Perspectiva Global

¿Debe Banxico continuar elevando la tasa de interés?

Hacia delante, como algunos miembros de la Junta de Gobierno lo han expresado, la postura de política monetaria se encontrará en una ‘fase pasiva restrictiva’.

El INEGI dio a conocer ayer el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de la primera quincena de abril. Así, este reporte nos dejó ver que la inflación anual se ubicó en 6.24 por ciento, su menor nivel en 36 meses y una vez más, con tendencia a la baja desde su pico en 8.77 por ciento en la segunda quincena de agosto del año pasado. Por su parte, la inflación subyacente –en la que se excluyen los precios de los productos agropecuarios, así como los energéticos (e.g. gasolina, gas) y las tarifas reguladas por el gobierno–, se ubicó en 7.75 por ciento, su menor nivel en 18 meses. Esta es la quinta disminución quincenal consecutiva y ya se encuentra por debajo de 8.0 por ciento. Esta desinflación ha sido resultado de una combinación de tres factores: (1) El desvanecimiento de los choques tanto de oferta como de demanda, que causaron la pandemia de Covid-19, así como la invasión rusa de Ucrania y los masivos estímulos fiscales y monetarios a nivel global; (2) el subsidio del gobierno mexicano a los precios de la gasolina; y por último, pero de ninguna manera menos importante, (3) la cruzada del Banco de México contra la inflación, que lo ha llevado a elevar la tasa de referencia de 4.00 por ciento en junio de 2021, a su nivel actual de 11.25 por ciento.

Las acciones decisivas de la Junta de Gobierno y su consistencia a lo largo de estos 23 meses han refrendado la credibilidad del Banco de México y ha sido un pilar muy importante de la resiliencia que hemos observado en el tipo de cambio. Ahora la pregunta es si Banxico debe de continuar elevando la tasa de referencia, que se encuentra en su nivel máximo histórico desde que Banxico privilegió la tasa de referencia como instrumento para la aplicación de la política monetaria en enero de 2008. Sin embargo, si utilizamos una serie de tasas de interés que se aproximan a la de política monetaria, el nivel actual de la tasa de referencia se encuentra en su máximo desde mediados de 2001. Claramente la tasa debe se estar en niveles altos si la inflación también se encuentra en niveles que no veíamos desde hace muchos años. Sin embargo, la tasa de referencia está en su nivel más alto en los últimos 22 años y la inflación está a niveles de hace 14 años. A la diferencia entre la tasa de referencia nominal y el nivel de inflación anual se le conoce como ‘tasa real’. Si se utiliza la inflación actual, se le llama ‘tasa real ex post’, si se utilizan las expectativas de inflación de los próximos 12 meses, se llama ‘tasa real ex ante’.

Así, tomando en cuenta los niveles actuales de tasa de interés y de inflación, así como la clara tendencia de la inflación a la baja, las expectativas de inflación ‘bien ancladas’ y el buen comportamiento del tipo de cambio, considero que el Banco de México ya terminó su ciclo de alzas de tasas de interés. Inclusive, en mi opinión, la Junta de Gobierno ya mandó dos señales al respecto en el comunicado de la reunión del 30 de marzo pasado: (1) “…con esta acción (incremento de 25 puntos base) …la postura de política monetaria se ajusta a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3.0 por ciento dentro del horizonte de pronóstico…”; y si bien leyendo esto podría parecer que ya terminó el ajuste, dejó los ajustes posteriores en función del comportamiento de la inflación: (2) “…la Junta de Gobierno tomará su próxima decisión en función del panorama inflacionario, considerando la postura monetaria ya alcanzada…”. Hacia delante, como algunos miembros de la Junta de Gobierno lo han expresado en público, la postura de política monetaria se encontrará en una ‘fase pasiva restrictiva’, en donde si bien Banxico ya no elevará la tasa de referencia nominal, la tasa real se irá incrementando tanto ex post –conforme la inflación observada continúe disminuyendo–, así como ex ante, en tanto las expectativas de inflación continúen bajando o al menos permanezcan ancladas.

Con mucho pesar ayer me enteré que mi gran amigo Luis Ramón Carazo Preciado se nos adelantó en el paseíllo de la vida el sábado pasado a las 9:00 pm. Mi admiración como colega profesor del ITAM, miembro independiente de varios consejos de administración –incluyendo el Consorcio Ara–, asesor de grandes empresarios en México y cronista de dos de sus grandes pasiones, la tauromaquia y el futbol, no tiene paralelo con la gran estimación que le tenía. Luis Ramón le ganó un sinnúmero de batallas al cáncer que lo aquejó desde hace unos años, pero el Covid lo debilitó y el sábado pasado terminó la guerra. Conociéndolo, estoy seguro que nunca perdió esa guerra, sino que promovió un armisticio e hizo las paces con la siguiente etapa de su ciclo cósmico. Nunca lo escuché quejarse, siempre afrontando la enfermedad con un temple de acero y un optimismo de los que no se ve todos los días. A pesar de que hoy por hoy no converjo con la tauromaquia –de lo cual nunca me cuestionaste–, hubo años en que no me perdí múltiples corridas y corridas de aniversario en la Plaza México, incluyendo el “salto de Pajarito”. En este sentido, sé que todos los que te conocimos levantamos los pañuelos para pedirle al juez de la vida que te dejara más tiempo con nosotros con salud. Pero sé que te vas de esta vida triunfante, con orejas, rabo, vuelta al ruedo y en hombros al descanso eterno. Descansa en paz querido Luis Ramón.

* El autor es economista en jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

COLUMNAS ANTERIORES

México 2025
¿Qué nos depara 2025?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.