Perspectiva Global

¿Podría Banxico acelerar el ciclo de alza de tasas de interés?

Es muy factible que la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno decidan incrementar la tasa de referencia en 50 puntos base en la reunión de noviembre.

El próximo 11 de noviembre el Banco de México dará a conocer la decisión de la Junta de Gobierno con respecto a la política monetaria. En mi opinión, creo que es muy factible que la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno decidan incrementar la tasa de referencia en 50 puntos base (0.50 puntos porcentuales). Esto significaría una aceleración del ritmo de incrementos de 25 puntos base (pb) que el Banco de México ha estado instrumentando en cada reunión desde junio de este año. No obstante lo anterior, el consenso de los analistas actualmente es que Banxico aumentará la tasa en 25 pb en noviembre.

Es más, el consenso se puede defender con cuatro argumentos: (1) El Banco de México fue más gradual y menos agresivo en el ciclo de baja de tasas, comparado con la mayoría de los bancos centrales en el mundo emergente. Es decir, no bajó la tasa ni tan rápido, ni a los niveles tan bajos, como lo hizo el Banco Central de Brasil, por ejemplo, que disminuyó la tasa de 6.50 por ciento en julio de 2019, a 2.00 por ciento en agosto de 2020. En este sentido, Banxico bajó la tasa de referencia de 8.25 por ciento en agosto de 2019 a 4.00 por ciento en febrero de 2021; (2) la inflación en México no se ha incrementado tanto, ni a niveles tan altos como en otros emergentes. En Brasil, por ejemplo, la inflación anual se ha incrementado de 1.9 por ciento en mayo de 2020, a 10.3 por ciento en septiembre de 2021, mientras que en México ha aumentado de 3.1 por ciento en diciembre de 2020, a 6.1 por ciento en la primera quincena de octubre de este año; (3) en México no se instrumentó un paquete de estímulo fiscal significativo para atajar la pandemia de Covid-19, relativo a la mayoría de los países en el mundo. Así, México tiene un nivel de deuda gubernamental bruta de 59.8 por ciento del PIB, mientras que la de Brasil se encuentra en 90.6 puntos del PIB (con datos del Monitor Fiscal del FMI a octubre de 2021); y (4) datos recientes de actividad económica reflejan que la recuperación está perdiendo impulso a nivel global y México no ha sido la excepción.

Sin embargo, a continuación expongo dos argumentos que considero que propiciarán que Banxico incremente la tasa en 50 puntos base, al menos en la reunión de noviembre: (1) La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México han hecho gran énfasis en la instrumentación del régimen de objetivo de pronósticos de inflación (inflation-forecast targeting). En este sentido, utilizando el dato de inflación de la primera quincena de octubre −dado a conocer por el Inegi la semana pasada−, y haciendo un pronóstico muy conservador para las quincenas de aquí a diciembre, es muy factible que el Banco de México tenga que volver a revisar sus proyecciones de inflación al alza, tanto para el tercer trimestre de este año como para la primera mitad del año que entra. Considero que dado el énfasis que se ha hecho en el régimen de objetivo de pronósticos de inflación, este simple hecho de tener que volver a revisar los pronósticos al alza debería detonar un incremento más alto de la tasa de referencia, al menos en noviembre; y (2) el fuerte incremento de la inflación subyacente en la primera quincena de octubre, que se ubicó en 0.33 por ciento con respecto a la quincena anterior. Ésta no solo fue mayor de lo que anticipaba el consenso de analistas en 0.20 por ciento, sino que fue la inflación subyacente más alta para una primera quincena de octubre desde 1999. Es que es bien sabido que la inflación subyacente es en la que los bancos centrales tienen un mayor control.

Para ilustrar la incidencia de la política monetaria en la inflación voy a utilizar un contraejemplo. Es decir, voy a reseñar un hecho histórico en el que observó un fenómeno inflacionario relevante en el componente no subyacente y en donde el titular del Banco de México en ese momento comentó que la política monetaria no tenía mucho que hacer para combatirlo. En 2012 se registró un fuerte incremento en el precio del huevo en nuestro país. El huevo, como producto agropecuario, se encuentra en el componente no subyacente. Es decir, en donde la política monetaria tiene muy poca incidencia. En septiembre de 2012 el precio del huevo se incrementó 40.0 por ciento con respecto al mismo mes de 2011 debido a una epidemia de gripe aviar. En ese momento la inflación general había repuntado de 3.82 por ciento en diciembre de 2011, a 4.77 por ciento en septiembre de 2012. Sin embargo, no se percibía un incremento generalizado de precios. Por un lado, el aumento en el precio del huevo explicó poco más de 32 por ciento del incremento de la inflación general y por el otro, las expectativas de corto, mediano y largo plazos se mantenían bien ancladas. Cabe señalar que en 2012 el Banco de México mantuvo la tasa de referencia en 4.50 por ciento todo el año, a pesar del incremento significativo de la inflación. En este sentido, para defender la postura de nuestro instituto central, el exgobernador del Banco de México y hoy director gerente del Banco Internacional de Pagos, Agustín Carstens, comentó que: “Las gallinas no ponen más huevos aunque suba la tasa de interés”. En pocas palabras, un banco central no tiene mucha influencia en la inflación no subyacente. De hecho, estos comentarios apoyan algunos aspectos de la postura que ha fundamentado recientemente el subgobernador Gerardo Esquivel. Sin embargo, no hay duda de que la política monetaria sí tiene una influencia muy relevante en la inflación subyacente.

Así, considero que el fuerte incremento que ha observado este año la inflación subyacente y la muy probable revisión al alza de las trayectorias pronosticadas de inflación del Banco de México propiciará que la Junta de Gobierno decidirá incrementar la tasa en 50 pb el 11 de noviembre. Esto, en mi opinión, no necesariamente hará que el Banco de México tenga que continuar el ciclo actual de alza de tasas de interés a este ritmo, pero eso lo comentaré la semana que entra en este mismo espacio.

* El autor es economista en jefe para Latinoamérica del banco Barclays, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

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