Una de las variables a la que los participantes de los mercados financieros a nivel global le ponen más atención es el empleo en los Estados Unidos. Inclusive la volatilidad de los mercados financieros es usualmente más alta en los primeros viernes de cada mes, que el Bureau of Labor Statistics publica el reporte mensual de empleo en dicho país. Definitivamente esto no ocurre en México. No solo los participantes de los mercados no saben ni cuándo se publica el dato, sino que rara vez se le hace mención en los reportes de los analistas, a menos que haya un cambio muy significativo.
En mi opinión, parte de esto ocurre porque la tasa de desempleo en México es muy estable e inclusive ‘se estaciona’ en niveles muy bajos, comparados con nuestros ‘países pares’, como Brasil, Chile, Colombia o Perú. En todos los casos el nivel de la tasa es mayor que la de México, pero, además, muestra un mayor dinamismo comparada con la de nuestro país. Sin embargo, una similitud con México, es que el desempleo en los demás países de Latinoamérica tampoco es una variable de interés para los participantes de los mercados financieros. Por otro lado, considero que el reporte de empleo en EU tiene un mucho mayor rating, por el ‘mandato dual’ que tiene el Banco de la Reserva Federal de dicho país (Fed), en el que el ‘pleno empleo’ acompaña al objetivo de inflación. En este sentido, considero que esto no es lo correcto debido a que no hay teoría que fundamente una relación directa entre la política monetaria y el nivel de empleo, ni evidencia empírica que lo respalde, pero así es en nuestro vecino país del norte y la gente le pone especial atención al reporte de empleo.
¿Se estará midiendo mal el empleo en México? Definitivamente no. No solo no lo creo, sino que considero que tenemos excelentes estadísticas laborales en nuestro país. Por un lado, el Inegi tiene una gran riqueza de datos con frecuencia mensual, pero todavía es mucho mayor con frecuencia trimestral. Por medio de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el Inegi recaba de manera consistente y periódica información valiosa sobre empleo, desempleo y subempleo (i.e. personas que cuentan con un empleo pero que les hubiera gustado trabajar un mayor número de horas y no pudieron), por grupos de edad, nivel de instrucción, antecedentes laborales (i.e. con o sin experiencia), por ciudad y por género, entre otros. Por otro lado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hace públicas sus estadísticas sobre el número de puestos de trabajo registrados en dicho instituto con frecuencia mensual, por tipo de actividad económica, número de contrataciones, número de despidos, así como datos sobre los salarios. El capítulo 3 del tercer volumen del libro Lecturas en lo que indican los indicadores (2021), coordinado por el actual subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, y escrito por David Kaplan –extraordinario economista, especialista en el mercado laboral–, contiene una de las mejores, sino es que la mejor descripción que he leído sobre los datos disponibles del mercado laboral mexicano y cómo interpretarlos.
Entonces, ¿cómo se encuentra el mercado laboral en México hoy en día? A pesar del bajísimo nivel de la tasa de desempleo en septiembre (2.8 por ciento), ésta ya ha comenzado a subir ligeramente. Ya no se encuentra en su nivel históricamente más bajo (2.6 por ciento en febrero). Asimismo, la ‘brecha laboral’, que es una medida que refleja mejor los ciclos económicos en México, también se encuentra en niveles históricamente bajos (16.6 por ciento en el segundo trimestre del año vis-à-vis 16.0 por ciento en el primero, la tasa más baja históricamente). Esta palidece ante un dato por arriba de 50 por ciento durante la parte más álgida de la pandemia de covid. Cabe señalar que la ‘brecha laboral’ se define como el número de personas que se encuentran desempleadas, subempleadas o disponibles para trabajar, pero que no lo pudieron hacer en el periodo de medición, como porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA), incluyendo a quienes no trabajaron, pero que estaban disponibles para hacerlo.
No obstante lo anterior, la tasa a la que crece el número de puestos de trabajo en el IMSS ha caído significativamente este año. De enero a septiembre del año pasado, la tasa anual promedió 3.7 por ciento, mientras que, en el dato más reciente ésta se ubicó en 1.6 por ciento (septiembre). Cabe destacar que la desaceleración estuvo principalmente concentrada en los sectores agropecuario e industrial. Asimismo, por su parte, el componente de empleo en los indicadores PMI del IMEF (Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas) –que nos brindan información muy oportuna–, ya se encuentra en terreno de contracción desde hace ocho meses, en el caso del indicador manufacturero y desde hace tres meses en el no manufacturero (’Tendencia económica oportuna a partir de la opinión empresarial’, 10 de septiembre).
Recordemos que el empleo no es una ‘variable adelantada’ para señalar una recesión. Al contrario, la mayoría de las veces muestra debilidad varios meses después del inicio de una recesión. Las empresas normalmente intentan no despedir personal hasta no tener certeza de una recesión y tampoco se adelantan a contratar personal hasta que no queda claro que la recesión quedó atrás. En este sentido, creo que debemos de poner mayor atención a los datos de empleo en México, dado lo que hemos observado tanto en nuestro país, como en los Estados Unidos (’Comportamiento atípico de la economía de EU’, 23 de julio y ‘Actividad económica: ya no parece bache en el camino’, 16 de julio).