Los participantes de los mercados financieros internacionales iniciaron el 2024 con cierta cautela. Una premisa importante con la que los participantes de los mercados se encuentran construyendo sus posiciones de riesgo es que la economía de los Estados Unidos se va a desacelerar y que el Banco de la Reserva Federal (Fed) iniciará un ciclo de baja de tasas. Sin embargo, en mi opinión, la cautela se explica por dos factores. Por un lado, porque esta situación parece un déjà vu de enero de 2023. Hace un año se anticipaba que el Fed bajaría la tasa de Fed Funds en algún momento de 2023. Cosa que no sucedió. Desafortunadamente una gran cantidad de inversionistas construyeron sus posiciones de riesgo con base en premisas que no se cumplieron y a diferencia de otras ocasiones en donde modifican las posiciones cuando se dan cuenta de ello, en esta ocasión muchos no quisieron rebalancear sus portafolios de inversión. Por otro lado, la cautela también se explica por el escalamiento de los riesgos geopolíticos, tanto los observados, como los que potencialmente pueden materializarse.
Déjà vu. Es una palabra del idioma francés, utilizada de manera práctica o inclusive formal en otras lenguas para definir alguna experiencia que se siente como si ya se hubiera vivido anteriormente. De acuerdo con la Real Academia Española, la palabra más cercana para expresar un déjà vu es “paramnesia”, que la propia academia define como “alteración de la memoria por la que el sujeto cree recordar situaciones que no han ocurrido o modifica algunas circunstancias de aquellas que se han producido”. En este sentido, así como en el 2023, los pronósticos de desaceleración de la economía de los Estados Unidos y que por ende el Fed vaya a reducir el nivel de las tasas de interés, están vigentes en 2024. No obstante lo anterior, hay diferencias, particularmente tres: Las expectativas sobre la fase del ciclo económico, así como el nivel de inflación en los Estados Unidos, las acciones y señales del Comité de Operaciones de Mercado Abierto del Fed (FOMC) y las expectativas sobre la economía china.
Crecimiento e inflación en EU. Las expectativas sobre la economía de los Estados Unidos a inicios de 2023 fincaban su escenario base en una recesión. Hoy no es así, se espera un ‘aterrizaje suave’. Es decir, menores tasas de crecimiento (entre 1.5 y 2.0 por ciento), pero sin llegar a una recesión. En cuanto a la inflación en EU, el incremento anual del índice de precios al consumidor se ubicó en 6.5 por ciento en diciembre de 2022 y disminuyó el año pasado a 3.4 por ciento a finales de 2023. Por su parte, el indicador de inflación preferido por el FOMC –el cambio anual del deflactor subyacente de los precios del consumo–, se encontraba en 4.9 por ciento en diciembre de 2022 y como supimos la semana pasada, cerró el 2023 en 2.9 por ciento. No hay duda que la inflación ha bajado significativamente. El tema principal aquí es si la inflación ha disminuido porque se han disipado los choques de oferta y demanda derivados de la pandemia, la postpandemia y la invasión rusa en Ucrania o porque la restricción monetaria del Fed ha funcionado. Esto se vuelve muy relevante para saber si la inflación continuará su camino hacia el objetivo del Fed de 2.0 por ciento (“¿Está funcionando la política monetaria?”, 25 de julio, 2023).
Baja de tasas del Fed. El Fed incrementó la tasa de Fed Funds en 525 puntos base (5.25 puntos porcentuales) de marzo de 2022 a julio de 2023. Normalmente cuando hay una restricción monetaria significativa –como la que acabo de mencionar–, o una consolidación fiscal importante o ambas, algo se rompe en alguna parte de la economía y esto provoca una recesión. Por más que los macroeconomistas han buscado llevar a cabo ajustes ‘suaves’ con la utilización de la política económica de corto plazo, se ha logrado en muy pocas ocasiones. De hecho, en el caso de los Estados Unidos solo se ha logrado en 1994-1995 (aunque en México nos queda claro que tuvo consecuencias económicas y financieras significativas, al menos en nuestro país). Ahora bien, después del ajuste restrictivo del Fed, que la inflación ha disminuido y que se espera una desaceleración económica en EU, los participantes de los mercados anticipan que el FOMC ajuste la tasa de interés de manera gradual a niveles menos restrictivos durante 2024, al igual que en 2023. Sin embargo, una diferencia importante para este año es que el mismo FOMC ya ha señalado la posibilidad de reducir la tasa de Fed Funds en sus proyecciones de tasas (dot plot).
Escalamiento de riesgos geopolíticos. La guerra en Ucrania –que inició en febrero de 2022–, no termina, el conflicto Israel-Hamas –que no estaba presente a inicios de 2023–, recientemente ha escalado con la participación de los rebeldes hutíes y con el reciente asesinato de varios soldados americanos por parte de un dron aparentemente de las Fuerzas Armadas de Irán. Asimismo, este año se llevarán a cabo elecciones en más de 40 países, incluyendo la elección en los Estados Unidos, en donde el semanario británico The Economist comentó en su edición de The World Ahead 2024 que desde que se publica esa revista en 1843, ésta es la primera vez que escriben que el riesgo más importante para el mundo en un año está fincado en una sola persona, explícitamente en el expresidente Donald Trump, con la posibilidad de que pueda ser candidato e inclusive ganar la elección. No hay duda que las tensiones geopolíticas se encuentran mucho más estresadas este año vis-à-vis a inicios de 2023.
Decepción económica en China. Se necesita al menos una columna completa solo para hablar de este tema. Sin embargo, destaco que este año no se anticipa que la economía china sea el motor del mundo, como se pensaba a inicios de 2023 (y que no sucedió). Más aún, la expectativa es que el desempeño económico de este país continúe siendo débil.