Fernando Lopez Macari

NAICM: Se puede delegar la decisión, mas no la responsabilidad

López dice que la consulta podría ayudar a evaluar la continuidad del proyecto, pero también hay que ver los aspectos técnicos, económicos, sociales y legales

Medios informativos y redes sociales son escenario del debate sobre las opciones aeroportuarias para la ciudad de México. Circulan análisis que examinan los escenarios sobre el resultado de la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), que tendrá lugar del 25 al 28 de octubre.

Algunos ciudadanos de todo el país podrán votar si se continúa con las obras del NAICM o, bien, si se consideran opciones alternas como la base militar de Santa Lucía y el aeropuerto de Toluca, más la actual terminal aérea capitalina.

La comunidad financiera espera que triunfe el sí a la magna obra de infraestructura del actual gobierno, aunque no descarta un escenario negativo. También destaca que los activos y valores mexicanos se han comercializado favorablemente desde las elecciones, con optimismo creciente tras la anunciada continuidad de las políticas económicas para el nuevo sexenio.

El IMEF ha insistido en que la consulta podría ser un instrumento para evaluar la continuidad del proyecto, pero no debe ser el único. Como indican las mejores prácticas de administración financiera, las evaluaciones de proyectos deben considerar los aspectos técnicos, económicos, sociales y legales, entre otros.

De ser vinculante, el resultado de la consulta tendrá implicaciones para la perspectiva de la inversión en México bajo el gobierno entrante: Podría haber "desencanto" en los mercados, el país puede perder credibilidad y con ello oportunidades de inversión y fuentes de financiamiento. Además, desechar el nuevo aeropuerto provocaría gastos fiscales evitables y añadirá incertidumbre sobre la continuidad de las políticas económicas.

Hasta donde se sabe, una razón para oponerse a la nueva obra son los altos costos percibidos, no obstante que éstos podrían elevarse si se retrasa el proyecto.

El costo inicial fue fijado en 13 mil 400 millones de dólares, de los cuales 66% ya cuentan con una fuente directa de fondeo y financiamiento, la mayor parte proveniente del Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (MEXCAT), que suma 6 mil millones de dólares, seguidos por acciones del FIBRA E, con mil 600 millones de dólares. Contra lo que algunos argumentan, el gobierno mexicano ha aportado solo mil 250 millones de dólares, es decir, menos de 10% del costo total estimado del proyecto.

El remanente por financiar es de cerca de 4 mil 500 millones de dólares. Por ahora, hay suficiente liquidez para cubrir los costos del NAICM hasta 2020, además de que existen fuentes adicionales de financiamiento que aportarían 5 mil 800 millones adicionales (28% extra a lo que se espera requerir). Asimismo, y bajo el escenario de que hubiese sobrecostos y retrasos, el gobierno no tendría que pagar nada por adelantado y, debido a las estructuras contractuales con los constructores y contratistas, podría capitalizar un porcentaje de los gastos ejercidos.

Con un avance de obra superior a 30% (que en noviembre llegaría a 40%), de cancelarse las obras en marcha, los costos rondarían 6 mil millones de dólares, es decir, cerca de 110 mil millones de pesos, sumando penalizaciones y costos no recuperables.

Las reacciones de los mercados han sido la depreciación del peso ante el dólar en los últimos días y, en el caso de la tasa de rendimiento de bonos del NAICM con vencimiento a 30 años, un aumento de 30 puntos base en menos de 10 días.

El presidente electo decidió consultar a la población sobre si continúa o no el proyecto del NAICM. Respetamos la medida; no obstante, como parte de la sociedad y como especialistas en temas económico-financieros, ofrecemos nuestra opinión y expresamos preocupación por la eventual cancelación del proyecto.

Puede delegarse la decisión, pero la responsabilidad no. Ese es el mayor de los encargos que los ciudadanos hacen a sus líderes, la responsabilidad de velar siempre por el bienestar a largo plazo de México.

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