Poco a poco, nuestra economía ha venido desacelerándose desde hace más de un año, hasta formar un cuadro de estancamiento, y más recientemente bordeando ya la recesión. Así lo confirman los resultados de nuestro indicador IBEM (Indicador Bursamétrica de la Economía de México) para el mes de diciembre.
Aún no conocemos las cifras oficiales de noviembre, pero lo que nos da la lectura de nuestro indicador IBAM de ese mes, es que pudo darse algún crecimiento, por los buenos resultados de la campaña del Buen Fin y sus derivados. Para diciembre, las cifras son menos alegres, como a continuación exponemos:
El Índice Bursamétrica de la Economía de México/(IBEM) para el mes de diciembre se ubicó con base en cifras originales (no desestacionalizadas) en 132.96 unidades vs. 138.64 puntos de noviembre, con una caída de 4.10 por ciento mensual, equivalente a una variación negativa de 7.47 por ciento anual.
Favorecieron al indicador los siguientes factores: la producción automotriz bajó 12.65 por ciento anual (-13.02 por ciento en noviembre). El Indicador Mexicano de Confianza Económica del Instituto Mexicano de Contadores Públicos/Bursamétrica en su componente de la percepción actual observó mejoría al aumentar a 64.36 puntos respecto a los 63.70 unidades registradas en noviembre. El Indicador del IMEF del sector manufacturero marcó una mayor contracción al bajar de 46.40 puntos en noviembre a 46.00 unidades en diciembre. El precio de exportación de la mezcla mexicana de petróleo en pesos mejoró (-12.6 por ciento anual) que observó en noviembre a +16.6 por ciento anual. El número de empleados afiliados al IMSS estimamos que creció en diciembre +1.82 por ciento anual, variación similar al +1.85 por ciento de noviembre. El Índice de la Bolsa Mexicana de Valores presentó una variación positiva anual de +5.09 por ciento, mientras que el mes pasado caía +2.58 por ciento anual.
Los factores que afectaron al indicador fueron: las exportaciones cayeron 16.66 por ciento anual (-7.48% nov.) y las ventas en el mercado nacional bajaron 8.32% (-6.96% anual nov.). Las ventas de Walmart México, en tiendas y semanas comparables crecieron en diciembre al +0.07% real anual, mientras que en noviembre subieron en +2.94 por ciento real anual. El Índice ISM del sector manufacturero de Estados Unidos marcó mayor contracción al bajar de 48.30 en noviembre a 47.90 en diciembre. El Indicador del IMEF del sector no manufacturero marcó una mayor debilidad al descender de 49.10 en noviembre a 48.80 unidades en diciembre.
Estimamos una variación del IGAE de diciembre de -1.82 por ciento real anual, con cifras originales (no desestacionalizadas). El PIB de México mostraría un decremento al cuarto trimestre del -0.6 por ciento anual; para todo el año 2019 habrá bajado -0.2 por ciento anual.
La economía de México presenta diversos riesgos y oportunidades para 2020, entre ellos se destacan como riesgos: el proceso de elecciones presidenciales en Estados Unidos; la desaceleración de la economía de Estados Unidos, derivada de la guerra comercial que el presidente Trump ha emprendido contra el mundo. La posible reducción de las calificaciones de Pemex y de la deuda soberana; la contracción de la inversión ante la incertidumbre sobre las políticas públicas; la inseguridad creciente, principal obstáculo para la buena marcha de los negocios en México, según diversas encuestas e indicadores, en donde el problema se ve que crece y se propaga a diversas regiones, en lugar de disiparse; y la debilidad del Estado de derecho.
Del lado positivo, podríamos resaltar a los siguientes: la disciplina fiscal que favorece el mantener la deuda pública estable como porcentaje del PIB y por lo tanto favorece la estabilidad financiera y cambiaria. Las remesas familiares que superan un flujo anual de 33 mil millones de dólares. La política salarial, que puede generar junto con el gasto social cierto nivel de consumo. El Programa de Inversión Privada en Proyectos de Infraestructura. La ratificación del T-MEC por parte de los congresos de Estados Unidos y Canadá, lo que en nuestra opinión representa un contrapeso a la hegemonía del poder que tiene actualmente la 4T, y le da una perspectiva favorable de largo plazo a nuestro país, y la política monetaria global superexpansiva que induce a una menor aversión al riesgo y una mayor pretensión de rendimientos, favoreciendo que se incrementen los flujos de inversión financiera hacia economías emergentes, como México.