Fernando Lopez Macari

En el umbral de la atonía

La reciente encuesta del Indicador IMEF muestra que al inicio del segundo semestre la economía parece estar entrando a una fase de crecimiento mínimo: Fernando López.

El aparato productivo de nuestro país puede estar ingresando a una etapa de atonía en el segundo semestre de 2018, según la reciente encuesta del Indicador IMEF del Entorno Empresarial Mexicano (IIEEM). Hace unos días, el Instituto dio a conocer los resultados de este indicador que mide el clima sobre el ambiente económico.

De acuerdo con los resultados de la consulta de julio, factores internos y externos permiten anticipar un lento avance, o incluso, nulo en la actividad manufacturera y no manufacturera en la segunda mitad de este año, luego de poco más de un año de crecimiento.

En el séptimo mes de 2018, el IIEEM registró un descenso de dos puntos para quedar en 50 unidades en su serie desestacionalizada. Es decir, justo en el umbral, tras haber permanecido en zona de expansión (arriba de la media centena de unidades) por 13 meses consecutivos. La serie de tendencia-ciclo de ese indicador disminuyó 0.4 unidades y para ubicarse en 50.7 unidades y continuar así en zona de expansión por 14 meses consecutivos.

Durante julio el Índice IMEF no manufacturero se contrajo 0.5 puntos en su serie desestacionalizada, para quedar en 49.7 unidades, es decir en zona de contracción luego de 14 meses al hilo. La tendencia-ciclo del indicador cayó 0.6 puntos y se ubicó en 50.2 unidades, quedando en zona de expansión por 15 meses seguidos. En cuanto a la serie desestacionalizada del indicador ajustado por tamaño de empresa, mostró una reducción de 0.4 puntos para ubicarse en 51 unidades.

La sola mención de la palabra atonía ha encendido algunas señales de alerta. El horizonte parece anticipar eso: falta de vigor, de energía en el "cuerpo" económico, algo que normalmente se observaba al iniciar un sexenio. Los resultados de la encuesta de julio apuntan, en efecto, a que al inicio del segundo semestre la economía mexicana parece estar entrando a una fase de crecimiento mínimo, que podría inclusive ser nulo, dado que se espera un menor gasto público por el cambio de administración pública, así como por una baja en el gasto privado de inversión. Para complicar el panorama, la incertidumbre por el inicio del nuevo gobierno y la renegociación del TLCAN contribuyen a poner su parte en este entorno gris. No obstante, habrá que esperar a la encuesta de agosto para poder confirmar dicho fenómeno.

Con todo, las crecientes remesas, el aumento de la masa salarial real, una evolución favorable del crédito al consumo y la confianza del consumidor pueden dar soporte a un continuado crecimiento en el gasto de consumo, aunque quizá más moderado. No hay que perder de vista el aumento de la inflación.

Asimismo, factores internos y externos, principalmente la actividad productiva en Estados Unidos, deben continuar en nuestro foco de atención. Como es bien sabido, un elemento de riesgo a considerar es un eventual recrudecimiento de la guerra comercial emprendida por Donald Trump contra otras economías y que, al mismo tiempo, se dificulte la re-negociación del TLCAN, con la imposición de aranceles a la industria automotriz.

El IMEF estará pendiente del entorno económico y, como siempre, habrá de proponer alternativas para el desarrollo integral de la economía mexicana en el mediano y largo plazos.

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