Perspectiva Bursamétrica

Propuesta de inventarios estratégicos de hidrocarburos

Dado que importamos más de 75% de nuestro consumo de gasolinas y más de 80% del gas, es importante disponer de instalaciones para el almacenamiento.

Imaginemos que en los próximos tiempos de la campaña presidencial, en un día como hoy, el Presidente y candidato Trump anuncia en su cuenta de Twitter una prohibición para surtir de gasolinas y gas natural a México, por su débil esfuerzo en contra del narcotráfico, hasta nuevo aviso. ¿Se puede imaginar la parálisis inmediata que esto desataría en nuestro país? En menos de cinco días, la economía mexicana se pararía completamente. No habría suficiente energía eléctrica, ni gasolina para el transporte, o turbosina para la aviación, ni energéticos para la industria. Las plantas de generación eléctricas alternas con las que cuentan las empresas no tendrían combustóleo para arrancarlas. Los apagones en ciudades enteras serían generalizados. Las telecomunicaciones se interrumpirían completamente.

Es increíble que una expotencia petrolera (como alguna vez lo fuimos), no cuente aún con la infraestructura de almacenamiento mínima indispensable para sortear alguna crisis de suministro de hidrocarburos. En 2004 México se incorporó a la Agencia Internacional de Energía y como tal se comprometió a contar con reservas de crudo. Hoy en día somos el sexto país con reservas naturales probables de gas natural en el mundo, y no contamos con inventarios para una semana. Dado que importamos más de 75 por ciento de nuestro consumo de gasolinas y más de 80 por ciento del consumo de gas, nos es más crítico el disponer de las instalaciones suficientes para el almacenamiento de estos dos energéticos, que tener un inventario razonable de crudo. La Agencia Internacional recomienda lograr almacenamiento suficiente para 90 días. Países desarrollados como Francia, Estados Unidos, Rusia, Alemania u Holanda llegan a contar con más de 120 o 150 días de inventarios estratégicos.

En el pasado, Bursamétrica lanzó una propuesta de Administración Integral de Riesgos para el Gobierno Mexicano. En la misma tocamos la necesidad de incrementar los inventarios de crudo, gasolinas y gas a un nivel mínimo que elimine la enorme vulnerabilidad que tenemos en este aspecto, que no es otra cosa que la seguridad energética del país. La propuesta central era que de poco sirve el contratar cada año coberturas en el precio de exportación de petróleo, si somos deficitarios en hidrocarburos. Sería muy sano entonces que el Gobierno y sus entidades correspondientes también contraten coberturas en el precio de importación de gasolinas y en el precio de importación de gas. El principal consumidor de gas es la CFE que en sus plantas de ciclo combinado utiliza gas natural como insumo energético principal para la producción de energía eléctrica.

En administraciones anteriores se ha planteado el tener un inventario mínimo de cinco a diez días de gas natural. El campo agotado de Jaf en Veracruz podría almacenar por ejemplo, cerca de 10 mil millones de pies cúbicos. También han quedado suspendidos otros proyectos como el de Shalapa, Veracruz, o el de Coyame del Sotol en Chihuahua. Cenagas piensa alcanzar un total de 30 mil millones de capacidad de almacenamiento en tres proyectos.

Bursamétrica propone un plan de inversiones que nos lleven a contar hacia finales de esta administración con la capacidad de almacenamiento de 30 días en gasolinas, 10 días en turbosinas y de 45 días para gas natural, como mínimo.

Se ha prometido que para febrero el Gobierno hará el anuncio de proyectos de infraestructura en el sector de energía que quedó a deber cuando se anunció junto con la iniciativa privada un programa de 147 proyectos de inversión en infraestructura. Aquí se tiene ooootra oportunidad para detonar el gasto de inversión privada que tanto requiere nuestro país, y que es el principal motor de cualquier economía. Los tabúes ideológicos de parte del gabinete hacen poco probable que se anuncien los farmouts y nuevas rondas petroleras. O licitaciones para campos de exploración en la cuenca de Burgos para petróleo o gas shale. O proyectos de generación de energías renovables. Es una lástima. La historia los juzgará. Pero, ¿no sería mucho pedir que aunque sea presenten un plan serio de seguridad energética basado en coberturas de precios de importación, y en proyectos de almacenamiento de gasolinas y de gas natural en donde, además hay, por parte del sector privado un enorme apetito para la inversión?

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