Una de las industrias en constante cambio en los últimos años es la turística: la digitalización, la personalización, las tecnologías emergentes como el big data y la realidad aumentada, transformaron la experiencia de viajar. Sin embargo, en toda su historia, el turismo no ha sufrido un cambio tan abrupto como el que está por suceder y que nadie se esperaba.
Como es sabido, uno de los sectores que ha tenido un fuerte impacto a causa de la pandemia ha sido el turismo, ya que una de las principales medidas para evitar la propagación del Covid-19 fue el cierre de fronteras y las restricciones en el tránsito aéreo en gran parte de los destinos, lo que paralizó sus actividades de forma radical en el mundo.
Esto provocó que tan sólo en el primer trimestre de 2020 dejaran de viajar en el mundo 67 millones de turistas, según la Organización Mundial del Turismo. En México, la llegada de visitantes extranjeros cayó 34.4 por ciento anual en ese mismo periodo y la derrama económica disminuyó 45.6 por ciento, de acuerdo con la Secretaría de Turismo.
Ahora bien, aunque existe el deseo por viajar, la forma de hacerlo no será la misma, de hecho, para la reapertura del sector se comenzó a trabajar en protocolos sanitarios que garanticen la seguridad de los viajeros, como el uso de equipo de protección (caretas, cubrebocas y guantes) de forma obligatoria, sanitización y limpieza de espacios constantemente, revisión de temperatura, distanciamiento social, etcétera. Lo que nos muestra que la seguridad sanitaria será la clave que marcará las decisiones al momento de elegir un destino, el alojamiento, el transporte y las actividades a realizar en el destino.
Un claro ejemplo sobre esto es Grupo Xcaret, que desarrolló con la asesoría de profesionales especialistas en enfermedades infecciosas un modelo denominado Xeguridad 360° donde establece los protocolos de seguridad, higiene y prevención ante el Covid-19 que tendrán sus hoteles y parques, lo que permitió que obtuvieran el sello de Viaje Seguro del Consejo Mundial de Turismo y Viajes (WTTC) que certifica a determinados destinos como lugares de viaje seguros.
Asimismo, en un futuro cercano será evidente en los aeropuertos el rediseño de salas para acelerar los procedimientos de migración, el check in será totalmente online para minimizar el contacto entre personas, los tiempos serán escalonados para acceder a salas e incluso será obligatorio llevar un certificado que demuestre que la persona se encuentra bien de salud.
En los hoteles y restaurantes ya hay una adaptación de los límites de capacidad por la sana distancia y será cada vez más común solicitar servicios a través de dispositivos móviles como el servicio a cuarto o revisar el menú.
La realidad es que ahora el turismo debe adecuarse no sólo a las nuevas necesidades de los viajeros, sino también debe priorizar los estándares sanitario, pues el compromiso está en poner sobre todas las cosas el bienestar de los turistas.
Sin duda es todo un desafío, pero esto representa una nueva oportunidad para que todas las empresas turísticas podamos reinventarnos junto con la industria y ofrecer viajes a la medida, seguros y flexibles, así como mayores facilidades para impulsar el turismo, principalmente el doméstico que ayudará en la reactivación económica, pues si bien la pandemia generó un gran impacto en todos los ámbitos, hay algo que nunca cambiará, y es la pasión por viajar..