Leer es poder

Thank you, thank you, Mr. President

Salvo aquellos que ya perdieron toda vergüenza y justifican los peores errores de López Obrador, el viaje a Washington ha recibido la reprobación generalizada.

Contra toda lógica política, viaja López Obrador a Washington a pagar el favor a Trump por sus equivocaciones con la OPEP. Bravo, presidente, colocó usted su interés personal por encima del país que representa.

Teníamos un TLC que estaba menguando. Trump amenazó con cancelarlo, para terminar imponiéndonos una renegociación, muy a su estilo. Como se sabe, cedimos en varios rubros importantes, sobre todo en el automotriz; los resultados están por verse. ¿Qué es lo que va a agradecer López Obrador? Gracias por amenazarnos con cancelar el TLC. Gracias por su agresiva negociación. Y ya encarrerado con los agradecimientos, López Obrador, traducido por el fiel Ebrard, dará las gracias a Trump por amenazarnos con subir los aranceles el año pasado. Un gran gesto de vecino lo del ultimátum. Gracias por imponernos el desplazamiento de 27 mil miembros de la Guardia Nacional en la frontera sur, lo que dejó a los mexicanos a merced del fuego del crimen organizado. Gracias señor Trump, dirá nuestro presidente, emocionado. Un hijo de Macuspana en las grandes ligas.

Gracias, farfullará el presidente, para agradecerle a Trump que desde el primer día de su campaña insultara a los mexicanos. Que nos impusiera un muro que ahora mismo se está construyendo. Agradecerle las redadas de nuestros connacionales y de los niños metidos en jaulas. Sin olvidar su intento de deportar a los cientos de miles de dreamers a México, intento que la justicia norteamericana finalmente frustró. Todo eso va a agradecer López Obrador. Thank you, Mr. President.

Ninguno de los dos usará cubrebocas. Tienen tanto qué decir. El club de los necios. Dice López Obrador que va a agradecer la venta de respiradores. ¿Pero por qué agradecerle si nos los vendió? Además, ¿no se supone que México comenzó a prepararse para la llegada de la pandemia desde enero? Si sabíamos que vendría, ¿por qué compramos los equipos a destiempo? Lo cierto es que es una mentira. Todo lo hicimos tarde y todo lo hicimos mal. Somos el tercer país en muertes por millón de habitantes, debajo de Estados Unidos y Brasil. Trump y López Obrador podrán compartir consejos de sabiduría popular, traducidos por Marcelo.

Qué lástima, como decía el clásico, que en México no exista embajada de México. Poco diplomática fue la crítica del esposo de la embajadora mexicana a la visita del presidente a Trump. A otros esa actitud les granjearía una amonestación, a otros, no a los tíos de la esposa del presidente. Todos somos iguales, en la república de la cuatro té, pero unos son más iguales que otros.

Dice López Obrador que representará a México con "decoro y dignidad", pero lo dudo. Desde la campaña de 2018 el presidente tiene la fantasía, que ha expresado en diversos foros, de que si se sienta en privado con Donald Trump podrá convencerlo de sus planes de regeneración y pacifismo mundial. Le predicará el presidente mexicano al multimillonario Trump que hay que aspirar a la pobreza digna, que el neoliberalismo fracasó ya en el mundo. Todo esto traducido por Marcelo, que tendrá la cara roja. En respuesta, Trump le asestará con rudeza el reclamo que las compañías petroleras le hicieron llegar: López Obrador está cambiando las reglas del juego, lo que pone en peligro la viabilidad del T-MEC. No lo hagas, dirá Trump. Pero… ¡Don't do it! El canciller traducirá. Con mucho decoro y dignidad.

Salvo aquellos que ya perdieron toda vergüenza y justifican los peores errores de López Obrador (¡con usted hasta la ignominia, señor presidente!), el viaje a Washington ha recibido la reprobación generalizada. No va López Obrador por gusto. Va en plena campaña electoral. El riesgo de molestar a los demócratas es alto. Va para que Trump muestre su cabeza en una charola. Rendí a este mexicano, dirá a los suyos. Ahora México es el muro. Y lo están pagando ellos, rugirá Trump.

En la campaña de 2018, Trump era para López Obrador un neofascista, xenófobo, antimexicano. En campaña prometió no dejarle pasar ni un solo insulto. Con gallardía, el candidato López Obrador nos decía cómo pondría en su lugar al bocón. Pero ocurrió todo lo contrario. Pasando por encima de la estupefacción de todo su gabinete y de su círculo cercano, educados desde niños a identificar a Estados Unidos con el imperialismo, López Obrador decidió no contestarle ni una a Donald Trump. En un pueblo, con público a modo, preguntó en la plaza: ¿verdad que no quieren que me confronte con Trump? Noooo, baló la gente. En esa 'consulta popular' (el pueblo habló) justifica el presidente su cambio de actitud, casi hasta el servilismo.

¿Qué ha ganado el país con esta sumisión? El T-MEC. La única estrategia económica de López Obrador. La firma del gran tratado neoliberal. Estamos mal, sin el Tratado estaríamos mucho peor. Nada tiene que ofrecerle López Obrador al 30 por ciento de la población desarrollada del país. Esa que lo critica todos los días. Salvo el Tratado que, con nuevas condiciones, nos impuso Trump. Gracias, señor presidente.

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