

En la difícil y muy compleja transición que nos está tocando vivir, tenemos enfrente enormes desafíos, pero quizás una los más grandes es la oportunidad de que México se convierta en un hub de innovación, desarrollo y manufactura en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) avanzadas, particularmente en estos tres campos: microchips, tarjetas de circuitos impresos y el software de la inteligencia artificial. Lograr atraer inversiones para estos campos es lo que estamos denominando el cibershoring.

Para este año, Bursamétrica estima que el mercado global de microchips tiene un tamaño aproximado de 600 mil millones de dólares, el de las placas de circuito impreso tiene un valor de casi 100 mil millones de dólares, y el de la inteligencia artificial se calcula en alrededor de 280 mil millones de dólares. El valor conjunto de las mismas asciende a 980 mil millones de dólares, equivalentes a más del 60 por ciento del PIB de México. La tasa de crecimiento esperado en estas industrias a nivel global es de entre 10 y 20 por ciento anual para los próximos 10 años. Utilizando la tasa más baja, podemos estimar que el valor mínimo de estas industrias llegue a 2.5 billones de dólares globalmente.

En microchips, el 60 por ciento del mercado global lo tiene Taiwán con la empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing TSM, quien a su vez produce el 90 por ciento de los microchips más sofisticados. Estados Unidos está determinado a recuperar el liderazgo del mercado, para lo cual el presidente Biden ha puesto un fondo de 52 mil millones de dólares para impulsar la inversión en esta industria, mediante la Ley de Chips y Ciencia.

En junio del 2022, el secretario de Estado de EU, Antony Blinken, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, vinieron a invitarnos a participar en las cadena de valor. La respuesta fue nula. En julio de este año, en el foro de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP) en Washington, el secretario Blinken afirmó que desde este mismo año se va a empezar la producción de microchips en México, Costa Rica y Panamá, países que tendrán la capacidad para ensamblar, probar y empaquetar semiconductores.

El proceso de fabricación de semiconductores se divide en tres fases: el primero, el diseño, que implica una fuerte y sofisticada investigación, desarrollo tecnológico y alta ingeniería; el segundo proceso, el frontend o manufactura del semiconductor; y la última fase, la del backend que comprende el ensamblaje, validación y empacado del semiconductor. Debido a que la manufactura de semiconductores requiere de factores como gran uso de agua, electricidad renovable, innovación, entre otros, México está quedando fuera de las primeras dos fases, en donde está el mayor margen, mismos que se llevarán a cabo en Estados Unidos. En el marco del T-MEC se ha identificado que México tiene oportunidad de ensamblar, validar y empacar los semiconductores, al igual que Costa Rica y Panamá, que no están dentro del T-MEC.

A principios de junio, el gobierno federal publicó en el Diario Oficial el Convenio de colaboración del gobierno federal para impulsar la industria de semiconductores en México, en donde participan varias secretarías de Estado. Este convenio está orientado principalmente a la industria automotriz. La evolución de los automóviles convencionales y eléctricos hace que requieran de mucho más microchips conforme sofistican su funcionalidad. Si en 2017 un automóvil requería en promedio 700 microchips, para el 2022 ya requiere mil 600 en promedio.

A principios de octubre pasado, la empresa Foxconn anunció la construcción de una planta de producción de superchips, en el estado de Jalisco, la mayor planta de producción de GB200 del planeta. Foxconn tiene como principales clientes a Apple y a Nvidia, el jugador global más importante de la inteligencia artificial generativa. El GB200, conocido como Blackwell, es el servidor más avanzado de inteligencia artificial de Nvidia.

Lo que México ha hecho hasta ahora es totalmente insuficiente para aprovechar el potencial que se tiene en el cibershoring. En el pasado ya hemos escrito aquí al respecto (Perspectiva Bursamétrica de fechas 17/10/2022, y 22/07/2024). Solo ha anunciado incentivos fiscales mínimos para este y otros sectores en la zona del istmo.

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