La piratería cibernética o hacking es una amenaza constante para las Américas. El mes pasado, Estados Unidos emitió una advertencia de emergencia después de descubrir que los piratas informáticos secuestraron software utilizado por varias agencias federales para acceder a sus redes. Sin embargo, el riesgo no es solo para el gobierno, sino especialmente para las empresas. Según CNBC, los ciberataques ahora cuestan a las empresas de todos los tamaños 200 mil dólares en promedio, y 43 por ciento de ellos están dirigidos a pequeñas empresas.
Más allá del impacto financiero inmediato del hackeo, existen otros costos que continúan drenando las finanzas de una empresa. Las consecuencias ocultas señaladas por Deloitte incluyen aumentos en las primas de seguros, aumento en el costo de endeudamiento, pérdida de valor de las relaciones con los clientes, devaluación del nombre comercial y pérdida de propiedad intelectual, entre otras.
Los ataques de ransomware y malware también han proliferado en América Latina. Fortinet estima que solo en 2019, la región sufrió más de 85 mil millones de intentos de ataque. Y estos solo aumentaron en medio de la pandemia de coronavirus. Los datos de Statista muestran que Brasil tuvo la mayor proporción de usuarios atacados con ransomware en América Latina el año pasado, con casi 47 por ciento de los usuarios infectados. México ocupó el segundo lugar, con aproximadamente 23 por ciento de los usuarios atacados.
Crecientes ataques en América Latina: Tres razones
Hay tres razones clave detrás de los crecientes ataques en América Latina. Primero, la región ha visto un aumento importante en la penetración de internet en los últimos años, con 67 por ciento de las personas con acceso en 2020 frente a 36 por ciento en 2011. En segundo lugar, la tecnología financiera (fintech) se está adoptando cada vez más. El Banco de Pagos Internacionales (BPI) destaca que en el periodo 2017-19, la inversión en fintech en la región se duplicó. Y en tercer lugar, las inversiones en ciberseguridad y la coordinación regional aún no son óptimas. El mercado de ciberseguridad de la región se valoró en 13 mil millones de dólares en 2019 con la mayor parte de las inversiones concentradas en Brasil y México.
México
En los últimos años, México se ha visto afectado por una serie de ataques de malware de alto perfil. En 2020, la Secretaría de Economía detectó un ciberataque en algunos de sus servidores. Fue el segundo golpe de más alto perfil en el gobierno mexicano después de que los piratas informáticos exigieran 5 millones de dólares en bitcoin a Pemex en 2019. Y en 2018, el malware afectó a varias instituciones bancarias, en particular al sistema de pago electrónico.
Según Kaspersky, 2021 será otro año desafiante para América Latina. Habrá un aumento y diversificación de los ataques dirigidos a los sistemas financieros por parte de grupos ciberdelincuentes locales. Algunos sistemas operativos y plataformas de comunicación se utilizarán cada vez más para realizar ataques. Y se utilizarán técnicas sofisticadas relacionadas con la inteligencia artificial para orquestar campañas de desinformación o propagar códigos maliciosos.
Los riesgos solo aumentarán a medida que el malware de minería de criptomonedas presente a los ciberdelincuentes una alternativa al ransomware. América Latina es particularmente propensa a estos ataques ya que la depreciación de las monedas locales y los entornos políticos inciertos llevan a muchos inversionistas a buscar refugio en las criptomonedas. Además, el fuerte flujo de remesas a la región también es un catalizador del uso de criptomonedas. Bitso, la plataforma de servicios financieros y de intercambio de criptomonedas con sede en México, ya está procesando mil millones de dólares en remesas para sus clientes.
Tendencias que definen el futuro
"Next Generation" es la visión del futuro en Julius Baer. Un futuro definido por megatendencias que repercuten en cada aspecto de nuestras vidas y provocan cambios estructurales en nuestra sociedad, influyendo en los consumidores y en las empresas por igual. Nuestra meta es identificar esas megatendencias y traducirlas en temas de inversión tangibles hoy para nuestros clientes. Como parte de la megatendencia Disrupción Digital, la ciberseguridad es uno de los temas que concita cada vez más atención y por lo tanto es relevante seguirlo desde un punto de vista del inversor.