Perspectiva Bursamétrica

¿Qué tan bien está actuando el Banco de México?

Las medidas implementadas en marzo pueden considerarse suficientes, pero con el alargamiento de la parálisis económica el esfuerzo del Banxico se ve insuficiente.

El autor es Presidente de Bursamétrica.

Con la reducción de 50 puntos base adicionales decretada la semana pasada en la tasa de referencia, el Banco de México completó diez recortes en un año, bajando un total de 375 puntos base, llevando la tasa de Banxico de 8.25 a 4.50 por ciento. ¿Qué tanto más puede Banxico bajar su tasa de referencia?, ¿está haciendo lo suficiente?, ¿qué podemos esperar?

Nuestro país está colocándose rápidamente en los primeros lugares en diversos rubros. México ocupa el tercer lugar en el número de decesos por Covid-19 según las cifras oficiales. También ocupa el primer lugar en obesidad infantil, el duodécimo lugar en delincuencia general, tercero en delincuencia organizada, el decimocuarto lugar como emisor de gases de efecto invernadero, el tercero en mala calidad del aire, ocupamos el puesto 59 de 141 en competitividad, 100 en calidad educativa (WEF) y en el lugar 53 de 71 países en el examen PISA de nivel de educación. En el caso de las tasas de referencia de los bancos centrales estamos posicionados dentro de un selecto grupo de 15 países cuyos bancos centrales tienen las tasas de referencia más altas del mundo. Son el grupo de los denominados SARC (Solo Así Retengo Capital). En el cuadro adjunto se ve que México tiene ahora la misma tasa que Vietnam y Sri Lanka, y 25 puntos base más que Botsuana, con quien competimos férreamente por la atracción de capitales.

La decisión del jueves pasado no fue unánime, un miembro de la Junta de Gobierno optó por reducir sólo en 25 puntos base la tasa en lugar de 50 puntos. Teníamos varias sesiones de ver decisiones unánimes. El gobernador externó en una entrevista en Bloomberg que es probable que las decisiones hacia adelante sean más complicadas.

Hay varios factores que hacen difícil que se pueda llegar a esa tasa promedio mundial. De entrada tenemos el comportamiento acelerado de los precios. La inflación anual se ubicaba 2.15 por ciento en abril pasado y ya aumentó a 3.62 en tan sólo tres meses. Una inflación general muy baja para la devaluación que hemos observado, subiendo los precios de los energéticos y los de los alimentos, mientras que la inflación en los servicios es mucho más reducida, como consecuencia de la contracción de la actividad económica.

La contracción de la demanda agregada que se ha tenido es inaudita. Una contracción del PIB de 18.9 por ciento anual, en el segundo trimestre y la pérdida de cerca de 12 millones de empleos es un frenón en seco de la demanda agregada por lo que no se le puede culpar a un exceso de demanda al incremento de las presiones de precios, sino más bien a la escasez de productos perecederos, y la recuperación de los precios internacionales de los hidrocarburos.

La salida de capitales es otro factor determinante en la timidez de la Junta de Gobierno para reducir más su tasa de referencia. Habrá escuchado que en los últimos meses han salido 15 o 17 mil millones de dólares. ¿Qué tan cierto es esto? Hacia mediados de febrero había una tenencia de valores gubernamentales en pesos, en manos de residentes del exterior, equivalente a 116 mil millones de dólares. La última cifra al 5 de agosto es de 81.8 mil millones. Aparentemente ha bajado en 34.2 mil millones. Pero de esta cantidad, sólo 17 mil millones de pesos corresponden a lo que los inversionistas han vendido de valores gubernamentales y 17 mil millones restantes corresponde a la pérdida de valor de las posiciones en pesos, en términos de dólares, por la devaluación. El 80 por ciento de esa salida se dio en la segunda quincena de marzo, cuando los mercados internacionales observaron una muy importante volatilidad y un fenómeno de flight to quality, con una salida masiva o sell off de mercados emergentes.

Estos recursos que quedan, por 81 mil millones de dólares, son el principal riesgo que ven los reguladores e impiden que Banxico se anime a bajar más agresivamente su tasa de referencia. Estos recursos se mantienen en pesos, porque gozamos del grado de inversión.

En esta circunstancia, ¿está haciendo lo suficiente Banxico? Las medidas que implementó a finales de marzo para un escenario de un confinamiento social de dos o tres meses pueden considerarse suficientes. Pero el alargamiento de la parálisis económica y una reapertura parcial con semáforos regionales está profundizando el efecto recesivo, con lo que el esfuerzo del Banco de México se ve totalmente insuficiente. Con nuestros indicadores oportunos de Bursamétrica estimamos una caída en el IGAE (PIB mensual) de junio de -14.5 por ciento anual, y de -8.5 por ciento anual para julio. Nuestra expectativa es que se den dos reducciones de 25 puntos base en lo que resta del año. Una en septiembre y otra en noviembre, para llevar la tasa a 4.0 por ciento anual. También creemos que va a ser necesario reforzar las medidas anunciadas para permitir una expansión del crédito en un mayor monto. Hay que recordar que el Banco va solo en la política económica anticíclica.

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