Al conocerse que las Siefore habían tomado 45 por ciento de la colocación de la Fibra E del nuevo aeropuerto surgieron algunas voces que se escandalizaron, advirtiendo que así se ponía en riesgo el ahorro de los trabajadores. ¿Es lícito que las Afore participen en proyectos de este tipo, y es conveniente que las Siefore tomen este tipo de riesgos?
En el conjunto de las Afore se tiene acumulado un total de 3.2 billones de pesos, lo que equivale a 14 por ciento del PIB. La inversión que hicieron las cuatro Afore participantes representa menos de 1.0 por ciento (0.9 por ciento) de su portafolio de inversión.
La rentabilidad que puede ofrecer este tipo de instrumentos es superior a la que dan los valores gubernamentales de largo plazo, ya que por definición la tasa que pagan los Bonos M u otros similares es la más baja del mercado.
El riesgo de este tipo de estructuras es muy limitado, ya que están respaldados por los ingresos futuros del proyecto, en este caso, el del nuevo aeropuerto, son las tarifas que el nuevo aeropuerto cobrará (TUA) por sus servicios una vez que inicie sus operaciones.
El riesgo de liquidez que pudieran afrontar las Siefore al adquirir estos certificados también es muy reducido, en virtud de que los mismos se colocan en el mercado bursátil, lo que implica que pueden ser vendidos en caso de necesidad en el mercado secundario.
Esta es la tercera Fibra E que se coloca en la Bolsa. La segunda fue colocada por la CFE por un monto de 16 mil 388 millones de pesos. Una subsidiaria de la operadora de infraestructura Pinfra (PACSA) lanzó en octubre de 2016 la primera Fibra E del país (Fibra Vía), bursatilizando la carretera México–Toluca, con la que recaudó 11 mil 835 millones de pesos.
La colocación de la Fibra E no representa una emisión de deuda pública. El gobierno federal se ha quedado sin recursos. Aún y cuando la recaudación de impuestos ha aumentado, todavía se encuentra muy por debajo de la recaudación que tienen el promedio de los países latinoamericanos. La caída de los precios del petróleo junto a la reducción de la producción de hidrocarburos, le ha representado al Estado mexicano la desaparición de su principal fuente de ingresos. Por esto, es necesario que los proyectos de infraestructura se financien con dinero de los particulares. Las Afore representan uno de los principales acervos de ahorro de largo plazo, que están necesitados de proyectos de larga maduración, en donde puedan invertir con seguridad para obtener una mejor rentabilidad.
Cada dos meses las Afore reciben una cantidad impresionante de las aportaciones de los patrones a las cuentas individuales de los trabajadores. Dado que no ha habido la suficiente oferta de papel, la Consar les ha venido autorizando que inviertan cada vez una mayor proporción de sus recursos en el extranjero, en aras de una mayor diversificación. Lo que para un país tan necesitado de capital es una aberración.
Hasta ahora, se han colocado a través de las Fibras E un monto total de 58 mil 223 mil millones de pesos, de los cuales se estima que las Siefore han tomado cerca de 24 mil millones. Para darnos una idea de lo que las Siefore podrían haber tomado de estas emisiones, se tiene un tope máximo de 2.0 por ciento de su portafolio que puede ser invertido en cada proyecto, con lo que el total que podrían haber adquirido era de más de 63 mil 600 millones, y sólo aprovecharon un poco más de una tercera parte de su límite.
Las aportaciones que desde su nacimiento en 1997 a la fecha se hacen a las cuentas individuales de los trabajadores son totalmente insuficientes para garantizar una pensión digna a los mismos cuando se retiren. Aportar 6.0 por ciento del salario significa que las pensiones no van a llegar a ser ni una tercera parte del último salario. Agréguele al análisis un régimen de inversión sumamente deficiente, en donde una tercera parte se va a la subcuenta del Infonavit a ganar 2.0 por ciento real a lo mucho, y comisiones todavía muy elevadas. Así se tiene asegurada una pensión totalmente insuficiente. Las aportaciones deberían de acercarse a 15 por ciento del salario. Las comisiones por la gestión de los activos deberían de reducirse a una tercera parte.
El problema en las pensiones de los cuentahabientes de las Afore no es todo el problema; tenemos varios sistemas de pensiones totalmente subfondeados en los gobiernos de los estados, en las universidades públicas, en varias entidades del sector público. (Pemex, CFE, IMSS). ¿No deberíamos de haber escuchado ya por parte de los candidatos a la presidencia una propuesta de solución?