Perspectiva Global

El Cono Sur en problemas

Los países del Cono Sur de nuestro continente están enfrentando retos muy importantes.

En los últimos días se ha complicado la situación económica de Argentina y Chile. Si bien los retos que enfrenta Argentina son substancialmente mayores que los de su país vecino del oeste, Chile está enfrentando problemas que hace décadas no enfrentaba.

En Argentina, su economía de medio billón de dólares (trillón anglosajón), con una población de poco menos de 50 millones de habitantes, se encuentra enfrentando niveles de inflación de 60 por ciento, que potencialmente puede terminar alrededor de 70 por ciento a finales del año. Es una economía que acaba de declarar moratoria de pagos recientemente, cuyo Banco Central financia los pagos de deuda interna del gobierno –lo más alejado que hay a la autonomía de un banco central–, tiene un régimen de tipo de cambio semifijo, con cierto control de capitales. En Latinoamérica ya sabemos a dónde nos lleva esa combinación. Como ejemplo están las crisis de México en los ochenta y parte de los noventa. De hecho, el Banco Central de la República Argentina ni siquiera tiene un calendario regular de reuniones de política monetaria. El programa que tiene con el FMI les exige cumplir con tres metas: (1) Reducción del déficit primario (2.5 por ciento del PIB); (2) acumulación de reservas internacionales (5 mil 800 millones de dólares para fin de año); y un (3) tope de financiamiento del Banco Central (1.0 por ciento del PIB). Para lograr esta triada utilizan principalmente la política fiscal –sobre todo en términos de gasto público y tarifas subsidiadas y controladas–, así como el grado de devaluación del peso argentino y la tasa de interés del Banco Central, que hoy se encuentra en 52 por ciento. Manejar esas herramientas para cumplir las metas del FMI, para que continúen llevando a cabo los desembolsos del programa y a la vez, disminuir la inflación está resultando sumamente difícil. El problema es que si no se llega a controlar la inflación va a ser muy difícil volver a tener acceso a los mercados para poder emitir deuda y enfrentar los vencimientos de deuda que se avecinan en unos años más. Es decir, no está aprovechando este momento de ‘periodo de gracia’ (forzado) para lograr arreglar sus fundamentales económicos y volver a tener acceso a los mercados. El problema adicional que se agregó este fin de semana pasado –como si no tuvieran suficientes problemas–, fue la renuncia de su ministro de Economía, Martín Guzmán, quien estaba haciendo una buena parte de los ‘malabares’. Esto se ve como parte de las rupturas internas que ha habido entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ya fue nombrada Silvina Batakis como ministra de Economía, para ocupar el cargo que Guzmán dejó vacante, pero no queda claro si Argentina va a seguir con el mismo ahínco buscando cumplir las metas del FMI y la posibilidad de poder reconstruir su economía hacia delante.

En Chile, su economía de casi 600 mil millones de dólares y una población de 18 millones de habitantes, se encuentra con un nuevo gobierno cuya popularidad ha caído de niveles por arriba de 50 por ciento a niveles cercanos a 20 por ciento, en menos de cuatro meses. La economía se encuentra en franca desaceleración, sobre todo por la inversión que cayó significativamente, principalmente por la falta de certeza jurídica que está generando el hecho de que una asamblea constituyente se encuentre escribiendo una nueva Constitución. La inflación se encuentra en 11.5 por ciento, niveles no vistos desde 1994 y con los retiros que el gobierno ha permitido hacer a sus fondos de pensiones, las condiciones financieras se han vuelto mucho más complicadas para el financiamiento de hipotecas y de empresas. Por si fuera poco, están teniendo un incremento muy importante del déficit de cuenta corriente debido a que el incremento en el precio del petróleo –su principal importación–, no está pudiendo ser compensado por la dinámica del precio del cobre, su principal bien de exportación. Tal vez la depreciación del peso chileno vs. el dólar de EU ayude un poco a atajar este desbalance. Inclusive, miembros de la Junta de Gobierno del Banco Central de Chile (BCCh) ha comentado que el instituto central no piensa intervenir en el mercado cambiario por ahora, debido a que la depreciación del peso chileno está respondiendo a una depreciación real de la moneda. Es decir, que el nivel del peso chileno está reflejando los nuevos fundamentales de le economía, que ya no son los que alguna vez hicieron que algunos le llamaran “la Suiza de América” (y no solo por su cordillera nevada para esquiar). Todos sabemos que una depreciación de la moneda local en una economía tan abierta va a tener un impacto importante en la inflación. Así, con un Banco Central que ya ha elevado la tasa de referencia de 850 puntos base (8.5 puntos porcentuales) desde el año pasado y con una inflación que no cede, es probable que esto exacerbe el nivel de la restricción financiera y lleve a la economía a una desaceleración más pronunciada.

Los países del Cono Sur de nuestro continente están enfrentando retos muy importantes. Tomemos nota de cuáles son los aspectos que más tenemos que cuidar para que nuestra economía no vuelva más a caer en los errores de antes. Por el momento no es así. Sin embargo, sigue quedando pendiente elevar la tasa de crecimiento económico.

* El autor es economista en jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

COLUMNAS ANTERIORES

México 2025
¿Qué nos depara 2025?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.