El autor es presidente de Bursamétrica .
Dado lo apretado del Presupuesto, tanto del lado de los ingresos como del lado de los gastos, en el que se le está apostando a un rebote técnico de la actividad económica, a un incremento en la producción nacional de petróleo, a un precio alto del petróleo, a una recuperación fuerte de la economía estadounidense, a un control de la pandemia por el Covid-19, y a una fiscalización más severa, cabe hacerse la pregunta de si el gobierno federal pudiera contar con alguna tabla de salvación en el caso de que estos supuestos fallaran. Sí, ya se agotaron los recursos de Fondos de Estabilización (había cerca de 300 mil millones de pesos), ya se barrieron los recursos de los fideicomisos públicos (168 mil millones), y se ha logrado una fiscalización de cerca de 300 mil millones de pesos entre los grandes contribuyentes, la opción de los remanentes del Banco de México es la única esperanza de encontrar más recursos antes que endeudarse, subir impuestos o tener que recortar presupuesto de nueva cuenta.
Ya hemos comentado aquí mismo en otras ocasiones, la aberración que significa que según nuestras leyes, el Banco Central tenga la obligación de entregar a la federación el remanente de operación, del ejercicio anterior, cuando este se genera, dado que Banxico no debe perseguir fines de lucro. Y como definición de remanente se toman varios conceptos, pero el fundamental es una plusvalía no realizada en las reservas internacionales, cuando ocurre una depreciación de nuestra moneda, ya que al expresarlas en pesos en la contabilidad suben de valor, pero cuando ocurre lo contrario, una apreciación del peso, lo que sucede con la cantidad de divisas que se tienen en las reservas internacionales expresadas en pesos, en la contabilidad del Banco, es que disminuyen de valor. Ese es el remanente que se tiene que entregar al gobierno federal. Esto es 'creación pura de dinero'. Pero cuando en un ejercicio se da una revaluación del peso, el gobierno no está obligado a reponerle nada al banco.
Para evitar que esta creación de dinero sea inflacionaria, el criterio adoptado en ley es que el banco tiene derecho a quedarse con alguna reserva, y luego, lo que se entrega a la federación sólo se puede utilizar en un 70 por ciento para el pago de deuda pública, y el 30 por ciento restante se destina a incrementar el Fondo de Estabilización de Ingresos de la Federación.
Tomando como base un monto de 190 mil millones de dólares en las reservas internacionales (hoy en día tenemos 194 mil millones). Si el tipo de cambio cerrara en 21.50 pesos se generaría una plusvalía aproximada de 494 mil millones de pesos, cerca de un 8.0 por ciento del Presupuesto. Si asumimos que el Banco de México decidiera quedarse con un 30 por ciento como reserva, se entregarían al gobierno 345 mil millones de pesos. El equivalente a 16 mil millones de dólares. De este importe, 30 por ciento se tendría que aplicar a incrementar el Fondo de Estabilización de los Ingresos del Gobierno Federal, 103 mil millones de pesos. Y la diferencia, 242 mil millones de pesos podría dedicarse a pagar deuda pública.