Economía empresarial

La reducción de la inflación en riesgo

La inflación de servicios no ha cambiado. Esto puede dificultar el llegar a la meta de inflación de 3% a mediados de 2025 como lo espera Banco de México.

El periodo de alta inflación mundial derivado de la pandemia y la guerra en Ucrania parece estar cerca de quedar en el pasado. De hecho, se espera que las tasas de interés empiecen a bajar este año. Sin embargo, existe el riesgo de que el último tramo para llevar a la inflación hacia su meta sea complicado. No se debe cantar victoria demasiado pronto.

La inflación ha disminuido en 4.3 puntos porcentuales desde su punto más alto en septiembre de 2022. Por su parte, la inflación subyacente que es la que incluye precios menos volátiles y, por lo tanto, muestra de mejor forma la tendencia de la inflación también ha mostrado un comportamiento favorable. Ha pasado de 8.3 por ciento a 4.6 por ciento de febrero de 2023 al mismo mes de 2024.

El tema se vuelve más delicado si nos fijamos en el desglose de ese índice subyacente. El aumento en los precios de las mercancías se ha moderado considerablemente. Ha pasado de 10.6 por ciento a 4.1 por ciento en los últimos 12 meses. Sin embargo, la inflación de servicios no ha cambiado. En diciembre de 2022 registró un nivel del 5.1 por ciento y en febrero de 2024 es 5.3 por ciento. Esto puede dificultar el llegar a la meta de inflación de 3 por ciento a mediados de 2025 como lo espera Banco de México.

Los precios de las mercancías y los servicios han seguido trayectorias muy diferentes desde el inicio de la pandemia. Los confinamientos detuvieron por completo la demanda de servicios como viajes aéreos, restaurantes, entretenimiento, etcétera. El gasto que normalmente destinaban los hogares a estos servicios se trasladó hacia las mercancías que aumentaron de precio desde el inicio de la pandemia.

En el caso de los servicios, sus precios no empezaron a subir hasta que regresó su demanda con el fin de los confinamientos. Esto ha provocado un cambio en precios relativos: las mercancías se han vuelto relativamente más caras que los servicios. Los precios de las mercancías están 32 por ciento por encima del nivel que tenían en la primera quincena de 2020, mientras que los precios de los servicios son 19 por ciento mayores.

Este desfase hace que las empresas de servicios todavía estén trasladando algunos de sus aumentos de costos a sus precios. Es probable que los precios de los servicios deban mantener una inflación mayor que la de las mercancías para restablecer el equilibrio que tenían previo a la pandemia. El problema es que esto puede afectar el proceso de convergencia de la inflación a su meta.

Si la inflación de mercancías continuara disminuyendo al ritmo que lo ha hecho los últimos seis meses, alcanzaría un nivel de 3 por ciento en mayo de este año. Alcanzado ese punto, no podemos esperar que baje mucho más y, si la inflación de servicios no se modera, se detendría el proceso desinflacionario ya que la inflación subyacente no bajaría del 4 por ciento.

El punto de fondo es que se tiene un riesgo importante en el proceso de convergencia a la meta de Banco de México por la resistencia a bajar de la inflación de servicios. Además, el mismo Banco Central ha identificado otros riesgos en su informe trimestral entre los que destacan la posibilidad de una depreciación cambiaria, mayores presiones de costos y una profundización de los conflictos geopolíticos que pudiera afectar a las cadenas de suministro mundiales.

De esta forma, alcanzar la meta de inflación hacia mediados del siguiente año está lejos de estar garantizado. La Junta de Gobierno de Banco de México debe tener cuidado de no mandar una señal inadecuada en su próxima reunión. Si bajan la tasa de interés y el proceso desinflacionario se detiene hacia la segunda mitad del año, va a ser difícil llevar a la inflación a su meta del 3 por ciento.

Prácticamente todos los departamentos de análisis económico esperan que la tasa de referencia empiece a bajar en marzo, pero esto no necesariamente sería lo más prudente. Es cierto que la tasa de interés real es muy alta, pero bajar la tasa nominal manda una señal muy clara por parte del Banco Central y puede resultar muy peligroso. Creo que la Junta de Gobierno debe ser particularmente prudente y evitar cantar victoria demasiado pronto.

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