Desde su nivel máximo alcanzado el 9 de noviembre del año pasado, el bitcoin ha perdido cerca de la mitad de su valor en dólares. Esto también ha ocurrido con el valor de otras criptomonedas y otros criptoactivos. ¿Nos encontramos observando cómo reventó una burbuja? Yo considero que sí. Sabemos que normalmente las burbujas son prácticamente imposibles de pronosticar. La manera en la que se ha sabido que un activo observó una burbuja en su precio, fue justamente después de reventar. El bitcoin y esta clase de activos pueden ser la burbuja más reciente ¿Cuál es el ‘pinchazo’ moderno que ‘revienta’ burbujas? El momento en el que los participantes de los mercados financieros globales perciben que el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se encuentra cerca de iniciar un ciclo de alza de tasas. ¿Cuándo fue el episodio más reciente al respecto? En noviembre del año pasado, que coincide con el inicio de la caída en el valor del bitcoin.
En mi opinión, las criptomonedas o de manera más general, los criptoactivos, son una gran invención, sobre todo por la tecnología que le brinda soporte, llamada blockchain. A grandes rasgos, entiendo que blockchain es una base de datos que se distribuye en una red de computadoras y que permite tener un registro descentralizado y muy seguro de la información que se desea guardar, que en el caso de las criptomonedas, son las transacciones. En este sentido, no es difícil pensar que esta tecnología se va a utilizar en varios sectores, mucho más allá de los medios de pago. Creo que así como pasó en el boom de las empresas dot com a finales del siglo pasado –en donde los precios de muchas de estas empresas reflejaron una burbuja y que al reventar, quedaron muy pocas, entre ellas, Amazon–, así va a ocurrir con las empresas de criptoactivos. Es decir, habrá algunas que tendrán el potencial de vender sus servicios o su tecnología blockchain y muchas otras, quizá la mayoría, desaparezcan. ¿Sabemos cuáles son esas empresas? Yo creo que no. Tal vez quienes se encuentran profundamente adentrados en el tema y han investigado a fondo tengan idea de algunas de las posibles sobrevivientes. Sin embargo, me cuesta trabajo pensar que sí saben al ver las ‘apuestas’ tan diversificadas que llevan a cabo quienes se encuentran invirtiendo en este novedoso activo.
¿Por qué pienso esto? Comienzo con la historia de un medio de pago que se convirtió en dinero per se hace más de 400 años: los billetes. Si bien los primeros billetes que se conocen en la historia del ser humano datan del siglo VII en la antigua China, durante la dinastía Tang, el uso de ‘dinero de papel’ como lo conocemos hoy en día se popularizó hasta el siglo XVII en Suecia y de manera más formal en Inglaterra (Weatherford, 1998). Los billetes más antiguos que se han encontrado estaban hechos de piel de vacuno o cuero y servían para que los comerciantes en la antigua China –hace mil 400 años–, llevaran a cabo grandes transacciones y evitar la transportación de grandes sumas de monedas de cobre. La aparición de los billetes de papel ocurrió cuatrocientos años más tarde, durante la dinastía Song, en el siglo XI. Estos primeros billetes –tanto los de piel como los de papel–, eran ‘notas de reconocimiento de adeudo’, en donde el emisor prometía a una persona en particular pagar una cantidad de monedas al presentarse con dicho documento o billete (Pickering, 1844). Este tipo de papel moneda circuló por varios siglos en el mundo. No obstante lo anterior, fue hasta el siglo XVII que se popularizaron en Europa, iniciando en Suecia.
Cabe recordar que en el siglo XVII el dinero continuaba siendo utilizado principalmente en forma de monedas metálicas, con contenido de metales preciosos. Los goldsmiths (orfebres o joyeros ) aceptaban oro –revisaban su peso, calidad y pureza–, y otorgaban un recibo que prometía pagar el oro en el futuro, inclusive a terceras personas. ¿En qué momento Europa da el paso de utilizar los tradicionales ‘saquitos’ de monedas metálicas al uso de billetes? A mediados del siglo XVII en Suecia. El cobre era abundante en el territorio sueco, por lo que las monedas se acuñaban de ese metal. Sin embargo, la creciente actividad minera de cobre en el lejano oriente hizo que el precio del cobre disminuyera. Así, el rey Karl X Gustav ordenó que se acuñaran monedas de mayor tamaño para que se mantuviera la paridad con las monedas de plata. Estas ‘monedas’ eran unas placas de cobre que llegaban a pesar 19.7 kilogramos. La inconveniencia del tamaño y del peso de estas placas de cobre indujo a los comerciantes a depositarlas en los bancos y que los bancos emitieran certificados de depósito. El gerente del Stockholms Banco –precursor del banco central de Suecia–, Johan Palmstruch, decidió romper la estricta relación que se guardaba entre la emisión de los certificados de depósito y la cantidad que le habían depositado de monedas, considerando que era muy poco probable que todos los portadores de los certificados solicitaron el pago al mismo tiempo. Así, estos certificados de depósito se convirtieron en los primeros billetes ‘modernos’ utilizados en Europa (Sveriges Riksbank, 2020)… Continuará.
En próximas fechas continuaré comentando al respecto, en este mismo espacio.
Referencias
Pickering, John. “The history of paper money in China.” Journal of the American Oriental Society, 1.2, 1844, pp. 136-42.
Sveriges Riksbank. Historical timeline, 2020. https://www.riksbank.se/en-gb/about-the-riksbank/history/historical-timeline/
Weatherford, Jack. The history of money. Nueva York, Estados Unidos: Crown Business, de Crown Publishing Group, 1998.
* El autor es Economista en Jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.
* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.