¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por una ilustración digital de una roca?, ¿qué tal 300,000 dólares? Ése es aproximadamente el precio de algunas de las llamadas Ether Rocks originales más económicas. Se pueden obtener esas imágenes gratis, pero sólo una persona puede ser dueña del original de una de estas 100 rocas. Otros bienes digitales han alcanzado precios mucho mayores: Christie’s subastó una obra digital llamada Everydays: The first 5000 days que se vendió por poco más de 69 millones de dólares. Este tipo de transacciones se han hecho posibles gracias a los tokens no fungibles (Non-fungible tokens o NFTs) que es una forma reciente en que la tecnología que subyace a las criptomonedas ha cambiado un mercado.
Los NFTs usan la tecnología que está detrás de las criptomonedas para registrar de manera confiable y segura la autenticidad de un bien digital. La cadena de bloques es la forma en la que se puede tener un registro confiable de tenencia de criptomonedas sin la necesidad de un intermediario o autoridad central. La misma tecnología permite validar la autenticidad de un bien digital y diferenciarlo de copias que, en cualquier otro sentido, son idénticas al original.
Los NFTs le dan a un bien digital un carácter irreproducible y esto cambia por completo las reglas económicas del mundo digital. La creación de bienes digitales (como libros o música) ya había representado un importante cambio de reglas en la economía porque se pueden reproducir de forma instantánea y prácticamente gratuita sin pérdida de calidad. Esto implicó la existencia de bienes abundantes con un bajo costo de producción, pero también implica el reto de la monetización por parte de las empresas y la disrupción de varias industrias como la de los periódicos y las revistas.
Los NFTs son una tecnología está provocando disrupción en el mundo digital porque cambia la lógica de (algunos) bienes digitales. Aunque un bien digital, como una fotografía, pueda copiarse millones de veces, se puede tener sólo uno (o unos pocos) que se distinga con un NFT y esto lo hace, de cierta forma, único. La existencia de bienes digitales diferenciados ha llevado a la aparición de nuevos mercados con transacciones de elevado valor.
Un mercado permite un intercambio de valor mutuamente beneficioso entre oferentes y demandantes. Los mercados son el alma de la vida económica aunque, desgraciadamente, no siempre pueden existir. Cuando una nueva tecnología o alguna otra innovación permite la creación de un nuevo mercado se genera valor para la sociedad. ¿Será esto verdad para los bienes digitales que se venden por miles o millones de dólares?
Una preocupación en este sentido puede ser que los altos precios de estos bienes se conviertan en burbujas especulativas. Una burbuja implica que el precio de un activo se disocia por completo de su valor debido a la especulación, lo que lleva a que la burbuja estalle tarde o temprano. El estallido de estas burbujas puede crear graves problemas económicos. Sin embargo, en el caso de los bienes digitales asociados a los NFTs es difícil establecer un valor objetivo. Podemos pensar que las acciones de una empresa tienen un valor relacionado con sus activos, sus flujos financieros futuros o, incluso, intangibles como marcas. Es mucho más complejo estimar el valor de, por ejemplo, una fotografía digital única porque su valor es subjetivo.
Definitivamente habrá quien compre NFTs exclusivamente con fines especulativos. Pero los NFTs también permiten la formación de un mercado donde un creador de contenido puede ganarse la vida (o hacerse rico) vendiendo sus obras a consumidores que las aprecian y están dispuestos a pagar por tener el original o una edición limitada de aquello que les gusta. En este último sentido, los NFTs pueden generar mucho valor en la economía.
La existencia de los NFTs se presta al uso de recursos con fines exclusivamente especulativos, pero también puede generar transacciones mutuamente beneficiosas entre creadores de contenido y quienes desean poseer ese contenido de alguna forma. Como es el caso de cualquier tecnología, en los NFTs no hay bondad o maldad intrínseca, sino que su valoración moral dependerá de su uso.