Socio de Strategy, Performance & Operations en Consultoría, Deloitte México

Reimaginar los modelos operativos, la clave para prosperar después de la pandemia

La era pospandémica ofrece la oportunidad de ser ofensivos, de ser más proactivos al aprovechar los avances tecnológicos e implementar nuevas formas de trabajo.

Ante el embate de la pandemia, con muy poco tiempo para planear y maniobrar, las organizaciones se vieron obligadas a responder de manera defensiva, además de aprovechar los recursos y conocimientos a su alcance para adaptarse a las condiciones imperantes para después recuperarse gradualmente.

Al tiempo que se combate al virus, los líderes empresariales se están concentrando en analizar los modelos operativos que pondrán en práctica para emerger con éxito de un evento tan disruptivo, para finalmente prosperar.

Tomando ahora una actitud defensiva, están reflexionando a fondo cómo van a operar en un mundo que ha sido sacudido hasta sus raíces, e incluso las ha digitalizado en mayor medida. Al mismo tiempo, cuestionan cómo y dónde debe hacerse el trabajo y quién lo realiza, dejando atrás las ortodoxias sobre la manera de trabajar.

Y es que, conforme avanza la pandemia, la ciencia y la medicina, lo siguiente es reformular cómo será el negocio después del Covid-19. Muchas organizaciones ya comienzan a buscar respuestas a planteamientos sobre, por ejemplo, cómo será el “business as usual” en 15 meses y qué se puede hacer ahora para adaptarse a ese mañana, lo que inevitablemente lleva a cuestionar los modelos operativos y capacidades que las organizaciones deben tener, además de cómo hacer más con menos.

Atributos como resiliencia y adaptación llegaron para quedarse, y deberán fortalecerse al ser vitales para prosperar en la nueva normalidad, por lo que las organizaciones necesitan reimaginar los elementos fundamentales de sus modelos operativos desde una óptica holística e integrada. Necesitan también tomar en cuenta la redefinición del trabajo que realizan los humanos apoyados en la tecnología.

De entre toda la revolución y avance obligado, es claro que cada organización es un caso único por lo que, en este juego defensivo, es vital hacer una evaluación en cuatro ámbitos distintos de las funciones empresariales, la cual puede formar parte de una iniciativa estratégica independiente o de iniciativas de transformación de mayor envergadura.

El primero consiste en evaluar la naturaleza inherente del trabajo para determinar qué partes de éste son transaccionales y cuáles son analíticas y se basan en insights. El segundo contempla la evaluación de la relación con el negocio a fin de determinar el trabajo que debe entregarse centralmente o sobre una base compartida y estandarizada en múltiples organizaciones, para impulsar así las economías de escala.

Es también la oportunidad de hacer una valoración precisa para definir las actividades que puedan ser elegibles para integrar tecnologías como la automatización de procesos robóticos (RPA) o la inteligencia artificial. De este modo, puede diferenciarse el trabajo totalmente humano o tecnológico y en el que ambos se complementan.

En el cuarto ámbito se estima la factibilidad de lo virtual (trabajo remoto) respecto al trabajo en la oficina. Las respuestas pueden ser variadas, pues algunos tipos de trabajo pueden funcionar en un entorno 100 por ciento virtual, mientras que otros, en uno híbrido.

Ahora bien, la duración y complejidad del trayecto hacia la nueva normalidad depende de las aspiraciones de la organización y de la ambición de la alta administración, dónde se encuentran actualmente y qué necesitan hacer para alcanzarlas. En este punto, es fundamental que se comuniquen tales ambiciones a toda la organización para establecer objetivos comunes y resultados estratégicos, así como determinar cómo se entregan el trabajo y los servicios en la empresa de manera integrada.

De igual modo, es crítico entender las implicaciones para la fuerza de trabajo, como el replanteamiento de los roles para elevar su resiliencia, equilibrar las eficiencias de la virtualización y el bienestar, y facilitar la colaboración y medir el desempeño con base en resultados.

Por otra parte, hacer una reevaluación de las capacidades funcionales y empresariales permite determinar cuán preparada está la empresa para el cambio y trazar así la ruta hacia un futuro próspero.

Es cierto que el trabajo y los modelos operativos evolucionaban gracias a la digitalización y la naturaleza del mercado, pero la pandemia aceleró el proceso. Las empresas necesitan concentrarse hoy en adoptar prácticas resilientes para prosperar en la nueva normalidad y estar listas para oportunidades y eventos futuros.

La era pospandémica ofrece la oportunidad de ser ofensivos, de ser más proactivos al aprovechar los avances tecnológicos e implementar nuevas formas de trabajo. Y lo más importante, iniciar el trayecto hacia una transformación integral que le dé ventaja a la organización.

Fuente

Deloitte Insights, Reimagining operating models of the future to thrive: https://www2.deloitte.com/us/en/pages/operations/articles/post-pandemic-operating-models-of-the-future.html

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