Economía empresarial

La inflación y la pérdida de bienestar

Un análisis detallado sobre la inflación muestra un fuerte impacto del aumento de precios en el bienestar de las familias más necesitadas.

La inflación cerró el año en un nivel particularmente alto, la cifra de 7.4 por ciento de inflación en diciembre de 2021 es la más alta para un diciembre desde el año 2000. Sin embargo, un análisis más detallado de la inflación muestra un fuerte impacto del aumento en precios en el bienestar y que los más necesitados son quienes más han sufrido un deterioro en su calidad de vida.

Una adecuada nutrición es una de las necesidades más básicas y urgentes del ser humano. Desgraciadamente, los alimentos han presentado los mayores incrementos en precios recientemente. Si se separan los componentes de la inflación por objeto del gasto, el rubro con un mayor incremento es el de los alimentos, bebidas y tabaco con un aumento de precios de 10.7 por ciento. Por su parte los precios de las frutas y verduras crecieron 21.7 por ciento el año, mientras que los productos pecuarios sufrieron un aumento de precios de 11.1 por ciento.

Un mayor desglose muestra que muchos alimentos han subido tanto de precio que seguramente se han vuelto inalcanzables para las familias con menores ingresos en nuestro país. El aumento en precios de aceites y grasas comestibles fue de 37.5 por ciento; el de las hortalizas frescas, 27.1 por ciento; el de las frutas frescas, 25 por ciento de la carne y vísceras de res, 15.3 por ciento y, finalmente, el de tortillas y derivados del maíz ascendió al 15 por ciento.

El alza acelerada en el precio de los alimentos afecta particularmente a los más desfavorecidos porque las familias más pobres gastan una mayor proporción de su ingreso en alimentación que las familias con mayores ingresos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi, los hogares que forman parte del primer decil de ingresos (esto es, el 10 por ciento de hogares más pobres del país) gasta la mitad de su ingreso en alimentos y bebidas. Esta proporción disminuye paulatinamente al aumentar el ingreso hasta que, en el decil de ingresos más alto, sólo 28 por ciento del ingreso se destina a ese rubro.

En cuanto al impacto de la inflación en la pobreza, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) actualiza cada mes su línea de pobreza con base en los cambios de precios de los bienes que la componen. Esta línea representa el punto de corte oficial para saber a quiénes se considera como pobres por ingresos en México. Aunque la inflación en 2021 fue 7.4 por ciento, la línea de pobreza presentó un aumento en su costo de 8.2 por ciento para zonas urbanas y de 9 por ciento para localidades rurales. En el caso de la línea de pobreza extrema, el impacto es todavía mayor: 11 por ciento para la canasta alimentaria urbana y 12 por ciento la rural. Lo anterior muestra, por un lado, que muchos hogares pobres se han visto obligados a reducir su consumo y, por otro lado, que algunos hogares que no eran considerados como pobres, han caído por debajo de esta línea de pobreza.

La elevada inflación es una preocupación importante actualmente. Un análisis detallado de la misma muestra que los alimentos han tenido aumentos de precios mayores a los de la inflación general. Esta situación afecta fuertemente al bienestar de las familias mexicanas y con mayor intensidad a las más pobres. Es muy importante que Banco de México use decididamente las herramientas a su alcance para disminuir la inflación, por el bien de los más necesitados.

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