En el conteo final hacia las elecciones que se llevarán a cabo en Estados Unidos, llegamos a un punto, por demás interesante y, para muchos, incluso estresante. De acuerdo con prácticamente todas las encuestas estatales, hay un empate entre ambos candidatos presidenciales: Kamala Harris y Donald Trump.
La moneda está en el aire. Recordemos que, para declararse ganador, un candidato presidencial debe obtener al menos 270 votos electorales. Actualmente, los estados que están en la mira por la cantidad de votos que aportan son Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin, Nevada, Pensilvania, Georgia y Arizona. Ha sorprendido la participación ciudadana récord en el proceso de voto anticipado; por ejemplo, en Georgia, se emitieron más de 300 mil votos en el primer día, reflejando la relevancia de este estado en las elecciones.
Por la importancia de las relaciones entre México y Estados Unidos, abordaremos en este Debate Puntal las propuestas electorales de los candidatos presidenciales que apuntan directa o indirectamente hacia nuestro país.
En muchos foros se repiten un par de preguntas de manera consistente: ¿por qué Estados Unidos no tuvo una postura más enérgica respecto a la reforma judicial? ¿Por qué no ha tomado una agenda activa ante la inseguridad desatada en nuestro país? La respuesta puede ser muy simple: en la agenda política, lo único que hoy está en el centro de todo es el tema económico, y este se basa en la realidad comercial que tenemos con nuestro vecino del norte (algo que el gobierno mexicano deberá cuidar con pinzas).
Debemos ser claros: México es el socio comercial más importante de Estados Unidos; difícilmente podría visualizarse un escenario en el que no consuman nuestras materias primas, como el ganado, las frutas, las verduras y los granos, entre otros. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, tendrá el reto de equilibrar la balanza entre mantener contentos a los interlocutores estadounidenses del T-MEC y cuidar que no se pierda la fortaleza comercial que tenemos gracias a nuestra cercanía en las fronteras, en un momento democrático e institucional débil en México.
Comparemos algunas de las posturas de ambos candidatos en temas como migración, seguridad y comercio.
Kamala Harris ha propuesto que el sistema migratorio necesita reformas. Su sitio web menciona la creación de un “camino ganado hacia la ciudadanía”, aunque no contiene detalles sobre lo que implicaría este proceso. Donald Trump ha prometido intensificar sus esfuerzos para acabar con la inmigración ilegal en Estados Unidos. Ha declarado que restablecerá la ley ‘Permanecer en México’ y el Título 42. También ha propuesto una campaña de deportación masiva que involucre al Ejército estadounidense, a la Guardia Nacional y a una nueva fuerza de deportación.
En cuanto a la seguridad fronteriza, recordemos que Trump lo convirtió en un tema central de su plataforma política desde el inicio de su campaña en 2015, cuando prometió construir un muro pagado por México. Ahora, en 2024, el expresidente ha comprometido ir más allá con la promesa de “sellar la frontera, detener la invasión e implementar el mayor esfuerzo de deportación en la historia de Estados Unidos”. Mientras tanto, Harris no ha hablado específicamente sobre el muro durante su campaña presidencial de 2024. Uno de sus anuncios de televisión recientes dice que contratará a miles de agentes fronterizos más y destaca que previamente apoyó “el proyecto de ley de seguridad fronteriza más duro en décadas”.
Finalmente, en cuanto a la parte comercial, a pesar de haber negociado el acuerdo vigente, el apoyo de Trump al T-MEC en un segundo mandato no está garantizado. Ha continuado criticando el déficit comercial de Estados Unidos con sus socios norteamericanos, que se ha más que duplicado desde 2017, alcanzando los 220 mil millones de dólares en 2023. Trump ha hablado en su campaña de 2024 sobre un plan para imponer un arancel del 10 por ciento a todos los bienes importados a Estados Unidos. Por su parte, Kamala Harris se opone al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), un punto de vista que expresó en su campaña al Senado de 2016. En 2020, fue una de los diez senadores que votaron en contra del T-MEC y dijo que habría votado en contra del TLCAN. Sin embargo, a diferencia de Trump, la oposición de Harris surgió de su creencia de que el T-MEC no iba lo suficientemente lejos en materia de protección ambiental y laboral. Se ha manifestado en contra del arancel global del 10 por ciento propuesto por Trump, publicando anuncios que dicen que los aranceles perjudicarían a los consumidores. Respecto a los demás temas, Harris aún no ha comentado su opinión sobre la revisión del T-MEC o cualquier posible nuevo acuerdo comercial durante su campaña de 2024.
Los puntos de encuentro entre las políticas de ambos candidatos son mínimos, lo que profundiza la división y la indecisión del electorado estadounidense. En 2016, Donald Trump ganó con un voto oculto que ninguna encuesta logró descifrar. A unos días de las elecciones en Estados Unidos, todo está por verse.
Las posturas de la candidata demócrata no son claras, y no profundiza en cómo lo podrá lograr. Por otro lado, ya tenemos datos de cómo le fue a nuestro país en el primer mandato del presidente Trump, y el balance no fue negativo.
Como mexicano, me gustaría que la propuesta que se vea favorecida por el electorado estadounidense sea aquella que nos ayude a fomentar el crecimiento económico, con políticas públicas que permitan, de manera real, disminuir la migración y construir una relación comercial verdaderamente justa para ambas naciones. Ya se tiene el antecedente del T-MEC; solo sería perfeccionarlo.