Las tensiones comerciales son y han sido parte de la normalidad en los escenarios externos desde hace mucho tiempo. Pese a que, por varias semanas, las negociaciones entre Estados Unidos y China parecían ir en la ruta correcta, no hubo acuerdo luego de que Donald Trump cumpliese su amenaza de elevar los aranceles a las importaciones chinas a su país de 10 a 25%. El país asiático subió la temperatura al ambiente al dar marcha atrás a su compromiso de cambiar leyes sobre acceso a mercados, transferencia tecnológica y robo de propiedad intelectual.
En el fondo de esta disputa está el creciente peso geopolítico de China en el mundo. Por ahora, el costo de una guerra comercial entre esa nación y Estados Unidos es relativamente bajo, y se enmarca en las ambiciones políticas del mandatario norteamericano de aquí a 2021.
Así las cosas, el crecimiento en el primer trimestre del año fue mejor a lo esperado en la mayoría de los países avanzados, sin presiones inflacionarias. En el vecino país del norte, la actividad económica se expandió 3.2% a tasa trimestral anualizada, gracias, entre otros factores, al impulso de las exportaciones netas.
En México, el primer trimestre ha resentido la moderación característica del inicio de gobierno. Según al análisis mensual del IMEF, con cifras ajustadas por estacionalidad, la actividad económica se contrajo 0.2% trimestre a trimestre, considerablemente por debajo del mercado (+0.3%) y prácticamente borrando el avance del 4T18. Dicho resultado se dio en un entorno de alta incertidumbre, en particular por los choques transitorios en los primeros dos meses, como los retrasos en la distribución de combustibles y bloqueos a vías férreas, entre otros. Bajo este contexto, factores internos y externos podrían seguir afectando la actividad, por lo menos en el periodo abril-junio de este año.
En cuanto a la inflación, tuvo un repunte temporal arriba del objetivo del Banco de México. Los precios al consumidor subieron 0.05% mes a mes en abril, levemente abajo del consenso, con la inflación subyacente subiendo 0.46% mes a mes. La inflación anual pasó de 4% en marzo a 4.41%, por encima del rango superior del objetivo del banco central. El IMEF estima que este indicador puede bajar en los próximos meses, para cerrar en 3.85% a fin de 2019.
Tema polémico como pocos, es la política petrolera del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que sigue apuntalando las débiles finanzas de Pemex y anunció que construirá una refinería en Dos Bocas, aunque de menor tamaño a lo manifestado inicialmente. Además de los cambios realizados a las reglas de operación del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros, para volverlo contra-cíclico, la actual administración ha realizado cambios en su régimen fiscal.
Hace unos días, el Gobierno Federal informó sobre el acuerdo con HSBC, JP Morgan y Mizuho Securities para renovar líneas de crédito revolventes hasta por 8 mil millones de dólares. Con ello, quedaría por refinanciar 77 mil millones de pesos de los vencimientos para el presente año y Pemex obtiene en el corto plazo, un respiro en su problemática situación financiera. No obstante, tal como se ha comentado en los últimos meses, sigue pendiente el plan de negocios que asegure viabilidad en el largo plazo a su operación.
No menos importante es otro anuncio gubernamental en temas energéticos. Luego de haber declarado desierta la licitación para construir la refinería en Dos Bocas, Tabasco, el gobierno de López Obrador informó que va a licitar y construir un tren de refinación con capacidad de 170 mil barriles diarios, que es la mitad del proyecto original. El año tentativo de inicio de operaciones es 2022 y tendrá un costo de $8 mil millones de dólares. Tras el anuncio, surgieron voces de escepticismo, como la calificadora Moody's, que considera que la obra podría rebasar el costo señalado.
Los controvertidos planes de infraestructura del gobierno de López Obrador han levantado polémica. Es deseable que dichos proyectos ayuden a crear certidumbre y tranquilidad a los inversionistas. Al parecer, las líneas de comunicación entre el gobierno y los mercados podrían funcionar mejor, con mayor claridad y transparencia, si atienden las opiniones de los expertos sobre tales proyectos. Ya sabemos que los mercados se pueden poner nerviosos.