Pasado mañana, la Junta de Gobierno del Banco de México dará a conocer su decisión de política monetaria. Va a ser una decisión interesante, particularmente por los mensajes que ha dado el Fed recientemente en torno al retiro próximo del estímulo cuantitativo y el ruido que está generando en los mercados financieros internacionales la situación de Evergrande, en China, así como la serie de acciones restrictivas de política monetaria en la mayoría de los países emergentes, la ralentización de la recuperación y la dinámica inflacionaria a nivel global y local. En lo que resta de esta columna, me concentraré en dar respuesta a cuatro preguntas que considero muy relevantes en torno a esta decisión:
(1) ¿Qué anticipan los analistas y los participantes de los mercados? Noventa por ciento de los 29 analistas encuestados por Citibanamex el pasado 21 de septiembre anticipan que la Junta de Gobierno del Banco de México elevará la tasa de referencia en 25 puntos base (pb) de 4.50 a 4.75 por ciento. Por su parte, los futuros de TIIE tienen descontado un alza de 24 pb. Así, ‘el mercado’ −como se dice en el argot financiero− anticipa ampliamente un alza de tasas este jueves. Considero que en este sentido lo más relevante para los participantes de los mercados van a ser las señales que puedan brindar hacia adelante. Tal será el caso del tono del comunicado, así como de la posible modificación de las proyecciones de inflación del staff de nuestro Instituto Central y el resultado de la votación. Claramente esto debería de dar forma a las expectativas de tasa de interés hacia adelante, que hoy se encuentran de la siguiente manera: Doce analistas (41 por ciento) pronostican una tasa de referencia de 5.25 por ciento a fin de año; nueve (31 por ciento) proyectan que terminará el año en 5.00 por ciento; siete (24 por ciento) en 4.75 por ciento; y uno dejó su pronóstico en blanco.
(2) ¿Cómo podría ser el tono del comunicado de política monetaria? En mi opinión, el tono debería ser mixto, pero en el balance, con sesgo restrictivo (hawkish). Es decir, por el lado del crecimiento debería tener tintes de preocupación por el crecimiento a nivel global y local, sobre todo por los datos mixtos que se han observado a nivel global, que han brindado una perspectiva de moderación de la recuperación y en el caso particular de México, por el impacto negativo que ha tenido la escasez de varios insumos −particularmente los semiconductores− en ciertas industrias del sector manufacturero. Por el lado de la inflación en México, la Junta de Gobierno todavía debería de mostrar preocupación por los altos niveles en los que se ha mantenido la inflación, sobre todo la subyacente. En este sentido, el cambio anual del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) subyacente fue de 4.92 por ciento en la primera quincena de septiembre. Prácticamente todo el año se ha mantenido en su nivel más alto en los últimos cuatro años. Así, estimo que el balance del tono será restrictivo o hawkish.
(3) ¿Cómo se ve la inflación, tanto observada como en torno a las proyecciones más recientes del Banco de México y a las expectativas de los analistas? El Banco de México publicó sus últimas proyecciones trimestrales de inflación el pasado 31 de agosto en el informe trimestral. Éstas resultaron ser idénticas a las que publicó en su última decisión de política monetaria el pasado 12 de agosto. En cuanto a las proyecciones de corto plazo, anticipan una inflación anual promedio de 5.6 por ciento en el tercer trimestre de este año (3T21) y 5.7 por ciento en 4T21. En el caso de la subyacente, proyectaron 4.7 por ciento para 3T21 y 5.0 por ciento en 4T21. Si tomamos en cuenta la inflación observada de julio, agosto y la de la primera quincena de septiembre, la inflación general ha promediado 5.8 por ciento y la subyacente 4.8 por ciento, por lo que al menos, Banxico tendrá que ajustar estas proyecciones al alza. Si bien esto no sería necesariamente razón suficiente para elevar la tasa de referencia, al menos le brinda soporte. Por otro lado, hoy por hoy, las expectativas de los analistas sobre la inflación hacia fin de año no son comparables con los promedios trimestrales que proyecta Banxico, por lo que por el momento solo queda comparar las expectativas más cercanas a la fecha de la última reunión de política monetaria (5 de agosto: general: 6.00; subyacente: 4.60 por ciento), con las más recientes (21 de septiembre: general: 6.10; subyacente: 4.90 por ciento), en donde el deterioro, sobre todo en la subyacente, es notorio.
(4) ¿Cómo votarán los miembros de la Junta de Gobierno? Considero que en línea con lo que se ha observado en las últimas dos reuniones, es factible que una vez más, la decisión sea dividida. Juzgando por los comentarios y la defensa que han hecho de sus decisiones −publicadas en las minutas−, el gobernador Díaz de León, así como la subgobernadora Espinosa y el subgobernador Heath, votarán por un alza de la tasa, mientras que tanto la subgobernadora Borja, como el subgobernador Esquivel, votarán por dejar la tasa sin cambio. Cabe destacar que recientemente el subgobernador Esquivel hizo público un documento de investigación en el que concluye que la reversión a la tendencia en la dinámica de precios, particularmente de los componentes de servicios y ropa, ha explicado en gran medida el incremento de la inflación actual y que esto podría darle un carácter transitorio a la inflación actual, lo cuál refuerza mi perspectiva en torno al voto del subgobernador Esquivel.
Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.