Perspectiva Global

No habrá recortes a la tasa de interés en México este año

El Banco de México mandó un mensaje con carácter muy restrictivo (‘hawkish’) en la minuta de la reunión del 10 de agosto, que publicó la semana pasada.

He dedicado este espacio en las últimas cuatro semanas a comentar sobre aspectos que me parecen muy relevantes tanto en torno al crecimiento económico de nuestro país, como a la dinámica de la inflación y la respuesta del Banco de México ante ésta. Considero que tanto la relevancia del tema, así como la intensidad en torno a los eventos y publicación de datos lo amerita. En este sentido, la semana pasada el INEGI dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (INPC) de la primera quincena de agosto y el Banco de México publicó la minuta de su reunión de política monetaria del 10 de agosto pasado. Asimismo, esta semana el INEGI dará a conocer la cifra revisada del PIB para el segundo trimestre del año (’estimación tradicional’) y el Banco de México publicará su reporte trimestral. En resumen, la inflación continúa disminuyendo, pero no tan rápido como había estado cayendo. Una parte de esto se explica por la fortaleza de la economía mexicana y esto hará que el Banco de México no pueda relajar la política monetaria tan rápido como lo anticipan la mayoría de los participantes de los mercados financieros locales y a nivel global.

En cuanto a la inflación anual, ésta disminuyó de 4.8. por ciento en la segunda quincena de julio, a 4.7 por ciento en las primeras dos semanas de agosto. Por su parte, la inflación subyacente –que excluye los componentes más volátiles y menos ligados al ciclo económico de México (i.e. energía, productos agropecuarios y tarifas controladas por el gobierno)– cayó de 6.5 por ciento en la segunda mitad de julio, a 6.2 por ciento en la primera quincena de agosto. La inflación general tocó su pico más reciente en la segunda quincena de agosto del año pasado en 8.8 por ciento, mientras que la subyacente lo hizo en la primera quincena de noviembre de 2022 en 8.7 por ciento. Entonces no hay duda de que la inflación ha venido cayendo substancialmente. Sin embargo, como comenté, en este último dato ya lo está haciendo a una menor velocidad.

Esta disminución de la velocidad de la desinflación tiene que ver con dos factores estructurales, además de un efecto aritmético de base de comparación. Por un lado, que los componentes que deben de responder a la restricción monetaria (e.g. servicios) continúan contribuyendo a la inflación de manera similar al año pasado, en la que se observó la inflación más alta en veinte años y por el otro, que los precios de frutas y verduras frescas y energía –principalmente gas LP–, que habían ayudado a bajar la inflación significativamente, ya no solo están decreciendo, sino que están creciendo. Por ejemplo, la contribución de la dinámica de los precios de los servicios a la inflación general en la primera quincena de agosto fue de 7.7 puntos base (0.077 puntos porcentuales), mientras que la del año pasado fue de 7.3 puntos base. En particular, las colegiaturas tuvieron una incidencia de 4.7 puntos base (pb) en este último dato, mientras que en este mismo periodo en 2022 fue de 3.3 pb. Esto quiere decir que las escuelas y universidades están pudiendo transferir mayores precios a los consumidores, todavía más que el año pasado. Normalmente esto sucede cuando la economía está observando un buen crecimiento.

Asimismo, los precios de los energéticos que habían estado contribuyendo negativamente en la mayoría de las quincenas de este año (-5 pb promedio por quincena), ahora están teniendo una incidencia positiva (+10 pb en la primera quincena de agosto). En línea con esto, la contribución positiva del componente no subyacente puede acentuarse en lo que resta del año en agropecuarios debido a que el acuerdo de guerra entre Rusia y Ucrania para exportar grano no se renovó hace algunas semanas y por los efectos del fenómeno climatológico de El Niño (“Los peligros económicos de El Niño y La Niña”, 22 de agosto).

En cuanto al crecimiento económico, es muy probable que esta semana observemos una tasa de crecimiento trimestral del PIB de 1.0 por ciento, ligeramente arriba de la primera publicación (’estimación preliminar’) de 0.9 por ciento hace casi un mes. No tengo duda de que observaremos un robusto crecimiento económico, principalmente impulsado por el sector servicios –por el lado de la oferta agregada–, así como por el consumo privado, por el lado de la demanda agregada, como he comentado anteriormente (“La economía mexicana continúa tomando vuelo”, 1 de agosto).

Así, en cuanto a política monetaria, considero que el Banco de México mandó un mensaje con carácter muy restrictivo (o en el argot financiero, “hawkish”, de halcón) en la minuta de la reunión del 10 de agosto, que publicó la semana pasada. Si bien un miembro de la Junta de Gobierno (miembro #1), ya no comentó que “aún es muy prematuro para considerar la posibilidad de recortes”, como lo hizo en la minuta de la reunión anterior (22 de junio) y eso se puede interpretar como “dovish” (paloma en español, que se interpreta como laxo), otro miembro (miembro #3) de plano quitó de su argumentación las condiciones bajo las cuales pensaba que Banxico debería de comenzar a ajustar la tasa de referencia a la baja (“hawkish”). Pero más importante aún, en mi opinión, la mayoría de los miembros consideraron que habría que continuar comunicando que el nivel actual de la tasa de referencia (11.25 por ciento) se debe mantener por un “periodo prolongado”. Inclusive, el miembro #2 comentó sobre “…la conveniencia de mantener la postura monetaria en terreno restrictivo durante todo el horizonte de planeación…”. Esto quiere decir que este miembro se pronunció por no recortar la tasa en los próximos 24 meses. Vamos a ver esta semana los mensajes más actualizados de la Junta de Gobierno tanto en su reporte trimestral como en la conferencia de prensa que lo acompaña. Mi conclusión, como lo he comentado desde hace varios meses es que no habrá recortes a la tasa de interés este año.

* El autor es economista en jefe para Latinoamérica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

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